Capítulo 6

375 59 34
                                    

Harry

–¿Podemos ver películas de terror? —pregunta tomándome de la mano para llevarme a la sala— O mejor una comedia romántica, no sé que tipo de películas nos guste más.
–Creo que una comedia romántica estaría mejor.
–A ti te dan miedo las películas de terror.
–No lo sabes, así que no lo afirmes.
–Tu lo afirmaste con tu cara de miedo cuando las mencioné —dice entre risas.

Acomodo los cojines y acerco el control de la televisión.

–Iré a traerte tu medicamento y algo para comer, mientras tanto ve buscando la película.
–¿Podrías traer algunas cobijas del cuarto de mamá, por favor?
–Seguro.

Subo primero a la habitación de Jay y al ver la cama perfectamente tendida decido buscar algunas cobijas libres en el armario. Están en lo más alto, así que trato de dar pequeños brinquitos para bajarlas.

En cuanto logro enredar una de ellas en mis dedos la jalo y por accidente se caen dos más y tiro una pequeña caja de plástico, que al caer al suelo, se abre haciendo que todo lo que había en su interior se riegue.

Dejo las cobijas en la cama y trato de levantar todo rápidamente. La mayoría son cables de cargador para celular, hilo para tejer y cosas irrelevantes. Lo que logra llamar mi atención es un pequeño sobre blanco con una memoria USB en su interior.

Sesión 7. 08 de Abril, 2011.
Diferenciación entre sueño y realidad.
Sesión 8. 15 de Abril, 2011.
¿Quién es Harry?
Sesión 9. 22 de Abril, 2011.
Louis Tomlinson.

Tomo la memoria USB y la guardo en mi bolsillo del pantalón mientras dejo el sobre vacío en la caja para después acomodarla nuevamente en su lugar.

Sé que no debería hacer esto, está mal, pero también necesito saber de que se trata.

¿Por qué Jay tiene esto? Se supone que Liam debería guardarlo por que es parte de su expediente. ¿Y a qué se refieren con "¿Quién es Harry?".

Tomo las cobijas y bajo a la sala aún con muchas ideas en mente, pero me quedo parado a media escalera al verme interrumpido por los susurros de Louis.

Presto atención a lo que habla y me asomo ligeramente teniendo cuidado de que no me vea y puedo observar que está sentado en el sofá mirando a la silla que está casi frente a él.

–No puedo hacer eso —susurra y apenas es audible hasta donde estoy—. Entiende que solo quieren ayudarme, así que les seguiré el juego, ellos lo hicieron así conmigo durante mucho tiempo, ahora yo haré lo mismo.

Me quedo helado al ver la escena frente a mí. Saco mi celular para grabar lo que está sucediendo, creo que es importante que lo sepan Jay y Liam, incluso Niall.

–Eso no es problema —continúa hablando—. Sólo tengo que hacerle creer que me estoy enamorando de nuevo de él y me dejará en paz.

Ni siquiera soy capaz de acceder a la cámara de mi celular por qué al escuchar lo último, inconscientemente suelto mi teléfono y cae por las escaleras llamando la atención de Louis y haciendo que se sobresalte un poco.

Reaccionó rápido y me apresuro a bajar el resto de escaleras y a recoger mi celular del suelo.

–¡Diablos! —exclamo— He vuelto.
–Ya lo noté —dice con un poco de diversión en su voz—. ¿Estás bien? ¿No te lastimaste?
–No, no, no, estoy bien, solo fue mi estúpido celular que se me resbaló.

Al parecer no sospecha que lo estaba espiando, así que procedo a dejar las cobijas en la sala y me dirijo a la cocina.

Me recargo en la mesa y suelto un pesado suspiro mientras proceso lo que acabo de escuchar.

¿Qué es exactamente lo que está tramando?

–Louis, tus pastillas —lo llamo al tiempo que saco el medicamento del cajón y busco un vaso de agua.

Es demasiado medicamento, muchas drogas para mi pequeño Louis.

–¿Puedo beberlas con un poco de té en lugar de agua?

No puedo evitar reír un poco al recordar los berrinches que solía hacer cada vez que le daban el té mal hecho.

–¿De limón con manzanilla endulzado con una cucharada de miel? —pregunto tomando una taza de la alacena.
–Sí, por favor —responde sonriente.

No puedo imaginarme a Louis haciendo algo para perjudicarme. Ni siquiera de manera sentimental, es decir, no me rompería el corazón a propósito. ¿O sí?

No puedo molestarme por el tipo de ideas locas que rondan por su mente, todo esto es algo que él aún no controla. Solo me queda ayudarlo, supongo.

No me importa si lo que quiere es que lo deje en paz o si finge que se enamoró de mí solo para que me vaya; no lo voy a dejar nunca más. Voy a cumplir mi promesa.

–Aquí tienes —digo entregándole el té.
–Gracias.

Bebe un poco para probar y se toma el puño de pastillas rápido con un buen sorbo al comprobar que está bien.

Salimos de la cocina y nos sentamos en el sofá largo al tiempo que nos cobijamos los dos.

–Harry, quiero preguntarte algo.

Últimamente temo de cada pregunta que sale de sus delineados y bonitos labios. Temo no saber que contestar.

–Sí, dime.
–¿Cómo nos enamoramos?

Mi corazón se acelera del simple hecho de retroceder a ese momento. Vuelvo a sentir el vuelco en el estómago que sentí la primera vez que sus hermosos ojos se encontraron con los míos. Revivo los nervios de la primera vez que su piel tuvo contacto con la mía aquella noche, las inocentes caricias de sus suaves manos en mi rostro, dejando huella permanente en mí. La sensación de verlo y saber que no había otro sitio en el que quisiera estar más que a su lado, porque jamás me sentí tan seguro como aquel día, y desde ese momento supe que mi hogar era donde él estuviese. No había ningún otro sitio al que quisiera ir, nadie más a quien quisiera ver porque a la única persona a la que le pertenecía estaba frente a mí, amándome.

Hago lo posible por retener las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos. El hecho de haber escuchado lo que dijo hace un momento y que ahora me pregunte esto me hace sentir un objeto. Uno que solamente está utilizando para liberarse de los medievales métodos de Liam.

–Es una historia algo larga —respondo sin mirarlo.
–Tenemos toda la noche.

No puedo más, unas cuantas lágrimas caen por mis mejillas y no hago intento alguno por limpiarlas. Apenas se da cuenta, se acerca a mí y toma mi rostro obligandome a mirarlo.

–No tienes que hacer esto, Harry.
–Sí, sí tengo que —admito.
–No, no tienes que tenerme lástima.

Lastima. Es lo que siento por mí mismo ahora, no por él.

–Soy igual que todos, Harry —continúa—. Tengo problemas mentales, pero nada más.

Sonríe burlándose de él mismo y no puedo evitar imitarlo.

–Nada más —repito.
–Harry, no quiero que te quedes conmigo solo porque te sientes comprometido a cuidarme —dice en tono dulce—. Sé que puedo salir de esto, no quiero sentirme una carga para nadie.
–Es que no estoy aquí por obligación y ni siquiera porque tú me lo pidas.
–¿Entonces por qué?

No sé que es lo que pasa por la mente de Louis. No sé que es lo que en realidad siente o que es lo que pretende hacer. No sé que va a pasar con nosotros, de lo único que estoy seguro es de lo que yo siento y de lo que yo quiero.

–Porque te amo —susurro mirándolo directamente a los ojos—. Porque estoy enamorado de ti y no quiero alejarme nunca más.

Analiza mi rostro y me abraza. Se aferra a mi tan fuerte como puede y me doy cuenta de que no me importa que no me lo diga con palabras. Sé que me quiere, cada vez que me abraza lo siento, me transmite cariño y siento su misma necesidad de quedarnos así por tanto tiempo como nos sea posible. Es que somos nuestro hogar.

Always In My Heart ≈Yours Sincerely, Harry≈ [2]Where stories live. Discover now