Capítulo 11

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La dirección del mensaje correspondía con una librería de libros usados. Damián detuvo la moto casi una cuadra antes y Rachel se bajó como si el asiento la quemara.

-Estás demente, Wayne- le entregó el casco de un empujón y salió caminando.

-¿A dónde vas?

-No me esperes, volveré por mi cuenta.

-Rachel-su tono incluía una advertencia.

-Él me conoce como Rachel y como Raven, es mejor que no te vea.

Comentó ella mientras alzaba la mano en despedida sin volverse, sintió a su espalda como la moto aceleraba y en un instante le pasaba por el lado como un bólido.

El local no tenía pérdida, así que en unos minutos estaba frente a la entrada, la luz en el interior estaba encendida, las paredes del frente eran de ladrillo gris y grandes ventanales de cristal mostraban estantes llenos.

La campanilla de la puerta anunció su llegada. El mobiliario parecía antiguo, todo de madera, el lugar estaba impecable de limpio y se podía sentir la magia flotando alrededor, un tinte lo bastante oscuro para ser atrayente, lejos de intimidar, invitaba, casi seducía a buscar conocimiento en ciertos libros en particular.

No había nadie tras el mostrador, no le extrañó, se dirigió tienda adentro, entre los estantes, allí estaba su "viejo amigo". Llevaba pantalones negros, una camisa blanca, su postura aunque relajada mientras sostenía un libro era elegante, incluso sus manos, en una de ellas resaltaba un anillo dorado, antiguo, con una gema púrpura tan oscura que parecía negra, con rasgos atractivos, cabello blanco largo atado en una cola con una cinta de cuero negro; en cuanto la sintió acercarse volteó a verla, cerrando el libro. Ojos de un azul eléctrico se clavaron en los de Rachel y una media sonrisa inclinó los labios del hombre. La chica parpadeó un par de veces, seguía sin acostumbrarse a qué tan atractivo era en esa forma.

-Bienvenida, hermosa Rachel.

-Malchior ¿por qué infiernos estás en Gotham?

Una suave risa resonó en la garganta masculina, avanzó los pasos que los separaban sin apresurarse, su mano le acomodó un mechón de cabello tras la oreja, en un acto familiar, al retirar la mano rozó su mejilla, el metal del anillo se sintió suave contra su piel, cálido.

-Asuntos familiares, Rachel, la verdad no esperaba encontrarte aquí. Una muy grata sorpresa.

Rachel rodó los ojos, y tomó el libro de las manos de Malchior.

-¿Estabas tratando de hacerte el interesante?

-Error, hermosa, yo soy interesante. Pero creo que encontrarás esa lectura muy instructiva.

La bruja estaba escéptica, al menos hasta que vio los símbolos en la portada.

-¿Crónicas de She'ol?

-Estás aquí a causa de los asesinatos, supongo, ya que vives en Jump City, con tus... Amigos... Estarás en este oscuro agujero del crimen para ayudar al viejo murciélago.

-Pareces muy pendiente de la situación, Malchior.

-Estoy pendiente de ti, dulce Raven, no habrás olvidado quién te enseñó a leer estos símbolos.

-No, no lo he olvidado- la joven frunció el seño y aumentó la fuerza de su agarre sobre el libro.

-En tal caso. ¿Me harías el honor de acompañarme a un té, querida Raven? En recuerdo a otros tiempos- Malchior extendió una mano a la joven.

Raven llenó sus pulmones de aquel aire cargado del olor a papel y tinta antes de finalmente aceptar la invitación.

...

BrujaWhere stories live. Discover now