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AQUELLA MAÑANA, PEARL SE levantó con ánimo pues cumplía su quinto mes de embarazo y esto la emocionaba ya que su condición decía que solo podría soportar dos meses. Estaba alegre, por fin podía decir que estaba esperando un hijo y que la gente le creyera ahora que su vientre se notaba abultado. Meredith conocía el sexo del bebé e incluso podía visualizar la carita de este, pero Pearl le había pedido no le dijera nada porque ella quería conocerlo hasta que naciera. La muchacha no podía ver esto porque no puede intentar la magia contra sí misma.
Y aunque en casa de los Rowen, estaban bien. Los Shelby no tanto. Tommy había contraído a (un según Dogs) sanguinario asesino: Aberama Gold. También gitano, con aires de grandeza y con excelente mano para las navajas y a su hijo, Bonnie, un muchacho flacuchento, pálido y que pareciera estar anémico, pero demostraba lo contrario cuando estaba en un ring con otro hombre. Pero Arthur estaba más que molesto, pues había tenido que matar a dos italianos en la fábrica aquel día y se lo restregaba a su hermano, porque supuestamente ya no confiaba en él.
— Votaron sin mí. Me quitaste el trabajo — susurró dolido. —. Pero haré el jodido trabajo aún, porque todo esto fue mi culpa.
