Nuestro secreto: Fran

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Fran llegó de la escuela a su casa vacía. Sus padres trabajaban y su hermana aún no regresaba de la universidad, lo que era un tiempo ideal para poder juguetear con las cosas de su hermana. Le gustaba fantasear con su ropa, viéndose en el espejo. Lo que no notó fue la mirada atenta de un chico que lo veía desde la puerta. Aquel chico cuando asomó un poco la cabeza pensó que era su novia probándose vestidos pero al ver que aquel trasero era más prominente su miembro se puso duro y comenzó a fantasear un poco al ver al hermano menor de su novia con sus vestidos.

—Te queda bien. Resalta tu trasero —dijo por fin entrando en la habitación. Era Diego, un chico moreno con barba y bigote y una tremenda galanura con su camisa desabotonada hasta el tercer botón y los pitillos que resaltaban su cuerpo tonificado.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Fran intentado alejarse.

Diego sonrió de manera burlona y se fue acercando lentamente al chico.

—Pensaba en darle una sorpresa a tu hermana pero... —viendo cómo le quedaba casi perfecto aquel vestido que había decidido probarse. Lamió sus labios y repasó su bigote con los dedos hasta llegar a él —, creo que es a mí a quien sorprendieron.

Fran sintió como Diego lo giraba y lo hacía ver de nuevo su reflejo mientras sentía sus manos recorrer sus piernas y su barba rozar sus mejillas en el camino hacía su cuello. Logró aspirar aquel aroma masculino que caracterizaba a Diego, un chico mucho mayor que él que le hizo temblar las piernas. Sintió como fue subiendo la falda del vestido hasta dejar su trasero expuesto.

Vio la expresión de lujuria en la mirada de Diego y luego lo atrapó viéndolo. Diego le sonrió y apretó su trasero con una mano y con la otra metía mano en su vientre y su pecho para hacerlo chocar contra su pecho y rozar sus labios con los suyos sin llegar a sentirlos. Diego sonrió.

-¿Sabes como se vería mejor este vestido? -bajando la cremallera, haciendo que el corazón de Fran se acelerara al sentir como la prenda se iba deslizando por sus hombros para dejarlo solo con los calzoncillos cortos que llevaba y resaltaban su trasero —. En el suelo —mordiendo su oreja antes de besarlo.

Fran cedió fácil. Aquellas manos tenían una sensación increíble. Sus labios húmedos hacían contraste excitante con lo áspero de su barba y bigote. Su cuerpo fue rodeado por sus brazos fuertes mientras seguía besándolo y rozando su miembro con su trasero expuesto.

-Ven -le dijo Diego levantándolo de golpe y sacándolo de la habitación de su novia —, ¿cual es tu habitación? —preguntó antes de morder su trasero y darle un fuerte palmada.

Diego abrió de un golpe la puerta y tiró a Fran en su cama, cerró la puerta y se sacó de un movimiento su camisa dejando ver su escultural cuerpo. Se puso encima de Fran y de un tirón también le quitó la única prenda que le quedaba para verlo totalmente desnudo. Lo giró de inmediato para ver aquel trasero y sentir como su erección terminaba de ponerse dura debajo de su pantalón.

-Así te ves mejor -dijo viéndolo totalmente desnudo mientras desabotonaba su pantalón y se sacaba los zapatos. Un deleite para Fran tanto que no pudo evitar cubrir su erección al ver toda la hombría del novio de su hermana. Tragó saliva cuando lo vio ponerse encima de él pero solo fue para besarlo y sentir el roce húmedo de su miembro contra su trasero. Sintió las manos de Diego recorrer su cuerpo; erizando sus piernas y haciéndolo perder el aliento cada vez que rozaba su cintura. Sus movimientos simulando embestidas lo estaban emocionando y lo hacían temblar a cantidades iguales.

Fran contuvo el aliento cuando sintió los labios húmedos de Diego en su espalda; su recorrido dejando besos, caricias hasta su trasero en donde sintió una pequeña mordida. Diego no se contuvo de meter su boca en aquella entrada para lamerla, haciendo que Fran se aferrara a las sábanas de su cama al sentir aquella sensación tanto que se dejó llevar por aquel placer que no supo en qué momento Diego lo había girado y lo vio encima de él, con cada brazo a un lado de su rostro, con su miembro húmedo colgado y rozando el suyo. Sintió como el espacio se reducía entre ellos para que Diego por fin dejar de rozar su nariz y por fin besar a Fran, un acto realmente sensual, lleno de pasión.

Sueños HúmedosWhere stories live. Discover now