Capítulo 4

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Raven hizo uso de todo su autocontrol para poder enfrentar la escena, el cuerpo mutilado permanecía inmóvil,  la que fue una joven mujer, pelirroja, de apenas veintitantos yacía allí, la piel gris con manchas oscuras donde la sangre se había acumulado al dejar de fluir, con los ojos abiertos, blancos por la muerte, en una permanente mueca de terror. Uno creería que después de haber vivido en el mismísimo infierno, esta clase de escenas no la perturbaría, pero el caso era contrario. Una mano sobre su hombro la trajo de vuelta a la realidad, el rostro de Robin, aún a través del antifaz le recordó por qué estaban allí, en ese maldito teatro, aún con la capucha ocultando sus facciones el chico debió notar su preocupación a través del vínculo que compartían. Mentalizando su mantra, examinó la escena, aquello era sin dudas alguna clase de ritual, uno que había quedado incompleto,  ignoró el terror que aún se aferraba al cadáver de la mujer, bloqueó también a los oficiales de policía y la imponente presencia de Batman, todo pasó a segundo plano mientras intentaba concentrarse en los restos de magia. Habían dos, uno que hacía que incluso su padre se revolviera con desprecio en el interior de la gema y que a ella le causaba una aversión visceral, sus poderes amenazaron con salirse de control y tuvo que murmurar su mantra par de veces; un tercer rastro flotaba cerca, tan sutil que no lo hubiese notado antes pero sin dudas contenía energía del inframundo. Robin no dejaba escapar ni un solo movimiento de la hechicera, Batman unos pasos más atrás también estudiaba la escena. Raven logró concentrarse, alejándose unos pasos de la mesa y agachándose al notar marcas de hollín sobre el tabloncillo de madera, su mano derecha permaneció suspendida a unos centímetros de la marca, las dos magias habían colisionado allí, el segundo rastro no se parecía en nada al primero, era una magia casi elemental y algo en ella resultaba familiar; pero era imposible. Se puso en pie nuevamente, acercándose a su compañero de equipo.

–¿Y bien?

–Puedo sentir dos fuentes de magia, una coincide con los rastros sobre el cadáver por lo que parece ser del asesino, magia negra sin lugar a dudas; la segunda es de quien sea que lo interrumpió en pleno ritual, se enfrentaron pero no puedo decir si alguno salió victorioso. Sólo que la tercera persona que estuvo presente, no usaba magia.

–¿Tercera persona?– inquirió Batman, queriendo que la chica se explicara mejor.

–No usaba magia, pero, hay vestigios de energía demoníaca en su cuerpo, por eso puedo asegurarlo.

El mayor no necesitó más aclaraciones, Jason más que solo hallar el cuerpo debía haber presenciado lo ocurrido, tendría que hablar con él, por otra parte, la joven había probado ser un recurso valioso en verdad.

–Esa magia negra, es… antigua, muy antigua, como los símbolos encontrados en las imágenes que me mostraste, Robin– añadió Raven.

–¿Estás segura?– inquirió Robin.

–Tendría que examinarlas mejor, pero, sí, eso creo.

–Robin– el más joven entendió de inmediato la orden de su padre.

–Regresemos, Raven– la chica asintió por toda respuesta y abrió un portal hasta la mansión Wayne pero antes de cruzarlo volteó a ver a Batman– su cuerpo, necesita ser purificado antes del entierro– el mayor se extrañó pero decidió que tomar la palabra de una semidemonio en estos asuntos era apropiado así que asintió en respuesta.

Aparecieron en la Baticueva, una vez se cerró el portal Raven dejó escapar un profundo suspiro y se pasó las manos por los brazos, como si intentara darse calor. Damian la miró enarcando una ceja, el cambio del aire a su alrededor le hizo notar que ella estaba reteniendo sus poderes.

–¿Ocurre algo?

–Puede que piensen que por haber sido residente del infierno me he acostumbrado a cosas así pero, sigue siendo… perturbador.

BrujaWhere stories live. Discover now