CAPITULO 13✓

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Subimos a la limusina y Héctor tenía la mirada perdida en unos papeles que traía en las manos.

Suspire cansada, miraba la ciudad mientras avanzábamos a la casa, aún tenía el malestar de Jennifer.

Sentía que en cualquier momento Héctor se fijaría en ella, tenía que aceptarlo ella tenía buen cuerpo y sabia como seducirlo.

Y a pesar de que nunca he visto que Héctor la tome en cuenta como mujer, algo en mi temía que me dejara... Es como si temiera perder su amor, pase mis manos por mi cabello frustrada.

— ¿Y si llega a enamorarlo? ¿Y si vuelvo a perder todo lo que me costo? —. Dos preguntas a mi cabeza llegaron

Relamí mis labios nerviosa, el aire choco con mi rostro y pude relajarme un poco.

— Mi amor se me olvido decirte que hoy tenemos que estar en una cena con los inversionistas de la empresa para recabar fondos para un orfanato —. Lo mire

— ¡Ay Héctor! ¿Como se te pudo pasar algo tan importante como eso? —. Pregunte molesta

— ¡Perdoname, mi amor no se donde tengo la cabeza! —. Acarició mis mejillas

— Seguramente pensando en Jennifer —. Mis celos salieron a flote

Abrí los ojos como platos al escucharme decir eso, él sonrió con alegría y me miro confundido.

— ¿Estas celosa? —. Arqueó la cejas en forma de pregunta

— ¡Ay claro que no Héctor no te sientas tan importante, yo no me pongo intensa como tu! —. Dije separándome de él

— ¡Mi amor si estas celosa, lo vez de verdad me amas! —. Mordí mis labios culpable

Sentí como me abrazo y se aferro a mi espalda por detrás, sus manos rodearon mi estómago y solo pude rozar sus manos con las mías.

— ¡Claro que te amo, pero no me gusta en la forma en la que te habla Jennifer! —. Me di la vuelta y acaricie su rostro

Me acerque a su boca y roze mis labios con los suyos jugando con él.

— ¿Por que te atreverías a engañarme con ella? —. Hice la pregunta del millón

Sus manos se posicionaron en mi espalda baja y quiso juntar sus labios con los mios pero me aleje.

— ¡Nunca, yo no tengo ojos para otra mujer que no seas tu! —. Sonreí segura

Lo bese delicadamente y mordí sus labios marcando territorio, sentí un sabor metálico en nuestras salivas abrí los ojos rápidamente y me separe de él, me di cuenta de que lo había mordido demasiado y ocasione que sangrara.

— Nunca me habías besado con tanta pasión y posesión Lucía —. Rozo sus labios y limpio la sangre que emanaba de el

— ¡Perdóname Héctor no fue mi intención lastimarte! —. Hable limpiando mis labios de su sangre

— ¡Mi amor esto no importa, cada día estoy mas seguro de que me amas y que me lo demuestras con tus celos o posesión y no me molesta que lo hagas! —. Sus palabras me desconcertaron

Siempre actuaba fría con él, pero cada vez me costaba más actuar así con él, no se por que pero desde hace tiempo que siento que podría olvidar a Andrés con Héctor.

— ¡Héctor no quiero que Jennifer te hable con demasiada confianza! ¡Quiero que se dirija a ti como él señor de la Barrera, y sino se lo dices la despido! Al fin y al cabo yo también soy socia de esa empresa y también puedo tomar decisiones en ella —. Frunci el ceño molesta, él solo se río de mi

— ¿Que te parece tan gracioso? —. Pregunte molesta

— ¡Me da risa que creas que Jennifer es una rival para ti, a ella tan solo la veo como mi secretaria y nada mas! Y si lo que quieres es que ella se dirija a mi con más respeto se lo diré mi amor —. Sonreí triunfadora, sus palabras me habían dado mas confianza

— ¿A que horas va a hacer la cena mi amor? —. Pregunte cambiando de tema

— A las ocho —. Volvió a clavar la mirada en los papeles

Examine su rostro, una barbilla bien definida, unos ojos verdes, cabello rubio, sonrisa encantadora.

Suspire moviendo mi cabeza y retirando mi mirada de él, ví que Ramón se estacionó frente a la casa y bajo para abrir el portón.

Entro de nuevo al auto y nos dejo en la entrada de la puerta, nos abrió y salió primero Héctor y después yo.

— ¡Buenas tardes señor y señorita! —. Habló Irina dándonos la bienvenida

— ¡Buenas tardes! —. Contestamos los dos al unisono

Reímos y Héctor se aparto de nosotras entrando a su despacho.

— ¿Quiere que les prepare algo de comer? —. Preguntó Irina

— ¡No, muchas gracias Irina puedes retirarte! —. Ella asintió con la cabeza y ví que entró a la cocina.

Camine a las escaleras y las subí con rapidez, entre a mi habitación, deje mi bolso aún lado de una pequeña mesa y me dirigí al armario.

Me pare frente a los vestidos y recargue mi barbilla entre mis dedos pensando en cual ponerme.

Observe uno rojo pero deseche la idea al ver el escote muy pronunciado tenía muchos chupetones de Héctor y no podría ponérmelo.

Ví a lo lejos unos negro lleno de brillos, pero también deseche la idea de usarlo por que no tenía manga larga y con los moretones que me provoco Héctor tampoco podría usarlo.

Moví con los dedos buscando otro vestido que ponerme, y sonreí encontrando el indicado.

Era dorado, largo con una pierna al descubierto, tenía mangas un poco largas y podría cubrir los moretones.

El escote era desente y también cubriría los chupetones, tenía pequeños retoques de encaje y estaba todo lleno de brillos, era ceñido al cuerpo... Era perfecto.

Me dirigí a los zapatos y encontré unos color dorado con diamantes integrados.

Fui a la joyería y encontré unos pendientes color plata y un collar de perla largo color plata con blanco.

Busque con la mirada una cartera y sonreí al encontrar una muy parecida al vestido.

Tome todo entre mis manos y salí del armario, deje todo aún costado de la cama y me dirigí por mi bolsa.

Saque mi teléfono y me sorprendí al ver que ya era las seis y media.

— ¿Ya encontraste lo que te vas a poner mi amor? —. Escuche la voz de Héctor

Me di la vuelta y lo encontré recargado en el marco de la puerta.

— Si —. Afirme

— Espero que sea algo no tan revelador —. Movió la cabeza aún lado

Rodé los ojos con una sonrisa en mi rostro, moví repetidas veces mi cabeza diciendo que no y entre al baño.

Me desvestí y deje que el agua relajara todo mi cuerpo, cerré los ojos, pero los abrí rápidamente al sentir unas manos rodeandome.

MÍA, SÓLO MÍA (+18)Where stories live. Discover now