CAPÍTULO VII

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Lo quiero tanto…

*🐺🌻☀️🐺*

Gulf despertó con unos ruidos provenientes del exterior de su habitación, emocionándose de saber dónde estaba y con quién.
Mew realmente estaba demostrando ser un alfa increíble, cada día su corazón lo quería más.

Se miró en el espejo del baño con la camiseta gigantesca del alfa, no tenía nada más abajo, hasta la ropa interior se había quitado durmiendo solo con aquella prenda y no podía negar esa cama era deliciosa y con la ropa del alfa con su olor impregnada en ella hizo que todo su cuerpo se relajara su lobo ronroneara toda la noche.

Y por un momento se preguntó si dormir con la ropa de alfa fue tan bueno ¿qué tan exquisito ha de ser dormir entre sus brazos? sonrió más grande y sacudió la cabeza sacando esas imaginaciones pecadoras de la cabeza.

El pantalón de chándal que era el conjunto de la camiseta que le fue prestada seguía pulcramente doblada sin usar sobre el sillón, a Gulf siempre le gustó dormir con escasa ropa, pero ese día estaba descubriendo lo mucho que le gustaba usar la ropa de este hombre en especial.

Se dio un rápido baño para luego salir de ella y vestir nuevamente con su pantalón negro, miró su camisa de trabajo y torció los labios creando un agraciado puchero, no quería vestir con esas cosas en su día de  descanso.

—Tal vez a Mew no le moleste que use su ropa— murmuró para sí mismo decidiendo así quedarse con la remera algodón ajena.

Salió de la habitación para huéspedes con la camiseta del alfa, sus pantalones ajustados y descalzo, siguiendo los ruidos, consiguiendo así entrar a la cocina donde enseguida vio al mayor metiendo unos panes en la tostadora.

Era la primera vez que lo veía vestido con ropa de casa, tenía un pantalón gris de chándal y no lo iba a negar, su alfa tenía un trasero muy atractiva para la vista, y esa remera azul marino que solo resaltaba más los músculos de su espalda y sus brazos.

Sonrió malicioso para sí mismo reprendiéndose mentalmente por andar de mirón.

— Buen día Alfa— saludo acercándose.

— Hola cariño — respondió dándose vuelta para mirarlo, y sonrió enternecido viéndolo vestir con su ropa, la cual que quedaba gigantesca, su alfa se removió alimentando su ego, ahora quería verlo vestir siempre con su ropa, y tal vez en un futuro no tan lejano, solo con su camiseta, sin ninguna otra prenda — debo admitir que me encanta verte vestido con mi ropa —comentó, acercándose para darle un beso en la frente.

Precioso, es lo único que tenía en mente, Gulf tenía mucho poder sobre él y aún el menor no lo sabía.

Trago el agua que se le había juntado en la boca al ver como sus suaves clavículas se asomaban atrevidamente desde el cuello de su remera.

—Espero que no te moleste que lo siga usando— comento rodeando la cintura del alfa mirando como el humeante café iba chorreando tranquilamente, haciendo que toda la cocina huela maravillosamente a ella.

—Me acanta que lo uses— respondió dando un beso más en la cabeza, adorando que el omega se sienta libre de ir a abrazarlo cuando quiera, amaba su proximidad, sus toques, su dulce aroma, estaba amando todo de Gulf — ¿qué quieres desayunar cariño? —preguntó dispuesto a preparar cualquier cosa para el menor.

—Hm sólo café alfa, no tengo apetito— respondió liberando la cintura ajena empezando a husmear por la cocina, buscando el lugar donde guarda las tazas, encontrándolas en la parte superior de la alacena.
Mew sonreía viéndolo de reojo mientras sacaba los panes listos de la tostadora para meter otra dos, estaba contento de que su omega se desenvuelva con confianza en su casa.

HIJO DEL DESTINO. Hablemos de amor.        ☀️🌻Where stories live. Discover now