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Preparen sus pañuelos porque este capítulo viene a desatar lágrimas.


Habíamos llegado ya a la casa y yo no había podido pronunciar ninguna palabra. Mi mente me había transportado dos años atrás cuando lo conocí...

Lo recuerdo perfectamente.

Yo era la chica linda pero estudiosa a la que nadie podía llegar pero él lo hizo, él pudo cruzar mis barreras.

Me siento en un sofá y me quedo mirando fijamente la ventana en donde podía ver la luna. Mis ojos se cristalizaron cuando recuerdo ese día.

Caminaba por los pasillos de la universidad hasta que llegue a la canchas en dónde me senté en las gradas. Estaban los chicos practicando para los juegos que pronto se acercaban y yo empecé a leer uno de mis libros. Faltaba una hora para entrar a mi siguiente clase y siempre venía aquí.

El ruido nunca era un problema porque siempre la lectura me sumergía y podía olvidar completamente mi alrededor.

Un golpe en la grada de abajo me sobresalto. Miro hacia abajo y veo un balón.

- Lo siento. - Me sorprendo por la voz y cuando alzo mi rostro siento como el mío se vuelve completamente rojo pues frente a mí se encontraba el capitán del equipo, Sander Jones.

- No- no te preocupes. - Digo en voz baja.

- Siempre estás aquí cuando practicamos. Soy Sander Jones. - El extiende su mano hacia mi.

- Soy Abigail Russell.

Tímidamente extiendo mi mano y me sonrojo aún más cuando nuestras manos se tocan.

- Un placer, Abi. Tengo que volver.

Asiento y bajo mi mirada mientras siento como mi corazón latía como loco.

¿Quién diría que ese día conocí al hombre que marcaría mi vida entera?

Una lágrima baja por mi mejilla mientras el recuerdo de cómo lo conocí cruza mi mente.

Sorbo mi nariz y limpio las pocas lágrimas que salieron de mis ojos y veo a mi alrededor como todos me observaban en silencio.

- Cuando llegue a Dankworth yo estaba completamente rota, aunque no se notara. Tan solo habían pasado unos pocos meses desde la noche que me desgraciaron la vida. - Empiezo a hablar mientras mis ojos quedan en un punto fijo. - Fue difícil lidear con ello sola. Hannah no pudo quedarse por mucho tiempo, Jason y yo habíamos peleado y Emily aún no había llegado a mi vida. Mis padres siempre estuvieron en su mundo viviendo una pelea constante. Mamá se convirtió en una trabajadora sexual por diversión y porque le gustaba la atención y el dinero que otros hombres podían darle y papá se metía toda la droga que podía mientras vivía en guerra con Escorpión. Cuando decidí el intercambio jamás pensé que eso me cambiaría la vida entera.

Volteo con mis ojos un poco empañados hacia Ava y Aiden.

- Ustedes dos fueron una inmensa luz fuera del túnel en el que me encontraba. Se convirtieron en mis mejores amigos y nunca me cansaré de decirlo que ustedes fueron los primeros en darle un verdadero cambio a mi vida. - Volteo a Connor. - Llegaste luego tú, fuiste el primer hombre que se acercó a mí con una buena e increíble intención. Tu corazón es gigante Connor y no me alcanzará la vida para agradecer tu presencia. - Volteo a Garrett y luego a Blake, no puedo evitar no sonreír. - Entraron a este pequeño grupo de una forma muy rara y divertida se volvieron en grandes e incondicionales amigos. - Giro a Olivia quien tenía sus ojos llenos de lágrimas y no puedo evitar reír. - Eres todo lo que está bien en este mundo, Olivia. Confiaste en Connor y en mi a ojos cerrados y estuviste para nosotros apoyándonos. Tienes un corazón muy grande y precioso, me siento afortunada de tener una amiga como tú.

Russell [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora