VIII Si es contigo, no me quejo

2.5K 377 109
                                    

Thalía

-Si sacas un pie de esta casa, Thalía, se acabó. No tendrás ni un centavo de mi parte y ahí verás cómo mantenerte sola -profeso mi padre viéndome con mis maletas al filo de la escalera, dije que me marcharía y es lo que estoy haciendo. Por fortuna Aurora me recibiría en su humilde pero acogedora casa. Miro a mi padre, arrastrando mis dos maletas.

-Si piensas que tu amenaza va a detenerme, estas equivocadísimo, papá -murmuro, viéndolo, él me ve con sus ojos oscuros entrecerrados, sus brazos cruzados contra su pecho-. Puedo vivir sin los lujos con los que siempre he vivido en esta casa, pero con lo que no puedo seguir viviendo es con este ambiente toxico y enfermizo en el cual me criaron tú y mi madre, y el cual he tenido que soportar desde que tengo uso de razón, sin contar el hecho de que quieras manejar mi vida y elegir el hombre con el que deberé casarme solo por tus deseos de unir familias sin importarte nada mi felicidad.

Papá se aproxima a mí y alzo la vista, viéndolo a los ojos, manteniéndole la mirada.

-Porque me importa tu felicidad es por lo que me parece bien que deberías darte la oportunidad de conocer a un muchacho que a mí me costa es bueno y va a venerarte toda la vida.

Rio sin humor.

-Tu concepto de que te importo deja mucho que desear papá -murmuro-. Nunca verás haciéndose realidad tu sueño de verme casada con ese muchacho bueno que, según tú, va a venerarme toda la vida. -Él me ve con la mandíbula endurecida.

Estuve a punto de decirle que tampoco me vería convirtiéndome en una economista como él quería, pero por alguna razón una vocecita en mi cabeza me gritó que no lo hiciera, así que me callé.

-Esto no es una amenaza vacía; si sales de esta casa perderás completamente todo mi apoyo económico, se acabaron las ropas costosas, el auto tendrás que dejarlo y te tocara aprender a andar en autobús, los viajecitos, se acabó absolutamente todo, ahora si te quedas...

- ¿Si me quedo y hago lo que tú quieras como casarme con un hombre que tú has elegido lo seguiré teniendo todo? -asevero, interrumpiéndolo-. En realidad, nunca lo he tenido todo en esta casa, papá. Me han dado lujos y comodidades, sí, pero siempre me ha faltado lo más importante, el amor de mis padres, paz. No me importa perder tu apoyo económico si a cambio tendré al menos lo segundo y podré elegir la forma como quiero vivir mi vida y el hombre con el cual quiero compartirlo.

-Bien, tú lo has decidido así, vete si quieres, pero ya conoces las consecuencias, al sacar un pie fuera de esta casa tendrás que ver como trabajas y te mantienes solita, perderás todo mi apoyo y si vuelves después al darte cuenta de que la vida sin el dinero de papi y las comodidades que tenías no es tan fácil como la imaginaste, tendrás que suplicar bastante para que te deje regresar. Estas desilusionándome bastante con tu actitud, Thalía.

Sus palabras no me afectan en lo absoluto.

-Y tú has estado desilusionándome desde que tengo uso de razón. No sueñes con eso, no tendrás que verme suplicando para volver porque voy a demostrarte que si puedo sobrevivir sin tus millones.

Dichas esas últimas palabras me alejo camino hacia la puerta, saliendo poco a poco de la casa en la cual no podía decir había vivido los mejores años de mi vida, pues no era cierto. Todo lo que puedo recordar son gritos, pleitos de mis padres mientras yo me escondía debajo de mi cama o de mis sabanas cubriéndome las orejas para no escucharlos. El desamor, la soledad. No, definitivamente no había vivido los mejores años de mi vida ahí.

Cuando salgo fuera viene llegando mi madre, miró mis maletas y después puso sus ojos en mí.

-Entonces si es verdad que te vas, si estas yéndote, si estas dejándonos -murmura mamá, pasando su mirada de mis maletas a mis ojos, no sé si fue idea mía notar un atisbo de dolor en sus bellos rasgos.

Entre Cada Latido, Tú. ( SAI, Libro 5)Where stories live. Discover now