Primera vez 4

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Riky soltó un tremendo grito al escuchar que llamaban a la puerta. Estaba sólo, como de costumbre, así que no esperaba a nadie. Eran pasadas las dos de la madrugada y no llamaban al timbre, golpeaban con insistencia puerta.

Se apresuró a ver por la mirilla. Pol estaba ahí, tambaleándose con el traje desarreglado y una botella de vidrio en la mano. Riky soltó una risa y abrió la puerta.

-¿Qué haces aquí? -recibiendo como respuesta un abrupto beso torpe. -Estás borracho -rió al sentir los labios húmedos y llenos de alcohol, ayudándolo a entrar, pero Pol se detuvo y lo siguió besando, su aliento a alcohol no le importó, llevaban días sin verse que esa sorpresa había sido increíble.

Sus mano mano estaba helada, caricias eran torpes, tanto que en más de una ocasión, sintió la botella fría chocar con su cadera, incluso había llegado a mojarle un poco la ropa. Cuando por fin pudo separarse de él, Pol lo miró lo más serio que pudo confesó:

-Es por tu culpa. Es tu culpa por ser tan lindo... Dame un beso... -acercándolo de nuevo a él con una torpe brusquedad.

Se separó del chico y lo miró. Tenía el pantalón de un pijama de seda, del cual tiró para dejarlo sin nada más que una playera holgada. Entró y cerró de un golpe la puerta y empujó hasta el salón al chico, quién cayó en el sofá y vio como Pol se arrodilló cerca de él, para gatear hasta sus piernas contraídas, sólo para poner sus manos frías y erizar esa piel tan suave.

-Es por esas piernas... -dijo, dejando de lado la botella de vodka que llevaba para besarlas y repasarlas con sus manos hasta llegar a su miembro, oculto debajo de la playera. Pol miró la erección del chico y no dudó en sentirla y admirarla, hecho que avergonzó a Ricky, y más porque mientras lo masturbaba, Pol no dejó de verlo a los ojos; tanto que sin esperarlo sintió su lengua rodear su miembro como sí se tratase de una paleta. Algo que hizo que Ricky contrajera un poco su cuerpo al sentir esa inesperada descarga de placer.

La mano de Pol recorrió su vientre por debajo de la playera hasta a su pecho para apretarlo y frotarlo, mientras succionaba el miembro de Ricky. Este sólo podía rasguñar un poco la espalda de Pol para tratar de aferrarse a algo, pero no podía, estaba tan abajo que no lo conseguía. Decidió ver la acción un segundo, tan sólo para numerar creerse que alguien le estaba chupando su miembro, como succionaba buscando obtener algo, como su saliva se impregnaba en su miembro y al mismo tiempo se mezclaba con su líquido.

-Pol... -sintiendo como su lengua repasaba su miembro con más intensidad. Era la primera vez que estaba así, la sensación era nueva pero excitante, tanto que le generaba un placer que lo hacia retorcerse. Tenía los pies tensos, los puños rojos de tanto apretarlos, cada succión parecía desesperada. Hasta qué no pudo más y se corrió en la boca de Pol, quién pareció disfrútalo hasta la última gota, la cual llevó hasta la boca de Ricky para besarlo y compartir aquel líquido mientras se besaban.

Luego de un rato de caricias y besos, de nuevo Pol móvil abruptamente a Ricky para ponerlo contra su regazo y tener mejor acceso al trasero del joven.

Ricky sintió la mano de Pol recorrer su trasero, apretándolo con fuerza y dejando algunas marcas en su piel, hasta que metió uno de sus dedos para hacer gemir a Ricky. Nunca había hecho eso, jamás había jugado con Ricky de esa forma pero hacerlo le provocaba placer antes de tenerlo debajo de él.

-Este culo es mío -dijo limpiando su boca y metiendo su lengua tan pronto cambió de nuevo su posición para quedar detrás de él en cuatro. Sus manos apretaban su trasero de formas que jamás había sentido Ricky. Entre lengüetazos, un dedo águila entrando y saliendo. Todo esto lo estaba dejando sin palabras, no tenía tiempo de entender de lo que pasaba, limitándose sólo a dejarse llevar por el placer que aquel hombre le estaba dando.

Sueños HúmedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora