[⭐]Estoy solo.

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Género: Hurt/Confort. Fluff.
Temática: Universo Canon.
Palabras: 1250.
Idea Suelta.
[⭐]

Abre los ojos, su vista apenas se acostumbran a la poca luz de la luna que se cuela por la ventana, iluminando con esfuerzo su habitación.

Su corazón late desbocado, y siente la garganta apretada, sus manos tiemblan, su cuerpo tiembla, hace un esfuerzo por respirar.

Está solo, en la oscuridad de su cuarto, bajo las mantas que lo mantienen cálido, está solo.

Tiene el pecho apretado, y no se siente del todo consciente de lo que pasa, pero tiene miedo, mucho miedo.

Sólo tiene miedo.

Se siente como un tonto, tiene diecisiete años pero ahí está, intentando hundirse en su propia cama sin poder superar del todo un pesadilla.

“Y es sólo eso" piensa “Es sólo una pesadilla”

Las pesadillas solo pueden lastimarlo en su cabeza, cuando sus ojos están cerrados, su cuerpo descansa y no es consciente de nada más que eso. De su mente haciéndole jugarretas y dándole mala pasadas, proyectando un montón de imágenes que no quería ver, ruidos que no quería oír y cosas que no quería sentir.

Yosetsu tenía miedo, y se sentía un tonto por eso.

“Es sólo un pesadilla”

Pero aún así desconfía de la oscuridad que lo rodea, su corazón sigue latiendo rápido y siente que no puede confiar en cerrar sus ojos de nuevo, así que busca su celular a tientas en la mesita de noche.

Su cabeza me duele cuando el brillo se estrella directamente contra sus ojos, y le marea pero busca con rapidez un contacto en específico.

Su dedo desliza la pantalla con rapidez entre la lista de contactos, pasa cada letra hasta llegar a la "Y".

Después de todo, ella estará dispuesta a escucharlo, aunque tenga clases mañana, aunque no pueda volver a dormir o tenga un presentación importante.

Yoshimi a veces lo miraba molesta, hasta que veía sus ojos tristes y aterrados. Sólo un “¿Puedo dormir contigo?” Ella no necesitaba explicación, levantaba la manta y le dejaba un lado en su cama. Sólo le daba la mano, y él estaría bien, porque sentiría su calidez, y sabía el mensaje aún si no lo escuchaba, era un muy silencioso “Estoy aquí, torpe. No me iré a ningún lado."

Y con eso bastaba y todo estaría bien. Aún cuando dejó de ser un niño, y apenas podían caber ambos en la misma cama, seguía siendo el mismo ritual.

“¿Puedo dormir contigo?”

No necesitaba más, sólo lo preguntó una vez. “¿Qué soñaste?”

Y se lo dijo aún cuando no quisiera recordarlo, Yoshimi jamás volvió a cuestionar la razón para que él toque la puerta de su habitación a mitad de la noche.

Pero después se mudó a U.A, y todo estaba bien. Hasta que una noche tuvo la pesadilla, y no supo que hacer, sintiendo que se ahogaba en la ansiedad y el terror controlaba cada uno de sus movimientos, marcando su número sin ser del todo consciente de lo que hacía.

“Está bien. Puedes llamarme siempre que pase, estoy aquí, Yose-chan. Estoy aquí.”

No estaba ahí, pero lo estaba de cierta forma y se calmaba luego de escucharla hablar por largos minutos hasta que su corazón latía más lento, con la seguridad de poder volver a dormir.

Así que ahí estaba con el corazón golpeando su pecho, la vista borrosa y los dedos temblando. Sólo necesitaba oírla, todo estaría bien.

—¿Hola?

Yosetsu se dijo a sí mismo torpe vez más, y sintió la vergüenza reptar a través de su cuerpo con libertad.

—¿Yosetsu-san? ¿Sucede algo?

Los labios le tiemblan, he intenta tomar aire, que su voz suene normal, que pueda decir “Nada, me equivoqué de número. Descansa.” Pero el aire entra a su pecho con violencia, sonando como si se estuviera ahogando y cuando exhala suena a un sollozo, o más bien, lo es.

—¿Yosetsu-San? ¿Está bien? ¡¿Qué está pasando?! —La voz de Momo no es fuerte pero si suena alterada, como si despabilara de a poco del sueño y estuviera dispuesta a saltar a donde fuera con tal de ayudarlo.

—N-nada, Momo. No pasa nada. —Ni siquiera el mismo se lo cree, las palabras son pausadas por sus respiraciones profundas intentando calmarse.

“¡Qué gran impresión!” piensa. Llamar a tu novia en plena madrugada, sollozando como un niño por una pesadilla. “¡Fantastico! ¿Podría quedar más en ridículo?”

—Yosetsu-san, no mienta por favor. ¿Qué sucede?

—Tuve una pesadilla. —Decirlo en voz alta sólo lo hace sentir peor, pero ahora que habló no quiere parar. —Sé que es tonto, perdón por despertarte por esta tontería, en realidad...

—No es una tontería. —Lo interrumpe ella, con la voz dulce.

—¿Qué dijiste? —No se lo cree para nada.

—Todos tienen pesadillas. —responde Yaoyorozu, y escucha algo removerse, tal vez ella buscando una mejor postura. —Y todos tenemos miedo al despertar de alguna. No es una tontería, Yosetsu.

—Pero no debí despertarte por eso. Perdón.

—No se preocupe. —Se queda un momento en silencio, que al azabache le sabe más bien dubitativo, como si decidiera como seguir. —¿Quiere hablar de eso?

—La verdad es que no. —¿Quién quiere rememorar aquello que no le permite descansar? Pero ahora es él aquel que no deja que ella descanse así que siente que le debe algo. —Es sobre el accidente, y como perdí a papá.

Ella se queda en silencio de nuevo, no insiste, no hace nada, solo se mantiene en silencio dispuesta a escuchar.

—Pero Yoshimi... —Las palabras se le cortan una vez más, siente lágrimas reunirse en sus ojos y apreta la camisa del pijama justo donde está su corazón, de nuevo se siente aterrado. —Ella... Ella no lo lograba, Momo. Y el auto seguía girando, había mucha sangre y...

—Yosetsu...

—Me quedaba solo. —Y lo dice, se siente más liviano, pero aún asustado. A eso le teme.

Le teme a lo que hubiera pasado, si Yoshimi no estaba para él a cada paso, si hubiera quedado solo entre paredes de un apartamento sin nada a lo que aferrarse. Que ella simplemente no estuviera, que de un momento a otro, ella ya no esté. Le aterra quedarse solo.

—No estas solo. —dice con firmeza. —No está solo, Yosetsu. Y nunca lo estará.

—Pero...

—No está solo. —repite, y el azabache muerde su labio inferior intentando no seguir llorando. Se siente bien que alguien se lo diga, aunque el miedo siga ahí. —No lo dejaré sólo.

—No puedes prometerlo. —Se limpia con rudeza las lágrimas acumuladas.

—Pero puedo prometer el hecho de estar aquí siempre que sea posible. No puedo controlar el tiempo, pero... No está en mis planes dejarlo solo aún.

—Gracias. —contesta bajito, sintiendo una calidez correr por su cuerpo y una sonrisa pequeña abordar sus labios.

—¿Está mejor? —Un ruidito proveniente desde el fondo de su garganta es la respuesta, y ella suena cansada pero parece no querer colgar hasta estar segura. —Te amo, Yosetsu. Y está bien tener miedo a veces, sigues siendo la persona más valiente que conozco.

—Yo también te amo. Muchas gracias, Momo.

—Descansa. —Y él cuelga, ya la molestó lo bastante por una noche. Antes de bloquear su teléfono mira la fotografía que enmarca su fondo de pantalla, se veían Kaibara, Tsuburaba, Rin, Monoma, TetsuTetsu y Kendo junto a él sonriendo a la cámara. Al bloquearlo y volverlo a encender vé otra fotografía, está Momo besando su mejilla y Yoshimi junto a él haciendo una boca de pato, no puede evitar reírse bajito.

—No estoy solo. —Se dice y está vez, de verdad se lo cree.

AwaMomo Zone.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora