Capítulo cinco

678 70 30
                                    

Christopher se encontraba terminado de acomodar su camisa blanca, mirándose al espejo sonrió. Yoandri le había ayudado a escoger ropa o mejor dicho fueron de compras.

Le envió un mensaje a Zabdiel diciéndole que ya estaba listo, Yoandri lo acompañaría. Había hablado con el rubio y éste le había dicho que no había problema de que invitara a sus amigos.

Yoandri estaba vestido con un pantalón negro y una camisa negra que tenía un pequeña rosa bordada en la parte izquierda.

Escucharon el sonido de timbre y el castaño quiso ir a abrir la puerta pero su padre de adelanto.

—Zabdiel, adelante—el rubio sonrió y ingresó a la casa, Christopher se acercó a él y lo abrazó, Zabdiel no tardó en devolverle el abrazo. Leonardo solo miraba fijamente al rubio, éste se separó del castaño—. No quiero que vuelva muy tarde, ¿van en auto?

—Si señor.

—¿Vos vas a conducir?

—Si señor.

—Espero que no ingieras alcohol en la fiesta—el rubio negó rápidamente.

—Cariño, Zabdiel sabe que no se debe beber alcohol cuando tenes que conducir—Yenny le sonrio al rubio—. Es hora de que se vayan, no van a querer llegar tarde.

Los tres chicos asintieron, Christopher abrazó a sus papás y salió junto a los demás. Subiendo en el asiento del copiloto mientras Yoandri subía en el asiento trasero.

Leonardo aún continuaba con su mirada seria—. Se hubiera quedado en casa.

—Leonardo, nuestro hijo merece divertirse además esta con Yoandri y Zabdiel.

—¿Se supone que eso tiene que dejarme tranquilo?—la mujer negó divertida.

(...)

Los tres chicos se encontraban frente a una amplia casa color beige, tenia un bonito patio delantero. Se podía ver a muchas personas y se escuchaba la música.

Zabdiel tomó la mano de Christopher y entrelazo sus dedos, sonriendole comenzaron a caminar hasta la entrada de la casa, Yoandri iba detrás de ellos.

El rubio intentó localizar a sus amigos y vio a Nadia y Alexia en una esquina de la casa, se acercó hasta ellas y las saludó.

—¿Lo vieron a Erick?—ambas negaron.

—¿No vas a presentarnos a tu novio y a su amigo?—pregunto la pelinegra curiosa.

El rubio sonrió—. Él es Christopher Vélez, mi alma gemela—el castaño sonrio tímidamente—. Y él es Yoandri Cabrera, amigo de Chris—el cubano movio su mano en señal de saludo.

Ambas chicas sonrieron y comenzaron a charlar, Zabdiel dejó un pequeño beso en la mano del castaño y le dijo que volvería pronto. Christopher asintió, observó como Yoandri iba junto a Nadia a traer más bebidas, se había quedado solo con Alexia.

—Zab se ve muy feliz a tu lado.

—Él también me hace feliz—la rubia sonrió enternecida, Christopher era la persona indicada para Zabdiel.

—No tenes que sentirte inseguro sobre mi relación con Zab, solo somos amigos—el castaño asintió y le sonrio, continuaron charlando sobre diversos temas.

El rubio volvió a aparecer junto a dos chicos, uno con el pelo rizado y otro con unos ojos verdes que podrán cautivará a cualquier persona menos a él. A Christopher le gustaba el color chocolate de los ojos de Zabdiel.

—Chris, ellos son Joel y Erick.

—Feliz cumpleaños Joel—el mexicano le agradeció y luego se acercaron Yoandri y Nadia. Decidieron ir hacia la pista de baile que se había formado, Nadia y Alexia bailaban juntas, Joel junto con Erick y Chris junto con Zabdiel.

Yoandri solo los miraba desde lejos, su amigo realmente se veía feliz con Zabdiel, estaba tan contento por él. Esperaba poder encontrar a su alma gemela pronto, ansiaba poder ver colores.

Chocando accidentalmente con un chico, se disculpó rápidamente y alzo la vista. Observando la sonrisa del chico, lo que le sorprendió no fue su sonrisa encantadora sino el color de sus labios.

—Los accidentes ocurren, no tenes que preocuparte..

—Yoandri—extendió su mano y el chico castaño y alto la tomó.

—Yoandri, tu nombre es tan bonito como vos—el cubano se sonrojo—. Johann Vera, realmente es placer conocerte alma gemela.

El pelinegro sonrió y comenzaron a charlar, Christopher observó a su amigo, al parecer Yoandri había conocido a alguien interesante.

—Chris

—¿Si Zabdi?

—Te ves precioso.

—Gracias, vos también te ves guapo.

El rubio sonrió, colocando sus manos en la cintura del castaño, lo acercó más a él. Christopher envolvió sus brazos alrededor del cuello del rubio y comenzaron a acercarse hasta que sus respiraciones se mezclaron.

Zabdiel cortó la distancia y finalmente junto sus labios con los de Christopher, disfrutando del primer beso que compartía con el castaño. Se separaron por falta de aire y sonrieron.

—Ese fue un beso maravilloso.

—¿En serio?

El rubio asintió—. ¿Nunca habías besado a nadie antes?

El castaño negó y se separó del rubio, caminado hasta un pequeño cuarto. Escucho como la puerta era tocada, escuchado la voz de Zabdiel. Abrió la puerta y lo dejó entrar.

—Chris.

—Si es ridículo que no haya besado a nadie.

—Nunca dije eso, solo me sorprendió un poco.

—No quería besarme con cualquier persona, yo estaba esperando a mi alma gemela, ¿esta mal?

—No, me alegra haber sido el primero en besarte aunque suene egoista—el castaño río bajito—. ¿Disfrutaste tu primer beso?

El castaño asintió—. Fue mágico Zabdi.

El puertorriqueño sonrió y tomo la mano de Chris, antes de salir se acercó hasta el oído del castaño y susurró—. Podemos besarnos las veces que quieras.

El ecuatoriano se sonrojo y salieron del cuarto, se acercaron a sus amigos y comenzaron a bailar entre todos.

Horas más tarde, Zabdiel había dejado a Yoandri en su casa y ahora se dirigía a la casa del castaño.

Estacionado el vehículo frente a la casa del castaño, éste lo miro y le sonrió.

—Gracias por llevarme a la fiesta, estuvo realmente muy divertida.

—Gracias por aceptar acompañarme, te veo en unos días.

—Nos vemos Zabdi—el castaño desabrocho su cinturón y antes de arrepentirse junto sus labios con los del rubio, dándose un beso lento y tierno.

Al separarse el rubio acarició la mejilla de Christopher—. Vas a hacer que me vuelva adicto a ti.

El ecuatoriano se sonrojo—. Buenas noches.

—Que tengas bonitos sueños Chris—el castaño bajo del vehículo, Zabdiel espero a que el castaño ingresara a su casa y encendió el auto dirigiéndose a su casa con una sonrisa.

¿Entonces Tú...?Onde histórias criam vida. Descubra agora