"Demostrar que éramos más inteligentes fue el principio del fin. Ahora solamente podíamos aspirar a ser mercancía con la cual traficar o simplemente muñecas de papel en manos desconocidas"
Hello flores!!! Espero ponerme al día con la historia y publicar más a menudo, ya sabéis que os aviso de todo por redes! Un besazo!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La pregunta se formuló en mi mente repetidamente sin tener una respuesta que darle. ¿Qué se suponía que debía contestar a ello? No podía admitir la verdad, admitir que quería saber a qué sabían sus labios era demasiado arriesgado, esa verdad con afán de curiosidad y de descubrir nuevas sensaciones no era válida con mi supuesto estado. El calor que me provocaba su cercanía me desconcertaba. No. Definitivamente no podía decir la verdad y tampoco sabía que respuesta dar sin levantar sospechas, demasiado riesgo estaba corriendo con algunas actitudes incorrectas.
—Para complacerle —contesté sin saber muy bien si esa respuesta podría librarme por el momento.
Estaba segura de que si me rozaba, si daba un paso más, descubriría mi estado actual de nerviosismo, por no decir que trataba con todas mis fuerzas de parecer lo más calmada posible sin saber si lo estaba logrando.
—¿Por qué querrías complacerme Java? —insistió y sentí que mis puños se apretaban a la par que me mordía el labio, solo esperaba que no se diera cuenta de lo primero, puesto que aún me mantenía de espaldas a él y sabía que no podría ver mi rostro de contrariedad.
—Es bueno conmigo —dije pensando en una realidad si lo comparaba con su supuesto hermano.
Sin esperarlo sentí como me giraba bruscamente y aquellos ojos se clavaban en los míos.
—No soy tan bueno como crees, soy responsable de que estés así por lo que únicamente merecería tu odio hacia mi y los de mi especie —remarcó en un tono severo, que no dejaba lugar al desprecio—. Y aún así me gustaría saber si volverías a besarme otra vez —puntualizó conforme sus dedos rozaban mi mejilla con suavidad, una ternura desconocida para mi hasta ahora.
¿Volver a besarle?
Debía reconocer que ansiaba probar de nuevo sus labios, sentir esa calidez embriagándome, pero me negaría a ello con todo mi ser, más aún después de que admitiera ser responsable de mi situación.
Quizá no lo era directamente, puesto que no fue él quien me clavó esa aguja en el cuello, pero estaba segura de que debía estar relacionado con el azambar de algún modo, o no tendría allí aquella droga.
¿Cómo podía hacer algo así teniendo una hija?, ¿Cómo podía ser insensible al hecho de que tarde o temprano Lisa terminaría del mismo modo? Era un ser cruel y perverso si pensaba hacerle algo así a su propia hija. No podía concebir que todo ese amor que parecía profesarle al protegerla se esfumara en cuanto alcanzara la edad adecuada para someterse al azambar.
Era repugnante. Detestable. Horripilante. Ni siquiera concebía calificativos suficientes para describir lo que me producía el hecho de pensarlo.
—Solo si me lo ordena —dije finalmente admitiendo que únicamente bajo una orden volvería a hacerlo.
