veinte

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El azabache caminaba tranquilamente como era de costumbre, con su semblante serio de siempre mantenía sus ojos cerrados tratando de relajarse, sentía la brisa del aire fresco de su aldea natal chocar contra su blanquecino y bello rostro, últimamente había tenido tantas cosas en la cabeza que simplemente no se había permitido el sentir la tranquilidad que estaba sintiendo en ese momento.

Lentamente abrió los ojos cuando percibió dos figuras de chakra sumamente conocidas para él, tratando de no hacer notar su imprudencia simplemente optó por ocultar lo más posible su chakra y poder tratar de apreciar un poco más de cerca la conversación tan amena que mantenían esas dos personas.

Podrían decirle metiche, entrometido, o hasta chismoso, pero eso era algo que simplemente no le importaba.
Era tan grande la necesidad que sentía de saber de que hablaban que no le importó acercarse a una distancia bastante considerable como para ser descubierto.

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-encerio, no tengo tiempo sakura-chan-
Dece el Rubio tratando de sonar lo más tranquilo posible mientras sentía su corazón acelerado a un ritmo sumamente extraño para el.

Ella lo miró con ojos suplicantes mientras mantenía ambas manos juntas en su pecho.

-por favor-
Suplico una vez más sentío una fría y delgada lágrima rodar por su mejilla derecha.

El Rubiu sabía perfectamente que prácticamente se estaba metiendo la boca del lobo, sin embargo nunca en su vida le había negado a aqueya chica pelirrosa, simplemente es imposible para el negarle algo a la persona que más ama en el mundo.

-esta bien-concluyó tranquilo mientras mantenía su mirada en el piso, no contaba con las suficientes agallas como para mirarla a la cara y no echarse a correr y tomarla entre sus brazos.

Ella rápidamente con ambas manos comenzó a limpiar los rastros de agua salada Que escurrió por sus mejillas,
Tomó aire para después soltar un gran suspiro y por fin aclararse la garganta.

-escúchame, sé que lo que viste simplemente no fue lo correcto, sé que te lastimé de la peor manera, Y también sé que en estos momentos tal vez debes odiarme, y no es para menos créeme que te entiendo.-
Dio un par de pasos y se acercó más a él obligándolo a mirarla a los ojos.

Sus ojos jade simplemente lo atraparon de nuevo, era algo que simplemente no podía evitar.

Se aclaró la garganta de nuevo y continuó con su relato.
-estas semanas que estuviste fuera me di cuenta de muchas cosas, me di cuenta de cuál indispensable eres en mi vida y has sido siempre, sé que tal vez no te merezco te he despreciado la mayor parte del tiempo, tuve la oportunidad de hacer lo que siempre quise hacer de pequeña, tuve la oportunidad de convertirme en la esposa de Sasuke Uchiha si a si hubiera querido-

El Rubio sintió sus ojos arder sacó fuerzas de donde él no tenía conciencia para contener las lágrimas,  en respuesta simplemente negó un par de veces con la cabeza.

-Ya basta, no tengo por qué escuchar estas estupideces-
giro sobre sus talones para continuar con su camino pero enseguida la mano de aquella chica que tanto ama lo detuvo.

-tuve la oportunidad pero no lo hice, me di cuenta que te amo Naruto, Y eso que presenciaste aquella anoche era simplemente una despedida entre dos personas que simplemente nunca  estuvieron destinadas a estar juntas, esa noche me decidí por ti Naruto-
No lo pudo evitar su boca comenzó a temblar y comenzó a sollozar mientras lágrimas resbalaban una vez más sobre blanquecinas y sonrojadas mejillas, era demasiado complicado para ella, simplemente nunca se imaginó que estaría ahí frente al Rubio rogándole por una oportunidad más.

"descubriendo sentimientos" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora