𝘀𝗲𝘅𝘆 𝘀𝗮𝗱𝗶𝗲 ↝ 𝙩𝙝𝙚 𝙗𝙚𝙖𝙩𝙡𝙚𝙨

41. To know her is to love her

Omnisciente

- Doctor.- dijo una enfermera preocupada, apuntando a Sadie.

El doctor volteó para ver un panorama no muy alentador. Sadie se había desmayado y estaba comenzando a perder mucha sangre, algo que no había notado.

-¡Es una hemorragia!- exclamó- ¡Traigan al doctor Robinson!-

Del otro lado, en la sala de espera se encontraban Paul, John, George, Ringo y Maureen esperando noticias.

John se movía de un lado a otro, mientras Paul miraba indignado a los otros padres que celebraban el nacimiento de sus hijos.

- Si no sobrevive será mi culpa.- soltó John

Todos lo miraron.

- Yo la expuse a esto, y ella tuvo que pasar por el estrés de arreglárselas solas.- dijo
- John, si quieres buscar culpables, yo lo soy, permití que su abuela se quedara en nuestra casa cuando claramente le hacia mal.- dijo Paul.

Maureen vio la escena, hasta que se hartó.

- Aquí no hay culpables, ¿Sí?- dijo- Aquí solo hay gente que se preocupa por Sadie y por la bebé, y esto que están haciendo no ayuda a nadie, así que cállense.-

Todos quedaron mudos, hasta que llegó el doctor.

- ¿Cómo están Sadie y la bebé?- preguntó George rápidamente.
- Oh, bueno, tengo que hablarles de todo.- dijo el doctor.

La cara que él traía delataba un poco que no tenía noticias muy esperanzadoras.

- La bebé sobrevivió al parto, pero aún no está completamente desarrollada, por lo que la tuvimos que llevar a una incubadora de inmediato.- dijo- Las siguientes horas serán cruciales para saber si vivirá o no.-

Paul no sabía si sentirse esperanzado o no, su primera hija tenía que pasar por demasiados obstáculos para vivir.

- Por otro lado, al finalizar el parto la señora McCartney tuvo una fuerte hemorragia que por suerte logramos contener.- dijo- Aún así perdió mucha sangre, por lo que está inconsciente, necesita una transfusión de sangre urgentemente, así que si alguno de ustedes tiene su mismo tipo de sangre, sería bueno que la pueda donar.-

Ante la noticia, todos quedaron pasmados.

- Pero... ¿Sadie estará bien?- cuestionó Paul.
- No lo sé, señor McCartney, todo depende de la transfusión y de cómo responda a ella.-
- Señor, ella tuvo anemia hace un tiempo.- dijo John, de repente.
- Bueno, eso ciertamente hace las cosas más complicadas.- dijo- Pues podría volver a desarrollar la enfermedad.-

Todos se miraron entre sí, preocupados.

Los únicos que podían donar sangre eran Maureen y Paul, así que rápidamente lo hicieron.

Las horas pasaban y no se sabía nada ni de la bebé ni de Sadie.

Todos estaban preocupados.

- Señor McCartney, ¿Desea ver a su hija?- preguntó una enfermera- Ya está lista en la incubadora.-

Paul levantó la cabeza.

- Sí, por favor.-

Paul fue donde la mujer lo guió, ahí vio al humano más pequeño que había visto jamás.

- Es tan pequeña y tan preciosa.- susurró.
- No me gustaría interrumpir señor, pero la madre no nos pudo decir el nombre y debemos de inscribirla.-

Paul asintió.

- Su nombre es Circe Mae McCartney.- dijo

Él no lo había pensado bien, y al principio no entendió porque le había puesto el mismo segundo nombre de Sadie a Circe. Aunque al instante comprendió que la sensación de incertidumbre respecto a su esposa, lo hacía pensar que, si es que las cosas no iban bien, su hija agradecería tener el nombre de su madre para siempre.