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Toma un trago de mi whisky mientras sigo observando al hombre del balcón. Él estaba ahí de pie mirando todo el lugar. Tenía que ser alguien importante en este bar para que estuviera allí arriba.

-¿Y bien? Ya lo encontraste. - Miro a Malcolm y vuelvo a ver al hombre.

-Ese tiene que ser Damián. - Digo segura. - Ahora mi duda es ¿Quién carajos es y que tiene que ver con mi padre y Escorpión?

- Ni se te ocurra pensar en que le preguntarás a el.

Volteo mis ojos ante la idiotez que dijo Magnus.

-Claro que no, no soy idiota. - Lo miro miro como si hubiera dicho la estupidez más grande del mundo. - Se lo preguntare a una persona que trabaje aquí.

Tras decir eso me levanto y los chicos me miran alertados.

-¿Estas loca? Siéntate.

Ignoro a Magnus y empiezo a caminar mientra que saco un fino hilo del vestido y lo enredo al mi pulsera.

Me dirijo a una barra donde veo a la mesera que nos había llevado las bebidas y me acerco a ella con una cara de que me ha pasado la peor de las tragedias. Ella al verme no duda en acercarse.

-¿Ocurre algo señorita? ¿Se encuentra bien?

- ¡Oh Dios! Ayudame está pasando una tragedia.- Pongo mi mejor cara de desesperación.

- Claro que si señorita, dígame. - Veo como la chica pone una cara de preocupación

- Se ha enredado mi vestido a mi pulsera, un tirón y quedare en ridículo y mi vestido quedará arruinado. Ayudame, estoy en una cita con esos bombones llenos de dinero y no puedo arruinar mi vestido. - Le digo llena de una falsa desesperación.

Aquella amable chica se relaja y asiente rápidamente y sale de la barra para estar a mi lado en unos segundos.

- Venga conmigo al baño, resolveremos esto en unos segundos.

- Oh, gracias cariño.

Hago un baile triunfal en mi mente y empiezo a seguir a mi adorada Karla. Volteo mi cabeza hacia los hermanos y les sonrío y guiño un ojo al ver sus caras preocupadas. Pobrecitos, no saben que están con una perfecta manipuladora.

Llegamos al baño y veo que aquí siguen los lujos y puedo notar como los grifos son de un color dorado. Oro, los grifos eran de oro.

-!Wao! Son de oro. - Menciono con una fingida sorpresa.

- Lo son, señorita. - Ella afirma y ve el problema con mi vestido. Se arrodilla frente a mi y empieza a examinar el nudo. - Veamos como resolver esto.

Ella empieza a mover cuidadosamente el hilo y mi pulsera mientras que yo empezaba a crear en mi mente la historia y preguntas perfectas.

- El dueño de esto debe tener mucho dinero. - Miro todo con mi fingido asombro. - Creo que tengo que cambiar de víctima

Ella ríe un poco ante lo que he dicho pero no dice nada

- ¿Lo conoces? ¿Sabes si es un viejo verde? - Hago una mueca de asco. - Aunque si lo fuera no importaría en lo absoluto.

Ella vuelve a reír un poco más fuerte y se que le ha hecho gracia.

- Lo conozco, señorita y no es para nada un viejo verde.

- ¿No lo es? Uf. Cuéntame más ¿Casado, hijos? Aunque en realidad es lo de menos ¿Es guapo?

- Guapísimo. - Ella susurra mientras se muerde el labio.

- Entonces es perfecto para encajar las garras. - Ella me mira y yo subo y bajo mis cejas haciendo que ella se sonroje y siga desenredando mi vestido.

Russell [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora