Deidara estaba en la sala de emergencia, que no era tan grave su situación, al terminar lo dejaron sin respirador, para ver si podia estar sin el respirador, lo que le fue algo extraño es que estaba dormido, pero el cabello del rubio poco a poco de ser pálido estaba cambiando de color, los médicos se acercaron más para ver con atención.
De pálido estaba cambiando a un rubio más vivo, en pocas palabras estaba volviendo a la normalidad, sus mejillas de estar delgadas, estaban comenzando a tomar su forma, delicada pero normal, al igual que sus manos, en cuestión el resto del cuerpo estaba volviendo al peso que estaba antes, los doctores no podía creer lo que estaban viendo.
Al despertar notaron que los ojos del joven tenían un azul zafiro bastante llamativo, se levantó de la camilla para mirar a los médicos con extrañez, pero para estar seguros le hicieron un examen más, aun tenia la Anorexia en su interior, pero no era tan grave como antes, era algo inimaginable y difícil de creer.
Cuando Obito y Deidara llegan a la casa, el rubio se fue a la habitación para mirarse en el espejo, se había quitado la ropa superior, y mirar su piel, no solo había vuelto a la normalidad, si no que había sufrido un cambio un poco más mayor, ni el entendía que estaba pasando, extendió su mano pero antes de tocar el espejo, el reflejo de su yo pasado apareció.
Deidara: ¿Tú has hecho esto?...-dijo con seguridad-
_ Exacto, solo mejore tu estado fisico, te he dado mi apariencia, por que aunque seamos la misma persona, tu físico no era la misma que la mia, bueno ahora la tienes, esta en ti en superar la enfermedad.
Deidara: No se como agradecerte en verdad.
_Solo se fuerte. -desaparece-
Obito entró a la habitación, y al ver al rubio frente al espejo se acercó para ponerse por detrás de él, puso sus manos en los hombros del rubio, notando que su piel estaba fría.
Obito: Aun no se que ha pasado, pero fuera lo que fuera, mira te -sonríe- estás como antes.
Deidara: Eso es bueno ¿no crees?.
Obito: Escucha, lo que pasó en la playa...siento que debo pedirte disculpas, por que no debí actuar así y...!...-es callado por un beso-
Deidara: No importa ya, Sasori no tenia porque besarme, no siento nada por el, no tengo nada a que me ate.
Obito: Puede que no, pero si nace otra vez ese sentimiento que tenías, no dudes en decirme, no quiero arriesgarme a ser engañado otra vez.
Deidara: Creeme que no pasara, Sasori está más que superado, no tienes que preocuparte de ello, lo único que quiero ahora es mejorar, aún tengo la enfermedad.
Obito: Deidara...¿que somos tu y yo en realidad?.
Deidara: Ni yo se que somos en realidad, por que nos dejamos llevar por los sentimientos, al menos yo lo hago, de que te amo es verdad, ya te lo eh demostrado muchas veces.
Obito: Yo tambien te amo, y tambien he demostrado lo que siento por ti, he cometido unos errores muy estupidos, pero ahora estoy mas que seguro de estar contigo hasta donde nos de la vida.
Deidara: ¿Lo crees?, solo decimos "te amo" y ni siquiera hemos tenido citas, no nos conocemos tanto, por todo lo que ha ocurrido.
Obito: Entonces dame la oportunidad de conocerte un poco más.
Deidara: Esta bien, ire por un baño -se fue al baño-
El rubio abrió la llave del agua, después de lavar su cabello comenzó a lavar su cuerpo, notando sus antiguas marcas en su piel, lo cual no estaba arrepentido, aun no sanaba emocionalmente, pero su corazón pedía a gritos al moreno, ya que era el único que lo entendía.
Al terminar de bañarse, salió ya vestido y se acostó en la cama de Obito, dando entender que quería dormir con el, pasada las horas, Obito estaba encima del rubio besándolo mientras sus dedos estaban entre los cabellos del Kamiruzu, por parte de Deidara este abrazaba con sus piernas la cintura del mayor, con sus manos acariciaba las pálidas mejillas de Obito, no había alguna algo sexual, solo besos y algunas lágrimas, por parte del menor, al separarse, el pelinegro se puso de costado para besar la mejilla del menor.
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Obito: ¿Estas bien?...
Deidara: Mejor que nunca, es solo que me cuesta asimilar lo que esta pasando. -dijo mientras mantenía los ojos cerrados-
Obito: Nadie puede lastimarte ahora -lo tomo de la mejilla para hacer que lo mirara- tenlo por seguro.
Deidara: ¿Me lo aseguras? -sonríe-
Obito: Si, ¿pero sabes?, no se que has hecho para enamorarme de esta manera, al punto de volverme loco si no estas, y de que estes bien -pone sus manos en la cadera pequeña del menor para sentarlo en su torso- se que lo que diré es fuerte pero lo dire, Te amo Deidara Kamiruzu.
Deidara: Yo también, tengo que decirlo, Te amo no me hace falta nada más - se acomoda en su pecho-
Estuvieron así hasta que se quedaron dormidos, por lo tanto el moreno se levanto primero a la mañana siguiente, le tocaba trabajar, con toda la pereza se levanto pero al ver su móvil llegó un mensaje de Rin lo cual le molesto un poco.
"Quiero hablar contigo, no quiero seguir peleando por favor".
No le dio importancia, al levantarse el rubio, ambos se cambiaron, se lavaron los dientes, y fueron a la cocina para poder hacer el desayuno, todo era perfecto besos abrazos y amor era en los dos, que no importaba quien estuviera presente, pero paso algo mas, se dejaron llevar demasiado, lo había hecho en ese momento Deidara lo disfrutaba más que nunca, pero jamás se percató de las consecuencias.
Al terminar, limpiaron y desayunaron, para después darse un baño, he ir de compras, ambos habían ignorado la importancia de cuidarse, y de que apenas empezaba la relación, estaban tan cegados en el amor que se tenían que no tomaron importancia aquello.
