𝘀𝗲𝘅𝘆 𝘀𝗮𝗱𝗶𝗲 ↝ 𝙩𝙝𝙚 𝙗𝙚𝙖𝙩𝙡𝙚𝙨

28. Knowing me, knowing you

Sadie

(No pude poner la versión de Abba)

Nada muy interesante había pasado esos días. Más que el hecho de que los chicos ahora tocaban en The Cavern y un elegante señor quería representarlos.

- ¿Brian Epstein?- pregunté
- Sí, ese es su nombre.-
- ¿No es de la familia que tiene varias tiendas de discos?-
- Eso parece.-

Quedé impresionada ante lo que me contaba George.

- ¿Y qué le dijeron?-
- Que sí, los primeros días de Enero tendremos nuestra primera reunión.-

Salté y lo abracé.

- Eso es genial, Geo, me alegro muchísimo.-

El sonrió. Llegamos a The Cavern y nos despedimos.

- Que tengan un buen ensayo Geo, suerte.-
- Gracias Sai, y feliz cumpleaños.-

Dijo para sacar una pequeña barra de chocolate de su bolsillo.

Reí ante su gesto.

- Gracias Geo.-

La familia Stewart me necesitaba cada vez menos, y yo me encontraba cada vez con menos trabajo. A pesar de lo mucho que me estresaba no generar ingresos, por resguardar mi salud y no preocupar a Jim, decidí tomármelo con calma, de todas maneras tenía bastante dinero ahorrado desde Hamburgo.

Tuve que contarle a Jim sobre la anemia de la cual me estaba recuperando, puesto un día casi me desmayé por no haber tomado desayuno.

- Ay, Sadie, ¿Y si te ocurre algún día en la calle?, Debes comer bien.- dijo

Así que ahora cada vez que llegaba a casa a la hora del almuerzo, Jim me esperaba con mucha comida. Pero esta vez había exagerado.

- Uh, Jim, esto es un festín.- dije entrando a la cocina- ¿Esto es por mi cumpleaños?-

Cuando entré al comedor me di cuenta de que Jim no se encontraba solo. Una mujer se encontraba a su lado, y se estaban tomando de la mano. 

- Uh, hola.- dije torpemente.

Jim carraspeó.

- Emm Sadie, ella es Angie...- dijo

- Mucho gusto.- la saludé

La señora, un tanto nerviosa me saludó de vuelta.

- Disculpa la interrupción, Jim.- dije sincera - Disfruten mucho su comida, iré dónde Ringo a comer.- 

Estaba por salir, cuando Jim me detuvo en el pasillo de la puerta.

- Sai, por favor no le digas de esto a Paul ni a Mike, por favor.- susurró

Le sonreí.

- Tranquilo, no les diré nada, pero deberías de ir preparándote para hablarlo con ellos si quieres que las cosas vayan en serio.- le sinceré - Después de todo vivimos en la misma casa.- 

El sonrío y me abrazó.

- Recuerdo cuando eras una niñita e ibas a misa los domingos, eras una niña muy despierta, y con Mary siempre dijimos que si pudiéramos tener una hija sería como tú.- dijo - Me alegro muchísimo de que seas algo como mi hija ahora, y estoy orgulloso de la mujercita en la que te convertiste.- 

No pude evitar derramar unas lágrimas al escuchar eso.

- No soy como tu hija, yo soy tu hija.- dije poniendo énfasis en el "soy"- y tú eres mi papá, no ese tipo que me maltrató toda mi vida.-