-20-

12.6K 2.4K 139
                                    


Siento la tardanza!!! Ayer me quedé con el capítulo a medias!

El bullicio de mi sangre brotaba haciendo que quisiera gritar en cualquier momento y saber que tenía que controlar mis impulsos me devastaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El bullicio de mi sangre brotaba haciendo que quisiera gritar en cualquier momento y saber que tenía que controlar mis impulsos me devastaba.

Tal vez él no fuera responsable de los actos de sus antepasados, pero si lo era de seguir propagando ese maldito veneno que hacía tanto daño. ¿Es que podía su conciencia estar tranquila difundiendo la droga como algo normal sabiendo que su propia hija perdería su voluntad?, ¿Cómo podía abrazarla sabiendo eso?, ¿Cómo era capaz de hacer como si nada cuando su futuro se destrozaría por sus propias manos?

Sentía frustración, decepción y una completa falta de humanidad hacia todas esas mujeres que se habían visto perjudicadas por culpa de su familia. Recordé el momento en que había sido comprada por su hermano, cuando él mencionó que la empresa era suya y por tanto yo le pertenecía. Era evidente que la había heredado y que el dinero con el que me habían comprado estaba teñido con el dolor y sufrimiento de las nuestras.

Tenía pavor. Y sentía como mis piernas flaqueaban ante la conmoción que suponía saber todo aquello.

¿Cómo no iban a odiarle?, ¿Cómo no tener enemigos después de hacer lo que había hecho?

Se había beneficiado a costa de hacer el mal a mucha gente, sus antepasados habían destrozado el mundo tal como se conocía y nada volvería a ser igual porque aquello era un punto sin retorno. No se conocía una cura para el azambar y si no se había logrado en tantos años de investigación, resultaba obvio que no existía dicha cura.

Solo existía una esperanza, la única y posible de todas cuanto acontecían, y esa era que las futuras generaciones no tuvieran que someterse a la droga, pero él parecía más que dispuesto a sacrificar a su hija.

No fui capaz de hacer o decir nada tras su confesión.

¿Cómo iba a afrontar que él era un monstruo?, ¿Qué seguía fomentando aquella barbaridad y crueldad solo para enriquecerse y llenarse los bolsillos?

Mi estómago dio un vuelco y sentí que lo vaciaría en cualquier momento. La situación me daba nauseas.

—¿Te encuentras bien?

Su pregunta me hizo creer que no tendría buen aspecto, pero ¿Cómo tenerlo después de saber que convivía con el enemigo? Peor que el enemigo, ¡Era quien hacía posible aquella pesadilla?

No tenía libertad de preguntar, pero era evidente que si se había llevado a casa unas muestras de azambar, es porque su empresa aún lo creaba.

«Probablemente estudie alteraciones para hacerlo más potente aún» imaginé temiéndome lo peor.

¿Y si me descubría?, ¿Y si se daba cuenta que no estaba bajos los efectos del azambar? Aún desconocía si es que la muestra que me habían inyectado había perdido su efecto o si la dosis era tan baja que por eso no había actuado bien, tal vez mi organismo se había defendido pero dudaba que fuera la única mujer a la que no le pudiera hacer efecto aquella droga, me inclinaba a pensar en una de las primeras opciones.

No solo perdería mi voluntad para siempre si él lo descubría, sino que jamás podría encontrar a Amara y esa era mi única mi prioridad.

¿En que momento pensé que él sería diferente a los demás?, ¿Cómo pude cegarme al ver el trato que le daba a su hija pensando que Declan no actuaría en su contra?

Me equivoqué.

El mundo estaba repleto de hombres mezquinos y él no era distinto al resto.

Tal vez era mejor que ese hermano suyo que me había comprado al no poseer un cuarto de torturas. Quizá podía tener a su favor que no me había tratado mal, ni había abusado de su poder para obligarme a hacer cosas, pero se había aprovechado de mi cuerpo como hacían todos y aunque yo accedí a ello libremente a pesar de que él no lo supiera, el hecho es que me había metido en su cama como hacían todos los hombres con las mujeres que compraban.

Nada cambiaba que él fuese dulce o que sus besos resultaran adictivos. De hecho, eso complicaba demasiado las cosas y de algún modo tendría que alejarme de él porque había comenzado a sentir que se filtraba a través de mi piel.

—No... —dije llevándome una mano a la cabeza—. Dolor de cabeza —mentí como si realmente me doliera.

Declan se acercó a mi y comenzó a inspeccionarme los ojos como si a través de ellos pudiera advertir que era lo que me afectaba.

—Tal vez te hayas destemplado, el cambio de temperatura en estas fechas no es nada bueno, será mejor que volvamos a casa y te des una ducha de agua caliente antes de que cojas frío.

No le contradije, él se limitó a llamar a Lisa y montamos en el vehículo de regreso a casa.

Declan me ordenó tomar una ducha de agua caliente nada más entrar por la puerta y sinceramente estaba más que encantada de hacerlo, puesto que eso supondría alejarme de él y adentrarme en mis pensamientos.

Abrí el grifo y comencé a desnudarme tirando todas las prendas que llevaba al suelo, importándome muy poco que pudieran ensuciarse puesto que después me pondría otras diferentes. Declan había surtido un pequeño guardarropa que ni de lejos había tenido en todos mis años del refugio, podía darme el lujo de hacer aquello sin tener que lavar yo misma a mano las prendas en un cubo de agua helada.

Si. Tenía que reconocer que las comodidades de la civilización eran insólitas, pero el precio a pagar era demasiado elevado y prefería mil veces no sentir mis manos conforme frotaba la suciedad de mis pantalones que ser una muñeca a manos de otra persona.

Permanecí largo rato sintiendo como el agua caía por mi rostro y empapaba todo mi cuerpo. No me estaba enjabonando, ni siquiera hacía el intento por cambiar de posición sino que dejaba que el agua limpiara mi cuerpo. Entonces sentí el roce en mi espalda y salté asustada.

—Soy yo, tranquila —mencionó Declan.

En algún momento sin que me diera cuenta se había colado en el baño, se había desnudado y había entrado en la misma ducha en la que me hallaba.

—Lisa —dije objetando aquello, apelando a la pequeña como si ella fuera mi salvación para alejarme de él.

—Duerme. Ha llegado agotada y se ha quedado dormida enseguida —sonrió acercándose para atrapar mis labios así que hice lo único que se me ocurrió en ese momento, gemí de dolor, como si realmente me doliera el cerebro.

Ver a Declan asustado y preocupado era extraño, pero moralmente no podía aceptarlo, yo me encontraba en aquella encrucijada por culpa de sus antepasados. Mis padres habían muerto por culpa de su familia y el hecho de que él no hiciera nada para cambiarlo provocaba mi ira.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
C O H I B I D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora