Capítulo once

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Zabdiel admiraba el rostro de Christopher, acariciando delicadamente la mejilla del castaño sonrió, era tan malditamente afortunado de que el ecuatoriano sea su alma gemela.

—Buenos días bonito—el castaño sonrió al escuchar la voz un poco ronca de su novio, abriendo lentamente sus ojos.

—Buenos días amor—el rubio beso cortamente los labios de Chris.

—Creo que tengo que irme— se levanto de la cama y Christopher también.

—¿Te quedas a desayunar?—Zabdiel estaba a punto de negarse cuando el ecuatoriano hizo un pequeño puchero y se subió al regazo de su novio—. Por favor.

—Te amo—el castaño se sonrojó violentamente y el rubio también—. Yo..

—También te amo Zabdi—abrazo al rubio y ambos sonrieron.

—¿Vas bajando? Me ducho y te alcanzo—el boricua asintió y dejó un beso en cuello de su novio. Christopher se bajo del regazo del Zabdiel y fue hasta el baño.

El puertorriqueño se cambió y bajo las escaleras encontrándose con los padres y eñ hermano de su alma gemela.

—Zabdiel, no sabíamos que te habías quedado aqui—el rubio le dio una sonrisa apenada a su suegra.

—Lo siento señora Vélez, Chris dijo que estaba bien

—No te disculpes cariño, siempre sos bienvenido en nuestra casa—Zabdiel asintió y se sentó en la mesa dejando la silla a su lado libre para Chris.

El castaño bajo minutos después y se sentó a lado del rubio, sonriendole a sus padres y a su hermano. Teniendo una agradable charla entre risas y anécdotas vergonzosas de Christopher, la mañana transcurrió rápidamente.

—Tengo que irme, fue un placer—Yenny le sonrió al rubio, Leonardo solo asintió al igual que Jonathan. Zabdiel se levantó de la mesa y Chris lo acompañó hasta la salida.

El ecuatoriano sonrió cuando el puertorriqueño lo tomó de la cintura y junto sus labios en un tierno beso.

—Gracias por quedarte amor.

—Fue un placer bebé, aunque tu papá y tu hermano me miraran feo—Christopher río.

—Te amo.

—Te amo mucho más, bonito—el castaño volvió a besar a su novio, sonriendo entre medio del beso. Se separaron al escuchar a alguien carraspear.

—Chris, Zabdiel tiene que irse—el ecuatoriano sonrió apenado y se separó del rubio, viendo como este dejaba un último beso en su mejilla y salía de su casa.

—No tenes que ser tan sobreprotector Jonathan—Chris se cruzo de brazos.

—Tengo que serlo cuando no conozco las intenciones de ese chico—también se cruzo de brazos y miro a su hermano menor.

—Nose que te haya dicho papá pero Zabdiel es un buen chico.

—Papá no me dijo nada Chris, solo no me agrada.

—¿No te agrada? No hablaste en ningún momento con él.

—Justamente porque no me agrada.

—¿Que demonios te pasa?

—Lo metiste a la casa Christopher y no quiero saber que cosas hicieron—el castaño le dio una cachetada a Jonathan, sus padres se acercaron hasta ellos y los miraron esperando una explicación.

—Chris, Jonathan ¿qué pasa?

—Pregúntenle a él—el castaño señalo a su hermano y subió las escaleras hasta su cuarto.

¿Entonces Tú...?Where stories live. Discover now