CAPÍTULO XVI

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¿PUEDO?

      PUEDES…

🐺☀️🌻🐺

Mew trago saliva e intento deshacerse del nudo que parecía querer ahogarlo a medida que los segundos avanzaban.
En su mirada se reflejaba su intranquilidad, y su corazón parecía querer salirse del pecho a medida que llegaban a su hogar.

Sentía la nostalgia, sentía el dolor, la herida de nuevo abierta, la soledad, el remordimiento, la confusión… y todos eran ajenos.

Estaba profundamente preocupado por su omega.

En el camino de regreso el menor estuvo mirándolo, como si intentara descubrir algo en él.
Después de aquella rara plática que el menor tuvo con su madre y en la que él quedó excluido, su pequeño novio había quedado completamente aturdido.
Lo miraba con recelo, no lo tocaba y peor, no se dejaba tocar.

De pronto, Gulf levantó su celular y marcó un número, después de tres timbrados una conocida voz respondió y Mew escuchó—¿Gina? —estacionó y miró al omega con curiosidad— ¿Puedes venir a buscarme?...  no, está bien… solo... Gracias —colgó la llamada y salió del auto caminando casi corriendo hacia el ascensor, no espero por su novio e ignoró su desespero.                                                                                                                      
Mew lo siguió apresurado, absorto de lo que había escuchado, su mente cada vez golpeaba más fuerte la autopregunta ¿Dónde falle?— ¡omega! ¿Que sucede? —llamó más preocupado— quedamos que te quedarías conmigo ésta noche bebé —quiso tocarlo pero el omega se alejo de inmediato. Aquello hizo que el corazón del Alfa se lamentara y casi llora a sus pies.

Era la primera vez que recibía rechazo de su omega y jamás pensó que podía ser tan doloroso.

—Omega…

La puerta del elevador se abrió y Gulf salió primero dejando a Mew hablando solo.

El omega seguía aturdido y parecía no escuchar nada, estaba perdido en su propia cabeza, las imágenes del pasado seguían apareciendo cada vez más nítidas, pero él más se confundía.

Entraron en el departamento y Gulf se apresuró en llegar a la habitación de huéspedes.

—¡Gulf! ¿Qué te pasa mi amor?! —Mew lo siguió y por mas que reclamó y su voz tembló, no recibía respuesta.

Siente que prácticamente muere cuando Gulf cerró la puerta de la habitación frente a sus narices imposibilitando que lo siga. No sabe que es lo que hizo mal, o que fue lo que le hicieron a su único, pero empezaba a aterrarse por todo aquello.

Parecía que estaba al borde de un profundo precipicio lleno de soledad viscosa y de recuerdos que definitivamente dolerían.

Abrió la puerta de la habitación y lo encontró sentado en el piso con sus cosas tiradas por todos lados, con las hojas de sus bocetos a su alrededor y las manos temblando furiosamente.

Gulf levantó la mirada, totalmente inundada en lágrimas y miró a Mew como si estuviera viendo algo terrible.

—Mi amor —el Alfa se acercó lentamente— dime algo —cayó de rodillas frente al menor y quiso tomarlo de la mano pero Gulf se apartó otra vez— dime mi amado Omega… ¿acaso falle en algo?— la voz de Mew salió tembloroso y parecía que partiría en llanto en cualquier momento.

Gulf jadeo ahogado, liberando el aire que retenía, cuando iba a intentar hablar el celular sonó interrumpiéndolo. Y como una desesperada salida de emergencia, se tiró en ella; ignoró de nuevo a su alfa y contestó la llamada.

HIJO DEL DESTINO. Hablemos de amor.        ☀️🌻Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora