Episodio 43: "No existen los buenos"

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No lo podía creer, estaba frente a ella

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No lo podía creer, estaba frente a ella. De inmediato corre hacia ella para abrazarla. Lexa es alguien especial, alguien que la ayudó y mucho durante la guerra con Dante y también con Missandei y los mutantes. Sus ojos se llenan de lágrimas y se separa un poco y le mira su rostro. ¿Cómo es esto posible? Pensaba Clarke. Lexa pone su mano en el hombro de ella y le sonríe.

—No estoy viva, Clarke. Solo salí de la anomalía para darte un mensaje sobre todo esto. — afirma Lexa.

—¿Qué mensaje? — pregunta Clarke.

—La guerra. Esta no será como una cualquiera, no será igual que Dante o la de mutantes. — responde Lexa.

—¿A qué quieres ir exactamente? — la atención llama a Clarke.

—Esta vez son los últimos Sobrevivientes. No hay nadie más, en ninguna parte. Si se dá esa guerra y mueren, la raza humana será extinta. — cuenta Lexa, mientras camina con Clarke.

—Eso no pasará. Ganaremos. — afirma Clarke.

—No, Clarke. Sé lo que podría pasar. Hay dos opciones, o mueren todos y el mundo destruido o sobrevivirá un grupo. Pero debe haber dos sacrificios para que eso ocurra. — afirma Lexa.

—¿"Dos sacrificios"? — se pregunta Clarke confusa.

—Cuándo llegue el momento sabrás esa respuesta. Pero debes escucharme, si tú y Bellamy dejan que su odio y su venganza los dominen, entonces el mundo y su naturaleza serán historia. — dice Lexa.

—Nos arrebataron a nuestra hija. ¿Cómo puedes pedirme eso? — pregunta Clarke molesta.

—Madi no le gustaría esto. Yo lo sé. — responde Lexa.

—¡Yo no sé lo que mi hija hubiera querido! ¡Cuando la vi estaba vegetal, no podía abrazarme, hablar, tuve que verla morir y no pude hacer nada! ¡Fue lo peor de mi vida y nunca lo voy a superar! ¡La torturaron, por culpa de ellos murió! Lo siento, pero yo mataré a ese sujeto con mis propias manos. Gracias a ese idiota mi hija esta bajo tierra. — la impotencia de Clarke se ve reflejadas en sus palabras, el llanto de dolor sale de sus ojos.

—Sé lo duro que es para ti y Bellamy, pero recuerda que tu hija fue con Cadogan para que se termine las muertes, se arriesgo por ti, por Bellamy y por los demás. Fue ahí para que se acabe esta guerra, pero tú y Bellamy siguen con algo que su hija quiso parar. — dice Lexa.

—Habrá paz cuando Cadogan esté muerto. Lo mataré, lo juro. — afirma Clarke furiosa.

—Recuerda que en su grupo también hay gente buena. — dice Lexa.

—No existen los buenos. — responde Clarke, luego le da la espalda.

—El dolor no se irán aunque mates a Cadogan, seguirá Clarke. No cambiaras nada, pero si puedes cambiar ahora. Todos. Es lo que Madi quiere, paz para ti y Bellamy. Estas haciendo que la muerte de Madi lleve a la destrucción de la naturaleza y la extinción de los humanos. ¿Eso quieres dejar en memoria de todos? Debes dejar que la muerte de Madi traiga paz y sea recordada por todos. — pide Lexa.

Clarke empieza a llorar, recordando a su hija ahí sentada, sin moverse, sin hablar. No podía escuchar su voz, no podía hacer nada para salvarla, no podía.

—Verla ahí, fue lo peor de mi vida. Era mi bebé, mi razón. Tú no sabes el dolor que siento ahora. Tú no sabes como quisiera abrazarla y decirle que la amo. Nadie me devolverá ese amor, nadie me devolverá a mí hija, pero si puedo matar a su asesino. No descansaré hasta verlo muerto. — afirma Clarke, luego se limpia las lágrimas.

—Sé que has perdido mucha gente que amabas, pero no todo está perdido. Puedes recuperar esa humanidad, puedes hacer ese futuro para todos como tu hija también quería. Puedes volver a ser esa persona que bajó de la nave con 99 personas, que buscaba lo mejor para su pueblo, puedes volver al camino, no estás perdida. Puedes ser la persona que no me mató por haber traicionado a su pueblo, puedes ser la persona que no odio a su hermana por más daño que haya hecho. Puedes ser la persona que tu hija tanto admiraba, necesitan a esa Clarke, no a la parte oscura. — dice Lexa, se acerca más a Clarke y vuelve a poner su mano en su hombro. — La humanidad no está perdida y tú junto a Bellamy pueden cambiarla. Esos dos sacrificios, esa respuesta la tendrás en la misma guerra, Bellamy y tú tendrán una razón por un futuro mejor, como lo tenían con Madi. Piénsalo y toma tu decisión.

Al decir esas palabras, Lexa se aleja de Clarke y se empieza a ir. Clarke se queda parada, pensando en sus palabras. Ahora no sabe, ir por su venganza u honrar la memoria de su hija. Observa el lago y su mirada se vuelve seria.

Pasan dos horas, Clarke vuelve con los demás. Se da cuenta que Indra volvió. Pero las dos están raras, lo notan todos. Clarke se va más allá y Bellamy curioso la sigue. Se para atrás de ella.

—¿Clarke, pasa algo? — pregunta Bellamy.

—No lo sé. Estoy confundida de todo esto, Bell. No sé qué hacer..... No lo sé. — dice Clarke llorando de estrés. Bellamy de inmediato se acerca y la abraza.

—Tranquila. Te entiendo. Yo también quiero que todo esto termine. — afirma Bellamy.

—Yo igual. — dice Bellamy triste.

—¿Crees que estamos haciendo lo correcto? — pregunta Clarke.

—No lo sé.... No sé si esto es lo correcto, ninguna guerra lo es. Pero es la única opción para que esto termine. — afirma Bellamy.

—¿Dónde está Cadogan? — pregunta Clarke seria.

—Encerrado. — responde Bellamy.

—Es momento de que lo visite. — dice Clarke seria, guarda la pistola en su cintura y va hacia él.

Caminan y llegan hasta su jaula. Bellamy abre la puerta y entran. El pastor del futuro se levanta con una sonrisa. Clarke lo mira con odio.

—Por fin vienes a visitarme. Es bueno volver a verte, Clarke.

—Cállate. Tú y yo tenemos muchas cosas que resolver. Pero empecemos con un tema. Mi hija. — dice Clarke poniendo una silla y sentándose enfrente de él.

—Bien. Pero te digo que esta conversación no durará mucho tiempo. ¿Por dónde quieres que empiece? — pregunta el Pastor del futuro.

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