cuatro

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Es una mañana un tanto normal, como todas en la aldea de la hoja.
Sakura se encontraba en su consultorio como es de costumbre, los pensamientos la tienen totalmente alejada de lo que sucede en el exterior.
Se encuentra sentada sobre su silla con su codo apoyado en el escritorio y  su blanquecina mejilla sobre la palma de su mano.

Son tantos los sentimientos que alberga en su interior, amor, melancolía, necesidad de ver a cierta persona y saber si se encuentra con bien, pero también siente frustración un poco de coraje y por su puesto odio, odio a Eya misma por amar tanto a una persona a pesar de saber que talvez nunca será correspondida, está tan aferrada a un amor unilateral que simplemente ya no tiene fuerza para aferrarse aún más a ese sentimiento.

Todos la miran con lástima, ella se da cuenta, todos sus amigos, conocidos, colegas del trabajo y asta sus maestros, saben del amor que ella le profana al uchiha, sin embargo no tienen el carácter o las agallas suficientes para decirle que deje atrás ese sentimiento, saben que cuando eso ocurra, la haruno ya no será la misma de siempre, el poco brillo que aún guarda en sus ojos verdes se apagará por completo.
Sin embargo aún tienen una mínima esperanza de que ese brilló resplandesca más que nunca, y el capaz de lograrlo es el Uzumaki con su bondad y el amor tan grande e incondicional que el siente por ella, es capaz de lograrlo.

Suspiró consentro su vista de nuevo en los expedientes médicos sobre su escritorio.

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El nuevo héroe se encontraba un tanto eufórico como de costumbre, sentía su estómago revuelto debido a tantas emociones que sentía en ese momento, miedo, felicidad, preocupación. Pensaba en una y mil formas de reacción de la pelirrosa cuando escuchará su confecion, sin embargo ya había tomado una decisión y nada lo haría retractarse, por qué el es haci, tiene palabra y se prometió haci mismo ganarse un lugar en el corazón de la pelirrosa, un lugar especial y no de simplemente los mejores amigo sino como algo más.

Salió de su pequeño departamento con la sonrisa zorruna reflejada en su rostro como era de costumbre.
Esta decidido a cumplir su cometido.

Paró sus pasos en seco cunado vio aparecer a una persona delante suyo.

-uzumaki Naruto, el sexto lo necesita en su despacho a la brevedad-
Dijo un ANBU para después desaparecer en una nube de humo tan rápido como aparecio.

El rubio suspiro y apresuro sus pasos necesita darse prisa, su objetivo es hablar con la pelirrosa y sin duda es lo primero que hará.

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Se dejó caer sobre el respaldo de su silla, el paciente que momentos atrás salió de su consultorio tenía un estado de salud un poco preocupable, ocasiono que la chica gastará un porcentaje un tanto considerable de chakra.

Emano un poco de chakra sobre sus dedos y comenzó a frotarse la sienes dando un ligero masaje pero muy reconfortante.

Escucho unos golpes en su puerta y soltó un suspiro.

-adelante- dijo tranquila aún recargada en el respaldo de su silla.

La puerta se habrío lentamente y ingreso una castaña.

-doctora haruno, las citas de los pacientes de hoy terminaron-
Dijo mientras miraba unos expedientes que traía en sus manos.

-gracias ayame, la verdad comenzaba a agotarme- le sonrió satisfecha.
-pierdes retirarte-

La castaña la miro nerviosa.

-¿Algo más ayame?-
Preguntó la pelirrosa.

-si, bueno alguien quiere verla, le informe que se encontraba en su descanso pero se reusa a retirarse-

"descubriendo sentimientos" Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin