CAPÍTULO XII

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Que delicia...

❤️🌻🐺🐺☀️❤️


Gulf despertó lentamente, la luz tenue del día naciente iluminaba suavemente el nido de la pareja destinada, los rayos atravesando las ligeras cortinas blancas las cuales eran traslúcidas dando un ambiente completamente armónico y confortante.

Las comisuras rosadas se elevaron adormiladas a medida que sus orbes iban recorriendo aquella pulcra habitación y recordando el lugar donde amaneció.
En el nido de su alfa, exquisitamente suave y cómodo, tan calentita. Pero su alfa no estaba... no en el lugar donde lo dejó antes de dormir, su pecho ya no era su cómoda almohada. Porque su alfa estaba más abajo, rodeando posesivamente su cintura con su rostro unido en el abdomen del omega, aún durmiendo profundamente, con sus achocolatados mechones repartidos por todos lados. Aferrado a su omega, y ese lugar donde alguna vez confía que estarán sus crías.

Gulf moría de amor, Mew es enorme comparado con lo que es él, pero se comportaba como un cachorro en los brazos de su dueño, nunca lo vio actuar de tal manera con nadie, su rostro adusto era inquebrantable y parecía tan peligroso y amargado, solo con Gulf era tan dulce y blando.

—Alfa —llamó suavemente acariciado su cabello.

Los ojos marrones se abrieron y se elevaron hacia el omega regalándole una mirada risueña y traviesa, la sonrisita le confirmaba al menor lo feliz y juguetón que amaneció su amado novio.

Mew gruñia satisfecho mientras volvía a hundir su rostro en el plano abdomen de su omega, sentía tanta vitalidad en ese lugar, levantó la remera y acarició la tibia piel con la nariz sintiendo su aroma natural tan suave y encantador.

Empezó a besar pausada y sonoramente una parte para después besar otro lugar haciendo reír enternecido a su omega. Era raro aquella curiosa acción, Gulf no sabe si Mew esta jugando o marcando lugares específicos sobre su panza.

—¿Qué estas haciendo? —Pregunto aún con la sonrisa boba en la cara.

—Acá...—respondió besando otra vez el primer lugar que beso— estará uno de nuestros hijos, y aquí... —beso el segundo lugar, un poco más abajo del primero— estará mi segundo hijo—el rostro del omega estaba sonrojado, el alfa conecto una mirada coqueta a su novio y bajo un poco más hacia abajo la goma del short—y aquí —ronroneo con la voz baja y rasposa besando húmedo, aprovechando para que la punta de la lengua pueda lamer ese recóndito lugar y mantuvo los labios pegados por más tiempo en la parte de la pelvis más íntima haciendo jadear al omega —aquí estará mi pequeña princesa, una igualita a su precioso padre de enormes ojos llenos de vida, con un lunar adornando esos orbes que adorare toda mi vida... una perfecta omega, tal como su papi lo es.

Gulf le mantuvo la brillosa mirada por unos segundos, en silencio y después soltó una risa enamorada liberando el aire que mantenía en sus pulmones— ¿crees que podré con tres? ¿Has visto lo flacucho y pequeño que soy?

A pesar de que quería sonar irónico y no demostrar tanta emoción; su voz cortada lo traicionaba, su Alfa ya planeaba una gran familia y solo quería llorar de felicidad, imaginar una familia hecha con su Alfa era un milagro tan grande que le parecía algo tan ajeno. ¿Cómo es tener una familia?

No quería, no era un omega patético que llora por todo. Pero sus ojos se inundaron en lágrimas emocionadas.

Gulf es un omega fuerte, no se sonroja a menos que estén en un roce demasiado íntimo, se ríe de las palabras venenosas que bien podría lastimarlo y nunca lo ha visto llorar, más solo lo vio liberar una lágrima cuando pensó que lo había matado, es una persona que vive el día a día como si supiera que la muerte está siempre bajo su sombra, pendiente y esperando por un alma que desde su concepción le pertenecía...

HIJO DEL DESTINO. Hablemos de amor.        ☀️🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora