EPÍLOGO

388 50 49
                                    

Louis

Viernes 22 de Febrero, 2020.

Mis manos sudan excesivamente y mi corazón amenaza con salirse de mi pecho.

Hay mucho ruido afuera y aunque he podido acostumbrarme un poco a la fama, comenzar una gira mundial yo solo es algo extremadamente loco.

–¿Estás listo, Louis? —pregunta Drake entregándome el micrófono.
–No lo sé, creo que no —respondo negando con la cabeza mientras acomodo mi auricular.

Me toma de los hombros y se para frente a mí lanzadome una mirada que a su parecer es amenazante pero más bien luce como un berrinche.

–A ver, movimos diecisiete veces las fechas de Harry y las tuyas para que pudieran estar en los mismos lugares y que ambos pudiéramos asistir a sus conciertos...
–Drake...
–Dejame continuar —dice con frustración fingida, o no—, Harry me obligó a mover cielo, mar y tierra para conseguir un auricular rojo con el número 28 porque su bebito lo quería así solo porque fue el día de su boda...
–Drake...
–Y no conforme con eso —continúa y no puedo evitar reír un poco—, el rey Styles me hizo buscar hasta por debajo de las piedras un diseñador que pudiera hacerle los trajes y vestuarios del mismo tono de azul que los ojos de su maridito y que para colmo lleva tu nombre.

Reviento en una carcajada y sigo sin entender como es que Drake nos soporta tanto, se ha convertido en un gran amigo de ambos.

–Así que por el amor de Jesucristo redentor no me vengas a decir que no estás listo —exagera.

Estoy a punto de hablar pero me veo interrumpido por Harry que acaba de llegar.

–¡Gracias a satanás que estás aquí! —exclama Drake con dramatismo— Encárgate de que tu hombre suba al escenario en cinco minutos o me va a dar algo.
–¡Solo tú mencionas a Dios y al diablo en un mismo minuto! —le grito antes de que se vaya.

Harry ríe y por fin dejo salir el aire que he estado reteniendo desde hace un buen rato.

–¿Todo bien?
–No, pero ahora que estás aquí lo estará —digo abrazándolo.
–Lo siento, había muchísimos fans afuera y me fue casi imposible entrar.

Asiento y bajo la mirada, estoy más tranquilo que hace un rato, pero saber que en poco minutos tengo que estar ahí arriba hace que me dé un vuelco en el estómago.

–Hey, todo estará bien —me tranquiliza—. Tu álbum ha sido un éxito, y tu mami te cuida desde el cielo, así que no te preocupes.
–Desearía que estuviera aquí —digo con un hilo de voz.
–Yo también, pero aunque físicamente no es así, sé que está aquí.

Me da un beso en el cabello antes de darme uno de los sobres que se suponía era mi regalo de bodas.

–Ahora puedes abrir uno, el segundo lo lees cuando termine el show pero te advierto que vas a llorar —dice riendo un poco.
–¿Por qué no los dos?
–No te lo recomiendo, bebé, mejor después del show.

Me da un beso antes de darme la espalda y comenzar a caminar.

–¿A dónde vas? —le pregunto deteniendolo de la mano.
–A decirle a Drake que saldrás en cinco minutos, te veo desde la VIP BOX.

Me sujeta mejor la mano y lleva el dorso de ésta hasta sus labios. Ese gesto es suficiente para hacerme sentir el chico con más suerte y seguridad en el mundo.

Continúa caminando y doy un fuerte suspiro para tener el valor de abrir uno de los sobres y comenzar a leer apenas me he quedado solo.

Demoro dos minutos en leer la primer carta y las lágrimas comienzan a salir de mis ojos.

Always In My Heart ≈Yours Sincerely, Harry≈ [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora