CAPITULO 15✓

7.3K 377 18
                                    

Llegamos a la mansión de los Ferrer y mis ojos se iluminaron al verla, era del mismo tamaño que la de nosotros pero con diferente aspecto.

Delante de nosotros había muchos autos parados con sus respectivos choferes y muchos periodistas y fotógrafos.

Cada persona que bajaba de su auto y se le tomaba una foto, los periodistas les hacían preguntas, observe a varias personas muy importantes.

Ramón nos dejo en la entrada y bajo a abrirnos la puerta, salio Héctor y me tendió su mano, la tome y salí, todos se acercaron a nosotros.

— ¡Señorita De la Barrera, una foto! —. Sonreí y me tomaron fotos

— ¡Juntos por favor! —. Héctor me tomo de la cintura y nos tomaron la foto

Una de las mejores periodistas se acerco a nosotros y comenzó a hacernos preguntas.

— Señor de la Barrera ¿Algún comentario con el incidente de la discoteca? — Pregunto acercándose con su grabadora

— Sin comentarios —. Caminamos y entramos a la mansión

Mesas adornadas con rosas rojas, sonreí por que eran mis favoritas, un césped precioso y una fuente de ángel, las personas venían e iban de un lugar a otro.

Bebían y reían, busque con la mirada a algún conocido y encontré a Lucas observándome a lo lejos con otros inversionistas de Héctor.

— ¡Mira mi amor, ahí esta Lucas! —. Señale el lugar con los ojos, caminamos hacia el, y nos sonrió

— Buenas noches caballeros ¿Como están? —. Pregunto Héctor acercándose a ellos, todos los miraron y después pusieron sus miradas en mi cuerpo

— Buenas noches —. Contestaron

— Muy bien gracias, ¿Y tú Héctor? —. Pregunto Gabriel

— Bien, bien gracias —. Contesto aferrándose a mi cintura

— ¿Y usted señora de la Barrera? —. Me pregunto uno de los inversionistas

— ¡Muy bien gracias! —. Sonreí

— ¡Héctor! —. Lucas se acerco y tomo mi mano dejando un beso en ella, solo pude sonreír y sentí como el agarre de Héctor se tenso

— Señora de la Barrera —. Movió la cabeza aún lado dejando libre mi mano

— Lucas —. Salude

— Perdona Héctor que no te haya saludado antes, pero es que a lado de Lucia eres invisible —. Todos reímos, pero la risa de Héctor era amarga

— Si, tienes mucha razón en lo que dices, pero ¿Sabes cual es lo mejor? —. Alzo las cejas dejando suspenso entre ellos

— ¿Cual? —. Preguntó Lucas

— Que ella es mi esposa y que no ama a otro hombre que no sea yo —. Lucas tenso su mandíbula y fingió una sonrisa

Baje la mirada apenada, Héctor comenzaba a salirse de control con sus celos.

— No te confíes mucho Héctor, tu esposa es muy hermosa y en cualquier momento te podría dejar por otro —. Mis nervios salieron a flote, sentí que la mano de Héctor en mi cintura era caliente

— Eso no va a suceder nunca, por que ella me ama a mi y es mía —. Lo miro con odio

— El amor acaba Héctor, acaba —. Recalco esas palabras

— ¡Bueno, bueno! ¿Quieren algo de tomar? —. Intervino Gabriel

Lo mire como mi salvación, observe a Héctor y no despegaba sus ojos de odio de Lucas y él respondía de la misma manera.

— A mi un poco de vino ¿Y tú mi amor? —. Tome la barbilla de Héctor entre mis dedos e hice que se girara para que pusiera su mirada en mi

— Lo mismo por favor —. Contestó

— Ahorita se los traigo —. Gabriel se dio la vuelta y fue a una pequeña barra a pedir los tragos

— ¿Me permiten un momento? —. Hablo Héctor

Me tomo de la mano con fuerza y camino rápidamente hasta llegar a los baños, me metió y cerro con seguro.

— ¿Que sucede Héctor? —. Pregunte arrugando la frente

— ¿Por que el imbécil de Lucas se toma tantas confianzas contigo? —. Pregunto molesto

— ¡Yo que voy a saber! —. Alce la voz molesta

— ¡No me gusta que otro hombre toque a mi mujer, y menos el imbécil ese! —. Se acercó a mi y me acorraló en la pared

— ¡Tranquilízate Héctor! —. Trate de salir de su acorralamiento, pero tomo mis muñecas y las subió arriba de mi cabeza

— ¡Tu eres mía, solo mía! —. Estrelló sus labios con los mios

Su beso era posesivo y era difícil seguirle el paso, me pude adaptar y su lengua entro atacando a la mía dominandome, nuestros labios se movían al compás mientras una de sus manos bajaba por mis piernas acariciándolas.

Soltó su agarre y me aferre a su cuello, me cargo y se dirigió a los lavabos.

Me recargo en ellos y se separo de mi bajando mis bragas, con agilidad abrí su pantalón, sonreí con alegría al ver su erección esperando por mi.

Ataco mi cuello a besos mientras bajaba su bóxer, me penetro con fuerza.

— ¡Ahh! —. Gemí, pero él tapó mis gemidos con su mano

Siguió penetrandome con fuerza mientras yo me movía inquieta tratando de tranquilizar mis gemidos.

— ¡Eres mía, solo mía! —. Susurro cerca de mi oído

Sus embestías aceleraron y clave mis uñas en su espalda, su boca callo mis gemidos.

Gemía en su boca mientras me penetraba con rapidez, su lengua jugaba con la mía y eso me enloquecía.

— ¡Ahh! —. Gemimos los dos al sentir su semen caliente dentro de mi

Nuestra respiración era entrecortada y nuestro pecho subía y bajaba.

Subió su pantalón y me tomo de la cintura hasta cargarme y bajarme del lavabo, subí mis bragas y me mire al espejo, saque mi lápiz labial y pinte de nuevo mis labios de color rojo.

Mire a Héctor y limpie sus labios, él acomodo mi cabello y arreglo su ropa, acomode el cuello de su camisa.

Arregle mi vestido, tome mi bolsa y abrí lentamente la puerta, Héctor salio detrás de mi y volvió a tomar mi cintura mientras caminábamos como sino hubiera pasado nada, a la mesa de Gabriel.

Gabriel fruncio el ceño confundido, y nos tendió las copas.

— Los estaba buscando —. Hablo

— Nos dio un poco de hambre y fuimos a buscar que comer —. Me miro Héctor con picardía

Salte mis ojos al escucharlo decir eso y sentí mis mejillas rojas de la vergüenza.

— Bueno, siéntense —. Señalo unas sillas a lado de los inversionistas

Héctor miro a Lucas aún lado de una silla, y me abrió la otra para no estar a lado de Lucas.

Me senté y él hizo lo mismo, empezaron los donativos pero sentía la mirada pesada de Lucas en mi cuerpo y en mi rostro sin pena alguna.

Voltee mi rostro y a lo lejos ví a Jennifer observando con detenimiento a Héctor.

Observe a Héctor y él tenía la mirada perdida en mi, sonreí y él hizo lo mismo, volví a mirar a Jennifer y me di cuenta de que venía hacia nosotros.

Una molestia hizo morderme la lengua y tomar con fuerza la mano de Héctor.

Él me miro y dirigió su mirada a donde yo miraba, volvió a mirarme y sonrió con alegría al verme molesta.

— ¡Héctor! —. Rodeé los ojos al escuchar su voz chillona, no se que pasaría ahora...   

MÍA, SÓLO MÍA (+18)Where stories live. Discover now