Capítulo diez

630 64 6
                                    

Zabdiel terminaba de acomodar su camisa, miró su reloj y salió corriendo de su casa. Dándole un saludo rápido y sus padres y a su hermana, subió a su auto y condujo hasta la casa del castaño.

Bajándose del auto, respiró profundamente y camino hasta la puerta. Tocó el timbre y la señora Vélez le sonrió amablemente.

—Hola Zabdiel.

—Hola señora Vélez

—Podes decirme Yenny—el rubio asintió y Christopher apareció detrás de su mamá.

—¡Zabdi!

—Hola bebé—el castaño abrazo al rubio y sonrió—¿Listo?—Chris se separó de Zabdiel y asintió, dejó un beso en la mejilla de su mamá y camino junto a Zabdiel hasta su auto.

Ambos jóvenes ingresaron en el mismo, el rubio comenzó a conducir y Chris miraba por la ventana. Dedujo que habían llegado cuando vio una casa con bastante gente, volteó al ver al rubio y éste le sonrió tiernamente.

—Chris, ¿te gustaría ser mi novio?

El castaño se quedó en silencio unos minutos, realmente no esperaba aquella pregunta—. Pensé que ya lo éramos.

—¿Qué?

—Si, somos almas gemelas y me diste una pulsera para compartir y también me decís apodos bonitos—Zabdiel sonrio y se acercó al castaño dejando un pequeño beso en los labios de su novio.

—Es hora de entrar, Erick va a matarme si no entro a su fiesta—el ecuatoriano río y salieron del auto. Zabdiel se acercó a Christopher y tomó su mano, entrelazado sus dedos.

El castaño observó como muchas personas saludaban a su novio y varios chicos y chicas le daban una mala mirada. Se sintió fuera de lugar, capaz esos chicos preferían que Zabdiel estuviera con Alexia.

Llegaron a la cocina donde Nadia estaba preparando las bebidas, Alexia solo estaba sentada en la barra y Erick estaba pasado de copas.

—¡Llegaron!—la rubia se acercó y los abrazo—. Pensamos que habían decidido hacer otra cosa.

—Fue mi culpa pasé algo tarde por Chris—el rubio beso la mano del castaño y sonrió.

—Entonces Chris, ¿mi amigo ya tuvo las agallas de pedirte que sean novios?

—Si, ya lo hizo—sus amigos festejaron y la pareja solo pudo sonrojarse.

—Voy a llamar a Joel y preguntarle porque carajos no está aquí—Zabdiel miro a Nadia y ésta solo se encogió de hombros.

—Ale, ¿te quedas con Chris? Quiero saber que le pasa a Erick—la rubia asintió y Zabdiel fue en busca de su amigo.

Alexia guió a Chris hasta la barra donde se encontraba Nadia y comenzaron a charlar, el castaño se sentía feliz de agradarle a las amigas de su novio. Nadia se fue de la cocina y solo quedaron ellos, Christopher miró alrededor y continuo viendo a algunas personas darle una mala mirada.

—¿Esta todo bien Chris?—el castaño asintió rápidamente y bebió un sorbo de su vaso—. Podes decirme que te sucede.

—Cuando llegamos muchas personas me miraron feo y me puse a pensar que prefieren que Zabdiel esté contigo—la rubia asintió y toco el hombro de Christopher.

—No te preocupes, a mi también me miraban mal, cuando rompimos con Zabdiel muchas personas pensaron en la posibilidad de poder ser su alma gemela—el castaño miro a la rubia—. Y ahora no porque esta saliendo con vos, solo quieren hacerte sentir incómodo, no se lo permitas.

El castaño asintió y sonrió, Alexia lo llevó a la pista de baile y Nadia se unió a ellos. Comenzo a sonar una canción lenta y Alexia se acercó s Nadia y comenzaron a bailar juntas. Christopher estaba a punto de volver a la barra cuando Zabdiel apareció de repente y tomó sus cintura y lo acercó a él.

—Mi bebé—Chris sonrió y escondió su rostro en el cuello del más alto—. Te quiero.

—Te quiero mucho más Zabdi—el rubio sonrio, al terminar la canción el rubio beso la mejilla del castaño y tomo su mano.

—¿Dónde está Erick?—preguntó la pelinegra.

—En su cuarto, se quedó dormido y no llamó a Joel—Nadia asintió.

—¿Que te preocupa amor?—la rubia tomó la mano de la pelinegra.

—Hace días Erick que esta bastante triste, tal vez peleo con Joel pero cuando quero hablar de eso, él evade el tema.

—¿Creen que tengamos que buscar a Joel?

—No lo creo, si pelearon es mejor que cada uno tenga un tiempo para pensar y luego puedan charlar—todos asintieron, fuero de nuevo a la cocina.

Las horas pasaron rápidamente, Zabdiel y Christopher se despedían de las chicas. Caminaron hasta el auto y se subieron, el puertorriqueño comenzo a conducir a la casa de castaño, minutos después ya estaba estacionado frente a la casa.

—¿Te gusto la fiesta?

—Estuvo divertida.

—Ale me contó lo que le dijiste—el castaño miró sorprendido al rubio—. Sabes que podes decirme lo que sea, ¿verdad bebé?—el castaño asintió.

—¿No estas molesto?

—No bebé, solo me hubiera gustado golpear a las personas que te ven feo—el castaño río—. Es mejor que entres.

El castaño asintió—. ¿Querés entrar?

—¿Tu papá?

—Se fue de viaje y vuelve dentro de dos días—el rubio asintió y bajo del auto.

—Espero que tu mamá esté durmiendo—Chris río bajito y abrió la puerta tratando de hacer el menor ruido posible.

—Christopher Vélez—el castaño volteo a ver s su hermano mayor mirarlo seriamente.

—¡Jonathan!—el rubio observó al tal Jonathan acercarse hasta ellos y abrazar felizmente a Christopher—¿Cuando?

—Hace unas horas, mamá dijo que habías salido—Jonathan dirigió su mirada a Zabdiel—. ¿Quien es Chris?

—Él es Zabdiel de Jesús, mi novio y alma gemela—Jonathan abrió los ojos sorprendido.

—Es un placer Zabdiel—el rubio tomo la mano de Jonathan y la estrechó—. ¿Por qué no vas dormir hermanito?

—Si, Zabdi—el castaño tomó la mano de su novio y se despidió de Jonathan, subiendo las escaleras llegaron al cuarto del castaño.

—Creo que tu hermano me odia, es mejor si me voy bebé—el castaño negó y abrazo al rubio.

—Mi hermano no te odia solo esta sorprendido de que tenga novio y alma gemela.

—Yo creo que va a venir a matarme cuando esté durmiendo—el castaño río y soltó al rubio—. Podes irte si querés.

—No voy a irme cuando me estas mirando así y además estas haciendo un puchero, mi bebé manipulador—el castaño le dio a Zabdiel un pijama y éste fue a cambiarse al baño. Christopher se cambió rápidamente y el puertorriqueño salió del baño y ambos se acostaron en la cama. El ecuatoriano apoyó su cabeza sobre el pecho del boricua y éste acarició el cabello de su novio—. Descansa bonito.

—Descansa amor—el rubio sintió mariposas en el estómago al escuchar a Chris llamarlo amor. Cerrando sus ojos lentamente, ambos comenzaron a caer en un profundo sueño.

¿Entonces Tú...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora