Deidara esta en cuatro gritando de placer mientras Obito lo sostenía con una mano en la cintura mientras seguía penetrando mientras soltaba unos gruñidos, las embestidas eran tan fuertes que el cuerpo del rubio se movía un poco brusco, Deidara ama ese lado salvaje que su pareja posee, por parte de Obito perdía la cordura cuando el menor se comportaba como un sumiso.
Deidara: ¡Ahh! ¡¡...m-maldita sea..!!...¡Dame mas con un demonio! -gemía alto-
Sus deceos fueron complidos, las embestidas aumentaron mucho más, el rubio gritaba de placer, y le gusto aun mas ya que Obito tomó sus cabellos, era un fetiche de ambos, el mayor salió de Deidara, dejándolo respirar un poco, por parte del menor, sus piernas temblaban un poco, pero sonrió con satisfacción, cómo su hombre no ahi ninguno.
Obito se sentó en el sofá, y sentó a su pareja en sus piernas, las miradas llenas de perversión, el rubio se sorprendió bastante ya que Obito con rapidez ató sus manos.
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(descripción gráfica).
Obito no espero más y comenzó con las duras y rápidas penetraciones, haciendo gritar al rubio de una manera que nunca lo habia escuchado, soltó la cadena para tomar a Deidara de los muslos, y seguir penetrando.
Deidara: ¡¡Te amo!!...¡¡Te amo!! -gemía sonoramente- ¡¡No quiero otro que no seas tu!! ¡¡O-obito!!...¡¡AHH!!...
El rubio había eyaculado bastante, mientras que Obito lo abrazo en la última estocada y acabo dentro soltando un gruñido, cerró sus ojos fuertemente, ya que se había corrido mucho, al acabar Obito rompió las esposas con sus manos, si tiene mucha fuerza.
Deidara acabó rendido, se acurruco al pecho del moreno, su respiración era muy irregular, Obito lo tomo en brazos y se lo llevó al baño, Deidara soltó una risita, el baño fue bastante tranquilo lleno de besos y caricias.
A los cuatro meses de embarazo, Deidara no era como la gran mayoría de las embarazadas, que tienen antojos extremos, además de que era un alivio para Obito, es un dia de lluvia, Deidara estaba solo en la casa, estaba sentado en la cama mientras miraba la tv, no había mucho que ver, ni siquiera Madara estaba para conversar, Hidan estaba de viaje y de Itachi poco se sabía, lo unico que podia hacer es mirar su pancita, y sentir las suaves pataditas, pero algunas dolian mas de lo normal.
A medida que pasan los días, las cosas se ponían más extrañas Obito no estaba casi nunca en la casa, ya que encontró otro trabajo, pero cuando llegaba a la casa se bañaba y se dormía, casi no tenía tiempo para el rubio, Deidara intentaba de aceptar que Obito estaba ocupado con los trabajos, pero las emociones del embarazo no lo dejaban tranquilo, miles y miles de cosas se le venían a la cabeza, al punto de llorar en las noches.
Le tocaba ir a la clínica, por supuesto que fue solo, se llevo la sorpresa que esperaba mellizos, cuando salió del consultorio noto que la mayoría de las embarazadas/os, venían con sus parejas, bajo la mirada se fue, al llegar a la casa, dejó el bolso en el colgador y fue a la habitacion, Obito estaba cambiandose.
Deidara: Tenemos que hablar.
Obito: Dime, te escucho.
Deidara:¿Que ocurre contigo?...Estoy harto de que no me prestes atención, ¿Hay alguien más?...¿No me amas por qué estoy gordo?... -solloza-
Obito: Deidara por favor, estás mal, solo estoy trabajando para poder mantenerte, entiendelo, no tengo nada ni nadie más en mi vida que no seas tú.
Deidara: Por dios me siento un estorbo-explotó en llanto-
Obito se sintió aun más culpable, no le gustaba ver llorar a su pareja, en estos momentos deben estar felices, además Deidara tiene un embarazo riesgoso.
Obito: No mi amor, no tienes que desconfiar, tampoco tienes que temer a que yo te mienta -lo toma en brazos y se lo lleva a la cama-
Deidara se acurrucó en su pecho, pero los sollozos no paraban, Obito lo recostó en la cama y se acomodó a su lado, comenzó acariciar los cabellos del menor.
Obito: Te amo mucho, como para cometer tal estupidez, yo estoy seguro de mi mismo, y de lo que quiero, además no vale la pena ni el sentido herirte, si te elegí es por que te quiero conmigo hasta que la vida y el destino decida.
Deidara: Perdóname, por dudar de ti, por creer semejante estupidez.
Obito: Deidara deja de culparse, por qué no es sano, si hay algo que no te gusta, tienes que decirme, la comunicación es buena en una pareja, ahora se que no tengo que descuidarte.
Deidara: Pero no quiero agobiarte, estas en el trabajo, no puedes cuidar de mi...
Obito: ¿Que quieres decir, mi amor no me crees capaz? -sonrie-
Deidara:N-no no quiero decir eso...Es solo que te esfuerzas demasiado por nosotros...3... -cubre su carita tiernamente-
Obito: ¿Como que 3?... Deidara...no me digas..
Deidara: Espero mellizos...
Obito lo tomó en brazos y lo lleno de besos, no podía creer la hermosa noticia, pasaron unos días, Deidara cocinaba un arroz, su cabello estaba atado, de pronto alguien tocó la puerta. A Los días Deidara estaba cocinado cuando tocaron la puerta,el rubio dejó la cuchara de madera para atender, llevaba una remera negra de su novio, al abrir era Solari.
Deidara: Hola que bueno verte -sonrie- pasa por favor.
Solari: Muchas gracias por invitarme, ¿ustedes todo en orden?.
