CAPÍTULO V

3.1K 455 110
                                    

Por favor acepta


Una nueva semana estaba empezando.

Mew despertó una hora antes que su despertador sonara. Su alfa estaba inquieto, se levantó sin siquiera saber que hacer consigo mismo. No sabe si estaba pasando algo con su omega pero a medida que avanzaba los minutos tenía miedo, y su estado de ánimo solo empeoraba. Enfurecido de no entender que le pasa, fue directo a su gimnasio y empezó a golpear el saco de boxeo como un toro furioso, las venas de su cuello estaban oscuros, los de su brazo parecían que reventarían, los colmillo crecían como si quisiera arrancarle el cuello a alguien y gruñia amenazadoramente, descargo toda su furia golpeando tan fuerte el saco terminando rompiéndose, la arena se derramó a sus pies y el rojo de sus ojos se quedaron mirando como su sudor goteaba mojando el suelo.

Gulf despertó cuando Carlos giro sobre él sacándole todo el aire.

Se levantó arrastrando los pies con los ojos cerrados dirigiéndose al baño, chocando con todo a su paso.

Después de un largo baño estaba completamente despierto, miró el reloj, aún tenía una hora antes de llegar, vistió el jean oscuro que le compró su amigo, eran sport elegante que le sentaba maravillosamente a la curva de sus glúteos, ajustado suavemente a los muslos, sacó los zapatos de la caja y sonrió al ver su calce exacto, cuando Carlos se convierte en Gina parecía transformarse completamente, podía adivinar todo de él con tan solo escanearlo con sus negros y astutos ojos.

Vistió la delicada camisa de algodón color crema, desabrocho el pantalón y metió el dobladillo de la camisa bajo la pretina del pantalón, paso los dedos por su alborotado mechones oscuros y se miró al espejo contento consigo mismo, se veía bastante discreto y lindo a la vez.
Gina tenía un gusto exquisito a la hora de comprar ropa para omegas varones.

—¡Bruja! ¡ya me voy! — aviso tocando levemente el hombro del alfa.

La enorme pero femenina mano del mayor salió debajo de la frazada atrapando el brazo del menor llevándolo en la cama otra vez, Carlos abrazo a su amigo llenando su cara de besos —mucha suerte pequeño, sabes que puedes llamarme e iré a rescatarte—hablo con la voz adormilada.

—Gracias Carlos— dijo suavemente sonriendo feliz de tener alguien que lo quiera y lo cuide, pero Carlos empezaba a quedarse dormido de nuevo con el omega prisionero en sus brazos —Am… se que me amas y todo eso… pero estas arrugando mi camisa y tu boca apesta a muerto, no sé si pueda aguantar mucho— se burló escuchando un gruñido molesto, el mayor lo libero de mala gana.

—Mocoso malagradecido — escucho al mayor murmurar entre dientes y el menor río bajito dirigiéndose a la puerta—¡Gulf! — llamó de nuevo el mayor antes de que salga, el nombrado espero que siga hablando—te deje un celular en la mesa, úsalo —el omega obedeció y camino al comedor, miró con curiosidad el aparato de alta gama.

—¡Es tu celular! Estas cosas son caras y…

—Solo cállate y acéptalo, mi novio me dio uno nuevo, lo iba a tirar de todos modos— Gulf asintió mordiendo los labios y guardando el celular en su bolso bandolera de cuero marrón que también Gina le consiguió — ni creas que te voy a mimar tanto omega manipulador— amenazó seriamente. Pero irónicamente estaba haciendo todo lo contrario a lo que decía.

Gulf se acercó al cuerpo durmiente, le dio un fugaz besito antes de salir por la puerta. Sabía que al mayor no le gustaba mucho que le den las gracias. Si era amable es porque le quería hacerlo, no porque buscaba gratitud.

HIJO DEL DESTINO. Hablemos de amor.        ☀️🌻Where stories live. Discover now