Capítulo 20

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Harry

No me molesto en estacionar el auto en algún lugar adecuado para por fin mirarlo a la cara y apagar el coche esperando a que me diga algo, aunque quien debería comenzar a hablar soy yo.

–Bien.

Es lo único que dice antes de mirar de nuevo hacia la ventana.

Tengo que decirle lo que en verdad ocurre. Prometí no ocultarle nada de nuevo y tengo que comenzar a cumplir mis promesas.

–Nunca te he dicho la verdadera razón por la que dejé la música —confieso.

Me mira con el ceño levemente fruncido reflejando algo de confusión.

–Sí la sé, lo hiciste porque te sentiste con la obligación de cuidarme —afirma—. Y no intentes inventarme alguna otra excusa.

Niego con la cabeza y me acomodo en mi asiento para mirarlo mejor.

–No voy a inventar nada, es la verdad —comienzo—. La industria musical no es lo que tú crees, Louis; no es lo que todo el mundo cree.

Me mira aún más confundido y trato de ordenar mis ideas para explicarle sin que me tome de mala manera lo que voy a decirle.

–Yo no dejé mi carrera solamente porque tú me necesitabas —admito—. Esa fue la excusa principal y una herramienta para salir de eso.
–¿Entonces por qué? —pregunta en un susurro.

No sé cómo hacer esto, soy la peor persona del mundo al momento de hablar y expresarme.

–Mi manager quería darme una imagen de alguien que no soy y que estoy seguro nunca seré.
–¿De qué hablas? —pregunta ahora con algo de temor reflejado en su voz.
–Esa chica, Kendall Jenner, es de buena familia y está a punto de alcanzar el éxito como modelo —le explico—. Yo también estaba triunfando un poco siendo algo reconocido, así que mi manager y su representante querían que fingieramos tener una relación amorosa para publicidad y, según ellos, beneficio de ambos.

No sé si lo dije muy rápido y aún no lo procesa, pero su cara me hace comprender que no debí decirlo de golpe.

–¿Y por qué vino a buscarte? —pregunta preocupado.
–Quiere convencerme de que vuelva y de que acceda a todo —confieso—. Soy la única persona que puede ayudarle ahora mismo, ya qué soy joven, según ellos guapo y estoy básicamente en la jugada perfecta para alcanzar el éxito de ambos.
–¿Y que le dijiste?
–Por supuesto que me negué, me libré una vez y no es tan fácil como parece.
–¿No? —pregunta curioso.
–No, si firmas un contrato es por años y son muchas condiciones y cosas que solo les conviene a ellos para ganar y hacerte perder sin importar nada.

Se queda un segundo hundido en sus pensamientos y lo tomo de la mejilla cuando acerca su rostro al mío.

–Además, no podía hacerte eso ni aunque fuera fingido.
–Pero se trataba de tu futuro, Harry.
–Mi presente y mi futuro eres tú, Louis. Y yo haría todo por ti, renunciaría a todo si tú me lo pidieras.
–Yo jamás te pediría algo así —dice al borde del llanto—, solo quiero que cumplas tus sueños y seas feliz.
–Tú eres todo lo que quiero; contigo mis sueños y mi felicidad están completos, no pido nada más, Lou.

Por fin pega su frente a la mía y con un beso en su mejilla, logro impedir que la lágrima que está resbalando termine de caer.

–No tienes que hacer todo por mi, Harry.
–No lo hago sólo por ti, lo hago por nosotros.

Nos mantenemos así unos segundos hasta que limpia un poco la punta de su nariz y me mira en silencio.

–Lamento habértelo ocultado —digo sin más—. No quería preocuparte y no sabía si estabas preparado para enterarte.
–Está bien, amor, gracias por decírmelo.

Suena sincero. Me da un corto beso antes de que encienda el auto y continúe conduciendo.

11:30p.m.

Llegamos a mi casa y aunque en el transcurso ambos nos mantuvimos en silencio, me regala una sonrisa antes de bajar del auto.

–Gracias por la cena, amor —dice al tiempo que se quita el saco del traje y toma asiento en el sillón.

Me siento junto a él y cuando me muestra de nuevo los boletos de avión con el mismo entusiasmo de hace unas horas me hace sonreír.

–Creo que si te gustó tu sorpresa—digo sentándome junto a él.
–Me encanta, ya quiero que sea 20 de Diciembre.

Sube sus piernas y las estira sobre las mías. Nos miramos unos segundos en silencio y pienso en lo feliz que me hace el simple hecho de tenerlo sentado junto a mi.

–Sí, yo también.

Deja los boletos en la mesita de centro y se acurruca en mi pecho. Lo rodeo con mis brazos y huelo su cabello; su aroma es tan único e inigualable, amo que se quede penetrado en mi.

–Hazz —habla después de un rato en silencio—, dices que harías cualquier cosa por mi. ¿No es así?

Lo despego un poco de mi pecho pero sin soltarlo y levanta su carita para ver la confusión en mi rostro.

–Por supuesto que sí —afirmo—. ¿Por qué lo preguntas?
–Dices que renunciarías a todo si yo te lo pidiera.
–Sin pensarlo dos veces, amor. ¿Pero a dónde vas con todo esto?

Mi corazón comienza a latir muy rápido por la desesperación de que no me diga exactamente a lo que se refiere.

Creí que lo de Kendall nos llevaría a discutir mucho más fuerte y agradezco que no haya sido así porque no quiero que se altere, pero ahora quien se está alterando soy yo.

–¿Y si te pidiera que retomes tu carrera como cantante?

Esperaba cualquier cosa excepto eso. Sé que quiere lo mejor para mí, pero aún no entiende por completo todo lo que implica esa situación.

–No lo sé, Lou... No es tan fácil.

Baja la mirada y pienso un instante. En realidad nunca pensé en la posibilidad de regresar tan pronto; el mundo de la música era lo que menos me preocupaba, al menos tratándose de mi.

–¿Por qué crees que debería volver? —le pregunto después de unos segundos.
–En primer lugar porque es lo que siempre quisiste —responde rápidamente.
–¿Y en segundo lugar?

Guarda silencio y desvía la mirada pero lo tomo del mentón obligandolo a mirarme de nuevo.

–Louis...
–Porque no quiero que renuncies a nada más por mi.

Niego con la cabeza y le doy un beso en la frente antes de continuar.

Detesto que se sienta responsable de todo. Es por eso que su verdadero regalo de cumpleaños lo espera en París.

Si yo soy capaz de cumplir mis sueños, él también.

–Te prometo que voy a hacer todo lo posible por que ambos logremos salir de todo esto —susurro con firmeza mirándolo a los ojos—. Tú y yo vamos cumplir todo lo que algún día prometimos.
–¿Y si algo de todo eso implica que te alejes de mi?

El miedo en su rostro me hace querer morirme, pero no sin antes terminar con todo aquello que lo hace sentir inseguro.

–Escúchame bien, Louis. Nada, ni nadie que nos haga tener que apartarnos será bueno para nosotros.
–¿Cómo estás tan seguro de eso? —pregunta en un susurro.
–Porque estoy seguro de que eres lo único bueno que tengo en mi vida; sin ti todo deja de estar bien y mi vida se convierte en un maldito infierno.

Mira mis ojos por un instante para después abalanzarse sobre mi y juntar sus labios con los míos en un muy necesitado pero tierno beso.

–Eres todo para mí, Harry —susurra con desesperación—. Mi guía, mi fuerza, mi complemento, mi lugar seguro, mi todo; eres mi hogar.
–Y tu eres mi hogar, Louis. Por eso sé que no importa que pase, yo siempre volveré a ti.

En realidad, no importa lo que pase, yo nunca me iré de él.

Somos humanos y todos cometemos errores, pero solo un imbécil dejaría ir lo mejor de su vida.

Yo lo dejé ir una vez, y aunque aparentemente fuera por un beneficio para él, lo lastimé y no pienso repetir ese error jamás.

Always In My Heart ≈Yours Sincerely, Harry≈ [2]Where stories live. Discover now