Russell [+18]

26

Mi corazón latía rápidamente mientras veía a todas las personas en el aeropuerto.

Hoy por fin los volvería a ver a todos y no podía estar más feliz por ello.

Mis manos se aferraban al brazo de Jason al no poder contener la emoción.

Entonces la veo.

Aquel cuerpo de infarto, su cabello negro y esos inconfundibles ojos azules.

Cuando nuestras miradas se conectaron ella se detuvo y me miró emocionada luego soltó un grito que estaba segura alertó a todo el aeropuerto y empezó a correr hacia mi dejando su equipaje atras.

Yo no me quedé esperando y también empecé a correr hacia ella. Hasta que por fin pude sentir como nuestros cuerpos impactaron y gracias a ello caímos al suelo abrazadas, pero no importo. Por fin estábamos de nuevo juntas. Por fin tenía a mi mejor amiga conmigo.

Puedo sentir como ella empieza a llorar y yo no puedo evitar seguirla.

-¡Oh por Dios! ¡Te extrañé tanto perra suertuda!- Dijo entre sollozos y yo solo la apreté más fuerte.

Sentí como un cuerpo pesado se unió a nosotras y sabía muy bien que era Aiden. Suelto a Ava de uno de mis brazos y rodeo a Aiden también quedando los tres abrazados.

Sabia que debíamos de estar dando un espectáculo a todo el aeropuerto pero eso era lo de menos.

- Los extrañaba tanto. - Susurro pero asegurándome que me escucharan.

- No tienes idea de lo que nos hiciste falta, niña. - La voz entrecortada de Aiden hizo que mis ojos se volvieran a llenar de lágrimas.

Los abrace un poco más fuerte mientras ellos hacían lo mismo.

Los tres habíamos formado una amistad que superaba todo aquello que había visto en películas y libros. Los amaba tanto y soy tan afortunada de tenerlos en mi vida. Ellos son las personas más increíble que me pude haber topado en esta vida.

Me separo de ellos y miro sus rostros. Los tres somos un desastres de lágrimas. Ver de nuevo sus rostros me alegraba a niveles que no pensé que lo haría.

Nos tomamos los tres de las manos mientras no decíamos nada. Solo nos veíamos emocionados.

- Yo quiero. - Volteo y veo a una radiante Olivia de la mano de Connor.

Me levanto y me lanzo a sus brazos para abrazarla y ella no duda en rodearme.

- Te extrañé, chismosa.

- Ese es el apodo más lindo que me han dado. - Ella dice emocionada y me aprieta más fuerte.

Olivia y yo habíamos creado un lazo más cercano. Hablábamos casi seguido. Ella es de las personas que te etiquetaban en todo en las redes sociales. Me enviaba fotos graciosas e incluso me contaba de su día a día y yo hacía lo mismo, claro omitiendo algunas cosas. Ella sin duda es una persona extraordinariamente increíble. Es tan alegre que podía contagiar a cualquiera con su sola presencia.

Olivia es todo lo que estaba bien en esta vida y sin duda alguna Connor es tan afortunado de tenerla y él lo sabía perfectamente.

Lo sabía tanto que faltaba poco para que pidiera su mano en matrimonio en un lugar tan increíble como a la orilla de la playa con la puesta del sol presenciando todo.

Estaba emocionada por ese momento.

No tenían mucho en una relación pero Connor estaba tan seguro que ella es la mujer con la que quería compartir su vida que él no dejaría que se fuera de su lado por nada en el mundo y quería empezar su vida junto a ella y poder tener el honor de llamarla su esposa. Sus palabras, no las mías.