04. Sueños y realidades

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Park tenía programado un ocupado domingo, y sabía que ya había empezado mal cuando BaekHyun llamó a su puerta a las cinco de la mañana. 

—¿Por qué exactamente estás aquí a esta hora?

Una taza con leche de almendras se colocó frente a BaekHyun mientras se sentaba en el viejo taburete de bar que ChanYeol había traído a su casa cuando renovó el bar por última vez.

—Le prometí a SeHun que podía pasar un fin de semana en mi departamento con su novio.

—El tipo tiene como tres casas y suficiente dinero como para pagar un hotel por más de un fin de semana. No entiendo porqué se queda en tu departamento.

BaekHyun rodó los ojos mientras mira como ChanYeol se flexiona para no quedarse dormido en medio de la cocina.

—Quiere privacidad, Yeol. Sus fans lo siguen a cada hotel que va y los paparazzis acampan enfrente de su casa desde que terminó de filmar su última película. Todos están buscando la provincia de SeHun con su misteriosa nueva pareja.

ChanYeol suspiró—. Lo sé, y perdón por ser rudo ahora, no quiero que pienses que no quiero que estés aquí... solo tengo tanto que hacer y estoy un poco estresado.

BaekHyun le ofreció a ChanYeol su sonrisa de comercial de dentífrico—. Te ayudaré.

—Amor, me encantaría una mamada, pero creo que necesito tener energía para hacer lo que tengo planeado este día.

—No iba a hacer eso, idiota... Bueno, quizás más tarde. Soy un asistente personal y hoy seré tu asistente personal. Solo ocúpate de los números que yo haré el resto. Pondré todo en orden e inclusive tengo un par de ideas para ti —Park lo miró con el ceño fruncido—. La semana pasada, SeHun tuvo una entrevista para una revista y ahí escuché que aparentemente que lo que está de moda ahora, son las noches exclusivas de solteros. Los bares se vuelven extremadamente populares estos días, así que deberías tener citas a ciegas o algo por el estilo.

Park caminó hacia su sala de estar y Byun lo siguió con una taza en su mano.

—En primer lugar, eres un mentiroso terrible. En segundo lugar, esas cosas nunca fueron populares, especialmente en bares como el mío. En tercer lugar, no hay más citas a ciegas para ti.

BaekHyun hizo un puchero—. Estás siendo cruel conmigo. Me estoy volviendo mayor y Seúl solo tiene una cierta cantidad de personas homosexuales con las que me puedo casar.

ChanYeol abrió la computadora portátil y la puso sobre el regazo de BaekHyun. Hizo click en una carpeta llena de hombres de bandas, y raperos que aplicaron para cantar en su bar.

—Bueno, si no encuentras un marido dentro de un tiempo, venderé el bar y me mudaré contigo.

—Chan, podríamos hacer eso y mudarnos a Daegu, podría encontrar un marido ahí y tú... lo que quieras.

ChanYeol frunció el ceño—. En cualquier lugar menos en Daegu, por favor.

—¿Qué pasa con Daegu?

—Mis padres están ahí.

El bajito dejó de mirar la pantalla portátil y se giró hacia el hombre de piel pálida.

—Sabes que te quieren, ¿Verdad? —preguntó con voz suave mientras se acerca a ChanYeol y colocaba su cabeza sobre su hombro.

—Ya lo sé, Baek. Es un mierda que no puedan ser felices conmigo.

—Lo son. Simplemente no creen que puedas ser feliz estando solo. Pero nunca estarás solo, cuando tengamos sesenta años, y con suerte estaré casado con un hombre diez años más joven que yo y tú sigas emborrachando gente en el bar, yo seguiré perdiéndome contigo todos los días. Siempre estaré contigo, incluso tendrás que cuidar a mis diez gatos si sigo soltero por siempre.

El alto soltó una carcajada—. Además, todo podría cambiar. Tal vez me despierte mañana y quiera encontrar una pareja o quizás me despierte con un deseo aún menor de querer estar atado a alguien. Pero solo espero que mis padres puedan entenderlo.

—Exactamente —BaekHyun sonrió. Rápidamente se puso de pie y le ofreció la mano a ChanYeol.

—Vamos a dormir un poco más y luego prometo que trabajaremos duro por el resto del día.

Park quería decir que no, pero la verdad es que no había nada más que quisiera, solo unos mimos y unas horas más de sueño.

Ambos estaban acostados con solo sus boxers sueltos y sus piernas entrelazadas como de costumbre. El único problema fue que, tan pronto como quisieron quedarse dormidos, el teléfono de BaekHyun comenzó a sonar.

—Déjalo —susurró BaekHyun contra la cálida y bronceada piel suave del mayor. Y ChanYeol totalmente lo haría, pero el teléfono zumbó otras cinco veces, así que agarró el teléfono y leyó el texto en voz alta. Él siempre hacía eso.

—Un tipo de Tinder acaba de mandarte una foto de él solo con un boxer puesto.

BaekHyun se sonrojó al saber exactamente quien era.

—Él quiere desnudos a cambio. No le estás enviando fotos desnudas a personas desconocidas, ¿Verdad? —el pelirrojo sonaba levemente preocupado y sabía que BaekHyun le contaría si hiciera algo así. Pero el alto también sabía que su pequeño amigo pelinegro no había logrado una quinta cita en mucho tiempo y podría estar extremadamente desesperado.

—No, nunca hice eso. Él es muy amable y lindo...

—Y exhibicionista... Baekkie. No voy a decirte qué hacer, pero los dos sabemos lo que sucedió en la escuela secundaria y en la universidad, así que por favor, ten cuidado.

ChanYeol volvió a colocar el teléfono en la mesa de noche, después de activar el modo de no molestar. Besó la frente del menor y lo abrazó con fuerza.

—Te quiero mucho, Channie.

—También te quiero mucho.

Una cita para mi follamigo | ChanBaekWhere stories live. Discover now