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Sus ojos grises brillaron con el sol de la tarde, me observó fugazmente y pude ver algo distinto en su mirada, pero probablemente eran imaginaciones mías o quizá ahora que estábamos fuera del recinto sentía que su libertad estaba cercana

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Sus ojos grises brillaron con el sol de la tarde, me observó fugazmente y pude ver algo distinto en su mirada, pero probablemente eran imaginaciones mías o quizá ahora que estábamos fuera del recinto sentía que su libertad estaba cercana. En las inmediaciones del lago que formaba la cascada había un pequeño bosquejo y decidimos escondernos hasta que se hiciera de noche, también porque necesitábamos tiempo para trazar un plan que seguir y hacia donde dirigirnos.

Apenas llevábamos víveres para los seis que conformábamos aquel grupo, así que no podríamos ir demasiado lejos sin vehículos de transporte, comida o agua, a pesar de que en el lago tuviéramos toda la que necesitáramos.

—No podemos ir a la ciudad, es demasiado peligroso —concluyó Sheila ante la propuesta de Ryan sobre ir a su propia casa—. Podríamos ir al refugio donde pasé toda mi infancia, pero quedó expuesto hace años y no se si ahora estaría vigilado.

—No sería seguro, estará vigilado y sellado —corroboró Ryan.

—Tal vez el mío no —dije yo—. No sabemos en que momento interceptaron al equipo que iba en busca de mi hermana, pero es muy probable que no fuese allí.

—Es muy arriesgado, además necesitamos acceder a equipo de laboratorio y tener energía para mantener refrigeradas las muestras —contestó Josh.

Mientras seguíamos debatiendo Declan permaneció callado y Lisa terminó durmiéndose en su regazo dos horas después. Había reunido un poco de leña para poder entrar en calor y secar más rápido las prendas que llevábamos puestas, solo esperaba que fuera lo suficientemente pequeña para que el humo se disipara por la arboleda.

—Sigo diciendo que el mejor plan es la ciudad —sugirió de nuevo Ryan—. Podríais esperar en las inmediaciones del bosque mientras recojo mi coche y os llevo hasta mi casa.

—Eso no soluciona el problema del material de laboratorio —concluyó Declan hablando por primera vez.

—¿Tienes una idea mejor? Aparte de la de escabullirte en cuanto puedas, claro —dijo Ryan cruzándose de brazos.

—Que me hayáis secuestrado no significa que no tenga ideas propias, el azambar no es lo que deseo para mi hija, ni para el mundo en general —concluyó en tono serio.

—Eso díselo a tu bisabuelo, ¿No fue él quien lo creo? —exclamó Ryan encarándole.

—¡Basta! —grité—. Reprocharse mutuamente quien la tiene más larga no va a solucionar el problema —dije siendo consciente después de lo que acababa de decir, pero llegados a ese punto daba igual.

Estábamos en una encrucijada sin salida, no existía opción sin riesgo, pero dentro de las posibilidades que teníamos, realmente ninguna era acertada.

—Mi bisabuelo ya que lo mencionas, tenía una casa alejada de la ciudad —mencionó Declan irrumpiendo el silencio que se había creado tras mi reproche a ambos—. Realmente está casi abandonada, nadie va desde hace mucho tiempo, creo que la última vez que la visité fue cuando tenía siete años, pero mi familia conserva allí reliquias antiguas de las primeras máquinas con las que se fabricó el azambar, además de material de laboratorio desfasado...

C O H I B I D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora