Mi capricho 9

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Alonso estaba en el sofá de su casa viendo el móvil, era el quinto día en que Bryan no le respondía los mensajes y se estaba preocupando. Algo que desapareció cuando llamaron a la puerta: ahí estaba parado Bryan, que tan pronto verlo tiró de su cabeza para besarlo y meterlo a la casa.

—¡Pero que sorpresa! —exclamó Alonso al ver la flores que Bryan había puesto delante de él.

—Te extrañé —dijo Bryan viendo la ilusión en la mirada de Alonso antes de volver a besarlo. Lo acompañó hasta la cocina y cuando vio que Alonso había terminado de ponerlas en su jarrón Bryan se quitó la playera y dejó al descubierto su increíble cuerpo, al cual Alonso se lanzó sin dudarlo para besarlo, para sentir sus manos invadir su cuerpo; metiendo su mano debajo del pantalón notando que iba sin ropa interior. Solía ser tan hábil en desnudar a Alonso que no tardó más de tres segundos en tenerlo desnudo frente a él.

Alonso se puso de rodillas pero Bryan lo detuvo.

—No —le dijo Bryan levantándolo —, quiero ir directo a la cama —levantándolo entre sus brazos, y mientras se besaban , Alonso masturbaba el miembro de Bryan.

Cuando llegaron a la habitación Bryan lo dejó en la cama y lo vio por un segundo, volvió a besarlo antes de abrir su piernas.

—Hace mucho que no estoy dentro de ti... —dijo Bryan entrando sin más en Alonso, comenzado a moverse dentro de su novio, viendo cómo se retorcía de placer, a pesar de todo el sexo que siempre tenía sabía disfrutar de su novio y sus movimientos. No dijo nada mientras Bryan se ponía al día recordando cada curva de Alonso; sus labios, sus hombros sus pezones rosados; cada parte que repasaba con su boca hacían que Alonso soltara un suspiro y se limitara a revolver su pelo.

—¿Por qué? —preguntó Bryan viéndolo a los ojos, sin dejar de moverse dentro de su novio.

—Pues hace dos semanas me pediste que sedujera al profe de física para que te pasara.

—El diez más fácil que tuve en mi vida —dijo embistiéndolo sin dejar de ver a Alonso risueño por verlo encima de él, disfrutando del miembro que más le gustaba tener dentro. Intentó besarlo pero Bryan se alejó, parecía un poco enfadado o tal vez sólo quería escuchar lo que había hecho antes, tal vez así se excitaba un poco más.

—Y la semana antepasada me pediste que sedujera a tu papá para que pudieras escaparte con tus amigos a no sé dónde.

Bryan lo recordó que por fin cedió a los besos de Alonso, a sus caricias y al recuerdo de su aroma. A quedar tan cerca de él como para sentir sus gemidos en su oído.

—Sí, no lo había visto antes tan feliz. Lo que hace una buena cogida —metiendo ambas manos debajo de Alonso para hacer palanca y comenzar a embestirlo vigorosamente pegado a su pecho, el cual Alonso no dejó de darle pequeños besos.

Alonso estaba con las piernas al aire y con Bryan dentro de él, envistiéndolo vigorosamente, viéndolo desde arriba, llenándolo de besos y líquido blanco. Repasaba una y otra vez su cuerpo , besaba su cuello, su pecho, sus brazos y dejaba que Alonso de vez en vez hiciera lo mismo; lo dejaba ponerse encima de él, solo para verlo empalarse en su miembro, para ser él quien lo besara con un poco más de ternura, quien apretara su pecho firme. Disfrutaba cuando Bryan levantaba su culo y hundía su cabeza en la almohada; le gustaba ese momento agresivo, en el que de principio a la corrida todo eran estocadas agresivas y constantes.

Sueños HúmedosWhere stories live. Discover now