Sesión de fotos

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Llevaba el día entero de sesión en sesión que ya estaba algo cansado y aburrido. Por suerte era la última del día

-Bueno, vamos al lío... -dijo el fotógrafo entrando en el lugar.

Me quité la camisa, dejando ver mi cuerpo trabajado y brilloso por el aceite que me habían puesto. Pude ver cómo el fotógrafo se había puesto un poco rojo y me hablaba de manera nerviosa cuando me dijo de qué iba la sesión.

Las manos colgando de mis bolsillos  para dejar ver el elástico de mi bóxer, repasar mi pecho con mi mano, mirar sensual a la cámara... así, pose tras pose fui calentando al fotógrafo, al cual, no le eran ajenos esos intentos.

-Tomemos un descanso y... -bajando la mirada -, y luego seguimos...

Era bastante tímido para ser alguien fornido y de buena planta. Lo vi entrar en el vestuario así que le seguí, vi que había entrado en el cuarto de baño y había dejado la puerta abierta.

-Te he visto... -anuncié al verlo echarse un poco de agua fría en toda la cara y parte de la cabeza.

Levanta la mirada y sus ojos repasan todo mi cuerpo. Traga duro  -¿El qué, me has visto? -pregunta nervioso, un poco golfo e indiferente mientras seca su nuca con una toalla y algo crece en sus pantalones.

Entré y cerré la puerta del vestuario y me fui acercando al fortachón que comenzaba a temblar.

-¿Me vas a negar que esto no te pone? -desabrochando su pantalón, metiendo mi mano en su bóxer, viendo como tiraba su cabeza hacia atrás. Su miembro iba creciendo a medida que jugaba con él. Con la otra mano tiré de su cabello para comenzar a besarlo de forma salvaje. Pude sentir sus manos repasar mi cuerpo, irse llevando del aceite, también lo disfrutaba. Le saqué la playera, sólo para repasar su pecho, sus pezones y su vientre para luego darle media vuelta. Tenía el mejor trasero que jamás haya de visto y su espalda, ¡qué espalda!  Le di un par de palmadas para prepararlo, qué no haría con el chico sí hubiera más tiempo...

Lo miraba por el espejo, estaba por completo rendido a mi. Lamí su oído antes de susurrarle que le iba a gustar y bajando mi bóxer entré en él. Su trasero se contrajo y se contuvo de soltar un fuerte grito, apretó los puños. Golpeaba el mueble en el que estaba recargado cada vez que sentía que me enterraba más y más, hasta que no pudo evitar soltar un fuerte gemido y liberar esa tensión. Sonreí cuándo cedió ante mi. Besaba sí espalda, mordía su hombro, me enterraba y él intentaba no gritar. Subía y bajaba y él intentaba mantener su pierna sobre el mueble para mejor disfrute de ambos.

Sin salir de él lo guíe hacia el piso, quería ponerme lo más cómodo mientras me daba a este pedazo de hombre. Lo recosté y levanté su pierna. Subía, bajaba, entraba y salía. Era un deleite escuchar sus gemidos ahogados, sus besos húmedos y torpes; sus pectorales estaban rojos de tanto que los apretaba. Lo giré para besarlo y para jugar un poco más con su miembro que rebotaba en su vientre al movimiento de mi faena, me estaba dejando llevar por el placer.

-¡Dilo! ¡Di que te gusta! -clavándole fuere en él, despidiendo un gemido que me complacía.

-Oh. Sí. Me... Ah... Gusta -apretando los dientes mientras me sentía ir más rápido.

-¡Dilo! -dándole un palmada.

-¡Más fuerte! -gritó conteniendo un gemido.

Y lo complací, entraba más y más cada embestida. Me puse frente a su entrada y rematé, un intenso vaivén sujetando su cadera para que no perdiera ritmo antes de correrme por completo dentro de él. Su cadera fue bajando y yo saliendo de él poco a poco. Estábamos exhaustos pero realmente parecía que lo había disfrutado.

Hubo un silencio entre nosotros que se rompió con una pregunta:

-¿Amor? -entró una chica en el vestuario justo a tiempo cuando su novio se había terminado de poner la playera y yo entrado en el baño para limpiarme.

Solté un par de carcajadas frente al espejo mientras me volvía a vestir. Cuando salí los pilé besándose pero se detuvieron al verme ahí. La chica soltó un pequeño grito y se abalanzó sobre mi.

-¿Te importa hacerte una foto conmigo?

-Pues claro. ¿La puedes hacer tú? -pasando mi mano por la cintura de la chica mientras le daba el móvil a su novio.

Cuando le regresó el móvil, se detuvo a ver mejor a su novio.

-¿Pero qué te ha pasado? -rió la chica -. Sí es que parece que te ha pasado por encima un camión -quitando las arrugas de su playera y arreglando un poco su pelo.

-Nada -se excusó el novio. -Venga, que aún faltan más tomas -dándole un beso a su novia -, ¿nos vemos luego?

-Claro. Ha sido un gusto -me dice despidiéndose de mi.

-Cuando quieras bonita... -viéndola partir. -Tú no te alejes -dándole una palmada en el trasero al fotógrafo -, tal vez después quiera repetir...

Sueños HúmedosWhere stories live. Discover now