12. Adiós

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Sadie, 1960

Las cosas con John habían mejorado, habían mejorado tanto que me pidió que volviéramos a tener una relación en la que no viéramos a nadie más que a nosotros.

Llegué a casa después del colegio.

-Mamá, Star, ya llegué.- dije tirando las llaves.

Nadie respondió, me pareció extraño. Subí a mi cuarto, para darme cuenta que las cosas de Star ya no estaban.

Me extrañé, así que fue al cuarto de mi madre, en el cual no había rastro de ella.

Entré en pánico.

Regresé a mi cuarto a buscar mis cosas para salir a buscarlas, pensando que mi padre pudo haberles hecho algo.

En cambio me fijé que debajo de mi almohada había una carta.

Sadie:

No sabía cómo decirte esto en persona, soy una cobarde, lo sé. Conseguí trabajo como secretaria en una empresa de Estados Unidos, me pueden dar un departamento pero solo aceptan que viva con una persona más. Decidí llevarme a Star, pues si la dejó con tu padre temo que lo pueda hace algo. Yo sé que debes estar molesta de que haya hecho esto a tus espaldas y que te haya dejado desprotegida. Al principio no te dije nada porque tenía la esperanza de que nos pudiéramos ir de la horrible vida que tenemos en Liverpool, pero no era nada seguro, después no tuve coraje para decirte a la cara que te tendría que dejar en esa misma realidad. No intentes contactarnos, al menos por unos años, no quiero que nadie de mi familia ni tu papá sepan dónde estamos. Lo siento mucho hija, espero que algún día podamos vernos.

Y así, mi madre me había dejado, y había alejado a mi hermana de mi. De alguna forma la comprendía, era la única forma en la que ella sentía que podría librarse del infierno que vivía.

-Adiós...- susurré mientras lloraba.

Supuse que lo mejor era también escapar, así que tomé mi vieja maleta e intenté poner en ella todos los discos y ropa que me fueran posibles poner.

-¡SADIE!- Se escuchó de pronto en la puerta principal -¿¡QUÉ MIERDA HACES EN ESTA REVISTA!?-

Oh no.

Mi padre no sabía que estaba modelando para A&C. Y sabía que no le agradaría la idea.

Obviamente sabía que en algún momento se enteraría, porque aunque había hecho solo 3 números para A&C, la gente de Liverpool me reconocía y no solo por ser la hija del borracho al que había echado ya de 20 de los 35 bares de Liverpool.

Baje de inmediato pues no quería que viera que estaba haciendo mis maletas.

Cuando lo vi me tiró la revista en la cara. Y solo en el piso, pude ver como era que había quedado mi primera portada.

 Y solo en el piso, pude ver como era que había quedado mi primera portada

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- Una puta, eso es lo que eres.- dijo casi hirviendo en sangre.

Luego lo vio en mis manos, la carta.

-Dame eso.- la arrancó de mis manos.
-¡No!, ¡Por favor!- grité.

Pero era demasiado tarde, me empujó hacia pared, donde sentí mi cabeza retumbar. Quedé inconsciente.

Cuando desperté me di cuenta que estaba en una camilla en un hospital. Giré mi cabeza para ver quién se encontraba a mi lado. Era John.

- Auch.- dije, el movimiento brusco hizo que mi cabeza doliera.
- Tranquila Sai, no te muevas.- dijo el.
- Que pasó?- pregunté

John me dio una mirada nerviosa.

- Sai... no estoy seguro, solo sé que cuando fui a recogerte para ir al ensayo de la banda había mucha gente fuera de tu casa diciendo que se había escuchado un disparo.- dijo un poco nervioso. - Cuando entré tu estabas en el piso y tu padre...-
- ¿Mi padre qué?-
- Tu padre estaba muerto, se había pegado un tiro.- dijo

Me sorprendí, pero, a lo mejor de una manera cruel, me sentí aliviada. Todo había terminado, no había más padre abusivo. Pero lamentablemente no tenía más familia.

- Mi madre y Star, se fueron a Estados Unidos, pero no sé dónde, mi madre no quiso decírmelo.- le dije

Comencé a llorar. Todo iba a ser aún más difícil.

John se acostó a mi lado en la camilla, y comenzó a acariciarme el cabello.

-Vamos a encontrar una solución.- dijo.

Mientras el me acariciaba el cabello, yo me fui calmando y comencé a quedarme dormida.

En mi sueño estaba Star, quien estaba en un fondo blanco y solo se alejaba y alejaba de mi.

- Adiós.- susurré mientras agitaba mi mano en señal de despedida.

Ella también lo hizo hacia mí, y se fue, corriendo.

- Poder decir adiós, es crecer.- me susurré, casi como un mantra.

𝘀𝗲𝘅𝘆 𝘀𝗮𝗱𝗶𝗲 ↝ 𝙩𝙝𝙚 𝙗𝙚𝙖𝙩𝙡𝙚𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora