𝑒𝑚𝑜𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑟𝑒𝑝𝑒𝑛𝑡𝑖𝑛𝑎𝑠 [OO5]

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Al despertar Liam se removió en los brazos de su hermano, no tenía ganas de nada, es como si algo en él ya no estuviera, pero de esa forma molesta. No podía ser que lo que había dicho Zayn le hubiera afectado tanto, ni siquiera eran algo y se conocían de hace poco, pero le dolía, lo hacía demasiado.

Sentía ese tirón en su pecho del cual Raguel le había hablado cuando su primera relación no funcionó.

Recuerda haber estado llorando fuera de casa, y que Haniel lo había encontrado en su nube al amanecer, el cual lo llevó a su habitación para que Raguel no le dijera algo. Pero en la cara de hermano se notaba la preocupación, en la forma que lo estrechaba en sus brazos y le susurraba cosas lindas era más que obvio.

Era un tonto por haber regresado, debió de entender que desde la segunda noche que él no lo quería en su vida.

—¿Quieres hablar de lo que pasó, cariño? —Haniel comenzó a sobar su espalda de forma lenta. —Me preocupas mucho, no me gusta que estés así.

— Soy un tonto, creí que Zayn aceptaría mi amistad pero no fue así. —Lagrimeó. —No quiero llorar pero mi pechito duele. —Tocó donde le dolía remarcando más su puchero. —¿Esta mal quererlo en tan poco tiempo?

Haniel soltó un suspiro y siguió acariciando su espalda. —No hay un momento exacto para eso, solamente sucede. No importa que él no te quiera en su vida, tienes que estar en ella así sea desde las sombras. No quiero que estés así por ese humano, hay muchos ángeles como humanos en este planeta, encontrarás ha alguien que sea digno de tenerte. —Besó su coronilla causando la risita tonta de Liam. —En todo caso, no necesitas de ningún otro hombre más que de mí. —Liam rio con más ganas, su pecho seguía teniendo un ligero ardor, pero sabía que con el paso de los días desaparecería.

Los castaños se levantaron de la cama, Haniel se fue a su habitación e hizo lo correspondiente de todas las mañanas. Él no quería hacer mucho, se sentía cansado, pero tenía que hacerlo porque era su deber. Cuando llegó a la cocina con su ropa de todos los días, Raguel ya estaba sentada en la mesa comiendo una de las barritas energéticas. Besó su mejilla y fue por una para sentarse a su lado.

—¿Cómo estás, cariño? Noté que Haniel durmió contigo esta noche, algo que no sucedía desde los cincuenta y cinco, y soñabas con esos animales deformes. —Levantó su mano regalando una caricia en la mejilla del castaño. —Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿No? —Liam asintió veloz tomando la mano de Raguel entre las suyas.

—No quiero hablar de eso, no quiero que me regañes por ser irresponsable. — Quitó su vista de su hermana poniéndola sobre la mesa.

—¿Por qué habría de regañarte, bebé? Tú siempre haces que me sienta orgullosa de ti. 

Liam tragó duro y bajó la cabeza con vergüenza.— Es que, fui a visitar a Zayn estos días y hay algo dentro de mí que lo quiere mucho y quiere mantenerse cerca de él... Desde el primer día que lo vi he sentido esto, esa sensación de que no hacía nada malo, pero... —Lo miró con sus ojitos aguados.— ayer me echó de su vida porque dice que solo le hago perder su tiempo, fue tan repentino porque antes me había dicho que si podíamos ser amigos. —Limpió una lagrima que rodó por su mejilla antes de que esta cayera a la mesa.

Raguel se levantó de su asiento para acercarse hasta tenerlo abrazado por los hombros, Liam mordía sus labios para no llorar. Suficiente tenía con que Haniel no haya visto de esa forma, no quería que su hermana mayor lo viera también.

—Todo está bien, sabía que algo tenía que deberse a ese chico de la tierra, — Liam cubrió su cara con enojo y se negó a verla.— pero tú ya sabías que nosotros no debemos acercarnos más de lo debido a los humanos. No sé de donde habrá salido esa decisión y no pienses que voy a regañarte, sigues siendo pequeño y actúas por impulso creyendo que eso es lo correcto, pero cariño, sigues sin conocer en su totalidad a ese hombre. Sé que es tu trabajo cuidar de él y acompañarlo, pero antes de que bajaras a la tierra no sabías más que su nombre, por otro lado debes de comprender que para él sigue siendo nuevo todo esto, acaba de perder a su alma gemela, lo más seguro es que no necesite de una pareja. —Liam asintió recargando su espalda en el respaldo de la silla. Raguel estaba en lo cierto, él estaba avanzando más rápido de lo que se debía.

á𝑛𝑔𝑒𝑙 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑖á𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora