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Me había transportado a una esquina de mi habitación. Aquella misma esquina que se volvió mi amiga hace dos años.

Mis brazos se aferraron a mis piernas mientras luchaba con no perderme nuevamente.

Podía escuchar la risa angelical de Stella, la ruidosa de Emily, pero lo que me había impactado es escuchar la de Malcolm. No la había escuchado hace tanto tiempo. A Magnus lo había escuchado hablar de vez en cuando y es raro que lo hiciera frente a extraños.

Me di cuenta aquí mismo que estaba haciendo un mal, que no debería guardarles tanto rencor porque al fin de cuentas ellos sufrieron al igual que yo y no era justo minimizar su dolor.

Pense en Jason y yo quien cruzamos la barrera de la amistad y eso de alguna forma me hizo sentir culpable, empecé a sentirme sucia.

Lágrimas corrían por mi rostro dandome cuenta que nuevamente esos pensamientos volvían a mi. Mi propia mente quería destruirme.

Tome mi celular con mis manos temblorosas dándome cuenta que estaba ahogandome. Estaba volviendome ahogar y no podía permitirlo. Sentía como todo estaba cayendo sobre mi arrastrándome y no quería volver ahi, no podía volver ahi.

Mi respiración estaba agitada y como pude llame a la única persona que podría ayudarme nuevamente.

Solo fueron dos tonos y contesto.

- ¿Ocurre algo? Estoy abajo. - La voz de Jason llegó a mis oídos y pude sentir como toda yo empezaba a temblar.

- Ja-jason. - Mi voz expreso lo mal que la estaba pasando.

- Mierda. Voy de inmediato.

Eso es lo único que él necesito para saberlo.

Dejo mi celular a un lado y tomo mi rostro.

No, no iba a volver allí.

Ni siquiera podía sollozar o gritar y llamar a Emily o alguien.

Pude escuchar como la puerta principal se estrelló contra la pared y los pasos rápidos y pesados de Jason se hicieron escuchar también.

Escucho como Emily gritaba algo pero ya mis oídos no podían escuchar con claridad. Estaba empezando a irme.

Los golpes en mi puerta podía escuchar a  lo lejos pero no tenía fuerzas para levantarme. Lo único que podía sentír es mí dolor. Mis ojos estaban llenos de aquella agua salada que impedía mi vista.

Alguien me llamaba pero no podía distinguir quién.

Entonces pude ver entre todo cómo mi puerta se rompió en dos y como un Jason llegaba a mi y me tomó entre sus brazos.

- Estoy aquí. Estoy aquí para ti. - Podía escuchar a lo lejos.

De un momento a otro sentí como estaba en en una superficie suave. Luego como obligaban a mi cuerpo a ingerir algo.

Unas caricias en mi cabello.

Luego escuche una discusión pero estaba tan ida que no podía distinguir quienes.

Nuevamente unas caricias y por último un pequeño beso en mi frente.

Eso fue lo último hasta que sentí como mi cuerpo fue envuelto finalmente en la oscuridad.

(...)

Mis ojos se abren lentamente y lo primero que noto es que estoy sola en mi habitación. Puedo escuchar las voces en la sala de estar pero no podía reconocer de quienes.

Había sobrevivido a otro de mis ataques.

Me siento y tomo mis piernas nuevamente abrazándolas. Necesitaba sentirme en paz, no podía más con esta tortura. Necesitaba ayuda y ya es imposible ignorar ese hecho.

Russell [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora