3

103K 8.9K 8.3K
                                    

—¿Qué estás tratando de hacer? — Es lo primero que le pregunto a Emily al ver cómo intenta meter su mano entera en su boca.

Ella hace unos sonidos inentendibles para después sacar su mano.

— Quiero saber si en mi boca podrían entrar dos pollas juntas. No quiero quedar como tonta cuando lo intente.

La miro incredula y ella vuelve a intentar en que su boca entre su mano.

Niego con mi cabeza y tomo mi celular ignorando lo que he visto hace unos segundos.

Empiezo a navegar por mis redes aburrida de hacer lo mismo todos los días, aunque sé que ya mañana podría hacer, tenía que ir a la universidad. No podía seguir posponiendolo, si seguía así, probablemente jamás termine. Ya iban tres semanas de encierro en mi casa

Solo sería un año. Solo un año de estudios y podría ver qué carajos haría con mi vida. No podía echar por la borda todos mis esfuerzos de los últimos años.

—¿Nos acompañaras mañana al club? — Volteo hacia Emily quien empezó a estirar hacia los lados su boca.

— Si papá me deja sí, necesito salir.

A estas alturas aceptaría hasta irme de viaje.

— ¡Yes! Tu padre no debería de preocuparse de que vayas al club, el estará ahí.

—¿Estará ahí?

—Sí, será viernes. Él va todos los viernes.

—Entonces iré.

—¡Yes! — Ella alza sus brazos emocionada y me río. — La princesa saldrá de su torre.

Ruedo los ojos y mi celular suena. Lo tomo.

Desconocido.

Frunzo el ceño mientras contesto.

—¿Hola? — Digo al contestar.

Nada.

—¿Hola? — Vuelvo a intentar pero solo hay silencio.

De inmediato me asusto y cuelgo con rapidez.

Si algo sabía era que se necesitaba diez segundos para rastrear la llamada y aunque para nadie era un misterio que yo estaba aquí resguardada igual sentía miedo.

—¿Quién era? — Me sobresalto ante la pregunta de Emily.

—Nadie. — Contesto rápidamente. — No hablaron y colgué.

—Extraño. Bueno, sería extraño que alguien quiera rastrearte, no es un secreto que estás aquí, así que no tienes que preocuparte. Pero tienes que cambiar tu celular, no es seguro que alguien tenga tu número.

Asiento dándole la razón. Nadie que yo no eligiera podía tener mi número telefónico.

— No saldré con mi celular por prevención, nunca se sabe. Compraré una nueva línea mañana.

—¿Irás con Jason?

—No por qué quiera. Jason estará conmigo los próximos meses conmigo como un chicle. — Y no me quejaba, me sentía más protegida con él a mi lado.

—Tengo que irme. Nos vemos luego. — Ella se levanta abruptamente de mi cama mirando su celular y ni siquiera pude despedirme de vuelta cuando ella ya había salido de mi habitación.

Me sobresalté al escuchar mi celular volver a sonar y veo que es el mismo número desconocido. No contesto. Quién quiera que sea no me estaba dando buena espina.

Russell [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora