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EN EL LUGAR DONDE la tenían, no estaba tan mal. Nadie entraba a verla, nadie ni siquiera se acercaba a la pequeña habitación, entonces Pearl estaba tranquila. No la habían dormido, no se sentía mareada o nauseabunda, se sentía bien y sabía que Tommy lo arreglaría, estaba segura de eso.
— ¿Realmente crees que va a triunfar después de que ambas veces que atentó contra mí, salió casi muerto?
La voz del Padre la asustó, entonces sintió el miedo que no había sentido anteriormente.
La sonrisa burlona del hombre le congeló los huesos, pero no se hizo pequeña, sabía que ella iba a salir de ahí sin ningún daño.
— Sí. Thomas ha aprendido de sus errores, además, ¿quién dijo que él tenía que rescatarme? Usted no fue tan cuidadoso como Darby Sabini. Esta locación ya la debe tener cualquiera y aunque me vea solo como una niña bonita, soy capaz de más — gruñe.
— Tú jamás podrías salvarte a ti misma — negó. —. Lamentablemente, tu príncipe azul tampoco podrá hacerlo y si no nos da lo que pedimos, tú vas a morir aquí.
— Bien, lo que usted diga — sonrió.
Hughes se quedó de pie y la miró por unos segundos, Pearl no se dejó intimidar. Salió sin decir una palabra más y solo escuchó el sonido de las llaves cerrar la puerta.
