CAPÍTULO IV

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Pequeña puerca…

🐺☀️🌻🐺

La vida de Mew siempre fue muy solitaria, cuando tenia cuatro años su padre Alfa falleció en un trágico accidente automovilístico, dejando a su madre omega y a él completamente solos.

La madre de Mew; Emilie, aún siendo una omega viuda, tuvo una increíble fuerza de voluntad para salir adelante por su único hijo, el hecho de que no eran destinados aportó mucho para que aquella valiente omega no se rinda y se entregue a la muerte sin antes haber luchado. Dirigió la fábrica de perfumes que su alfa había fundado, creando los perfumes más exóticos y más vendidos en la región, llevando así su empresa al éxito.

Pero se mantenía trabajando día y noche, por lo que Mew prácticamente creció solo.

Emilie fue testigo de como su hijo vivió esperando volver a encontrar al pequeño de ojos color avellana, por mucho tiempo durmió abrazando la bufanda naranja, cuando su Alfa se presentó de una forma forzada, salvaje y prematura fue esa desgastada tela que calmaba y consolaba a un puberto y muy desorientado Mew.
Se mantuvo pegada a la colorida bufanda hasta que el olor desapareció completamente y solo quedó un valioso recuerdo aferrada a ella.
Con la tristeza y la soledad arañando hasta lo profundo de su ser, el chico guardo la curiosa prenda en una caja como si fuera un objeto invaluable, con la promesa estremecedora de encontrar a su tesoro perdido y el miedo latente liado a sus torpes pasos de que aquella promesa no pueda ser cumplida.

Cada vez que se sentía muy decaído regresaba a la caja y buscaba escapar de la soledad, con la desesperación impregnada en su rostro y la ansiedad en sus dedos, volvía a buscar en los viejos hilos de lana anaranjada un poco de su alma gemela, un poco de calor, un poco de cariño y compañía.
Más solo sintió miedo, y volvía a embestir contra el tétrico vacío y el desesperante silencio jugando cruelmente con su abandonado corazón.

La memoria de Emilie no falla, sabe que a mes después de aquel encuentro de aquellos niños, el lobo de Mew se había presentado prematuramente, y todo cambió en su hijo, dejó de llorar por todo, se había vuelto duro e inestable, rápidamente creció multiplicando el tamaño de su cuerpo; la fuerza que tenía era incontrolable y sin un padre Alfa para que sea su ancla, aquel lobo no tenía control de su temperamento, y mucho menos de su lado salvaje.

Era una bomba de tiempo capaz de descuartizar a todos a su paso al más mínimo indicio de irritación.

Después de que aquel Alfa identificó a su pareja destinada salió al exterior y con él, una terrorífica rabia y poder inhumano, había encontrado a su dulce criatura y debía ser un Alfa  indestructible para proteger lo que le fue destinado, hasta de la propia muerte.

Mew fue creciendo y su alfa había rechazado a cada omega y beta que quiso conquistarlo, y el celo la pasaba dolorosamente solo, no soportaba a ningún omega, su alfa había reconocido a su compañero y no quería a nadie más. Eso no significa que no haya pasado alguna noche de placer para saciar sus deseos sexuales en los días normales, pero nunca tuvo una relación seria, y jamás pudo pasar su celo con alguien.

En la actualidad era el CEO y su madre, la presidenta del grupo M&E.

Mew es quien gestiona y administra todo desde un edificio corporativo, su madre simplemente se ocupaba de lo que más le apasionaba; crear los más exóticos y sublimes perfumes en su enorme fábrica ubicada en las afueras de la ciudad.

HIJO DEL DESTINO. Hablemos de amor.        ☀️🌻Where stories live. Discover now