catorce

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Su mañana había sido sumamente complicada, Naruto se marchó de la aldea por un buen tiempo, nunca habían estado separados tanto tiempo, le preocupaba su seguridad, pero. Valla, estamos hablando de Naruto el héroe de konoha, uno de los que salvo al mundo shinobi y yudo a finalizar la Gerra, sin embargo eso no evita la preocupación para la pelirrosa, además la precencia de Sasuke en la aldea también le preocupaba, la cituación se estaba convirtiendo en algo incómoda para la kunoichi de la hoja, no le queda de otra más que concentrarce en su trabajo, haci despejará la mente un poco de todo el embrollo que es su vida en esos momentos.

Soltó un suspiro mientras miraba el reloj sobre la pared, Macan las 9:22 am. Solo han pasado unas horas y ya extraña al Rubio.

-cuidate Naruto, cuídate mucho-
Soltó mientras se recargaba en el respaldo de su silla.

Escucho unos golpecitos en la ventana de su consultorio y se puso de pie, camino a ella y la abrió sonrío al ver a un halcón mensajero con un girasol en el pico y una nota atada en su pata.
Tomó el girasol y desató la pequeña nota del ave, está se marchó después de resibir órdenes de la chica.

Se giro y camino al florero que tenía sobre su escritorio, deposito con cuidado la flor mientras sonreía.
Se sentó de nuevo en su silla y des iso el pequeño nudo que envolvía la nota.
La habrío con cuidado.

Sakura-chan, se que no a pasado mucho desde que nos vimos dattebayo, pero. Quiero que sepas que estoy pensando en ti en todo momento, cuídate porfavor y siempre ten presente que te amo y lo haré para siempre.

Uzumaki Naruto.

Sonrió y guardo la nota en uno de los cajones de su escritorio.

-¡Ayame!-
Pronunció un poco alto.

Segundos después la puerta de su consultorio fue abierta.
Se asomó una castaña con una sonrisa.
-digame doctora haruno-
Pronunció aún parada en el marco de la puerta.

-has pasar al siguiente paciente, por favor-
Le sonrió y la castaña asíntío y salió serrando la puerta de nuevo.

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Se encontraba sentada en el comedor cenando mientras el sentimiento de soledad la embriago.
Definitivamente extrañaba a Naruto, a el y Asus desplantes, niñerías, actitudes, y por supuesto palabras bonitas.

Cuando termino de cenar ya limpia se recostó en su cama mientras que con su mano acarciaba el espacio vácio donde acostumbraba a ocupar el rubio.

-buenas noches Naruto, espero y descanses-
Pronunció para después serrar sus ojos y quedándose profundamente dormida.

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Hacían pasado un par de días desde que el uzumaki se había marchado a su misión, un par de días un poco complicados para la chica pero no era algo que ella no pueda resolver.
Caminaba por las calles de la aldea con sus manos ocupadas, era su día libre y había ido de compras de artículos necesarios para su hogar.

Observa a su alrededor con una sonrisa.

-sakura-san-
Escucho un leve susurro a sus espaldas.
Se giro y vio a la Hyuga un poco nerviosa.

-hola Hinata, ¿Cómo as estado?-
Respondió tranquila con una sonrisa.

-bien supongo, ¿Y tú?-
La miro mientras jugaba con sus dedos.

-bien, e estado un poco ocupada con el trabajo pero todo marcha muy bien-
Le sonrió

-ya veo, me alegro, ¿Y Naruto-kun no lo e visto?-
Pregunto nerviosa mientras se sonrojaba un poco.

-oh Naruto-
Le sorprendió un poco la pregunta pero no le dio mucha importancia.
-bueno, pues el salío a una mision y tardará un tiempo en volver, ¿Necesitas algo?-

La azabache negó un par de veces con la cabeza.
-si necesitas algo y yo te puedo ayudar no dudes en pedírmelo-
Agregó la pelirrosa.

-n-no nada g-gracias, me tengo que ir sakura-san-
Respondió un poco rápido mientras bajaba la cabeza.

-bien, nos vemos después Hinata-
Le sonrió tranquila.

La azabache acintio con la cabeza y se giro sobre sus talones, la pelirrosa también continuo con su camino tranquila mente.

Caminaba tranquilamente de nuevo, pero sintió una precencia muy familiar acercarse a ella, ella siguió normal, después de unos segundos la precencia comenzó a caminar a su lado, comenzó a sentirse un poco nerviosa pero trato de tranquilizarse.

-sakura-
Pronunció tranquilo mirando al frente.

-hola sasuke-kun-
También mantenía su vista al frente.

-¿Es tu día libre? Es raro que no estés en el hospital-

-si, hoy es mi descanso-
Ambos caminaban sin mirarse.

El azabache acintio.
-¿Todo bien con el tratamiento?-
Trato de sonar tranquila pero cada vez era más complicado.

-si, todo bien, las gotas me han funcionado de manera favoresedora-

La pelirrosa acintio.
-ya veo, me alegró. Si necesitas algo o sientes molestia de nuevo avísame, te revisaré inmediatamente-

El azabache ancintio.
-dejame ayudarte-
Dijo no entras estiraba la mano para tomar las compras de la chica.

-no es necesario-

-quiero hacerlo-
La miro y ella hizo lo mismo.

Trago el nudo en su garganta.
-bien, si tú lo dices-
Respondió mientras le entregaba las bolsas.

Ambos continuaron caminando en silencio rumbo a la casa de la chica.

-bien emos llegado-
Dijo la chica mientras se dirijia a la puerta para abrirla.

-muchas gracias por ayudarme sasuke-kun-
Dijo mientras resivia las bolsas del chico.

-no es nada-
Seguía parado mirándola.
-¿Dónde está Naruto, me sorprende que no salga ya debió sentir nuestra precencia hace un buen rato-

-naruto-
Sintió sus piernas temblar y una sensación extraña en su vientre.
-el está fuera, Kakashi sensei le asignó una misión fuera de la aldea-

-ya veo-
Respondió tranquilo.

La chica aún parada bajo el marco de la puerta ancintio.
-nos vemos después, y gracias Sasuke-kun-
Dijo nerviosa.

El azabache soltó un suspiro y asintió
-nos vemos-
Giro sobre sus talones y dio un par de pasos, pero la voz de la chica lo hizo detenerse.

-espera-
Dijo sonando frustrada.

El azabache seguía parado dándole la espalda.

-¿Quieres tomar algo? Digo quiero agradecerte, y no emos hablado mucho últimamente, haci que si tú quieres-
Se sentía nerviosa y sintío sus mejillas arder.

-¿Naruto se molestará?-
Aún le daba la espalda.

Ella negó un par de veces.
-no además no haremos nada malo, Alfin y al cabo fuimos compañeros de equipo-
Aún seguía parada bajo el marco de la puerta esperando respuesta, con las compras en sus manos.

Al azabache se le dibujó una sonrisa casi imperciptible
-me encantaría-
Se giro y camino hacia la chica.

Ella asintió y se hizo a un lado para que el pasara.

El azabache ingreso y la pelirrosa después de aver dejado las compras en la cocina cerro la puerta del departamento.

"descubriendo sentimientos" Where stories live. Discover now