34: A la misión

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Narra la autora
El castaño abrió las puertas de la casa de Bocon encontrando salí reunido al equipo al completo. Esperó paciente las quejas de los gemelos, Patán o Patapez sobre lo temprano que era pero no llegaron. Observó a los habituales sujetos quejicas ahora en silencio con mirada seria y madura, y supo que eran conscientes de la importancia de hacer un pronto movimiento antes que el enemigo. Miró también a los miembros del consejo de su padre, faltaban dos de ellos Vanya y Olaf pero tras una batalla quiso pensar que estarían descansando o como mucho heridos. El consejo lo miraba con la misma expresión seria que siempre mostraban pero esta vez no parecían tener una discurso de moral y odio en las garganta apunto de saltar. Tal vez estaban dispuestos a callar.

Avanzó hasta la mesa de Bocón y soltó sobre ella una bolsa de tela notablemente dañada. Astrid se adelantó a él y abrió la bolsa, encontrando dos pergaminos, entre ellos aquel que su madre había escrito para ella y había entregado a Nyx.

Hipo: Esta es la bolsa de Nyx- reveló tomando el segundo pergamino y extendiéndolo sobre la mesa- Y estas son las posibles localizaciones de la base de Zigor.

Sobre el papel, había representados múltiples fragmentos de mapa del archipiélago con sus respetivas coordenadas y notas escritas en una lengua que los jinetes no conocían. Demostraba un verdadero trabajo de investigación.

Patán: ¿Cuánto tiempo dijo que llevaba buscando a su hermano?

Hipo: Mucho, al parecer.

Astrid: Sí, y también parece que descartó esta- señaló la isla tachada- ¿Pero como sabemos cual de ellas es? Es tan a mucha distancia las unas de las otras.

Hipo: Bueno...- tomó el lápiz- Esta es la isla donde se celebró la subasta- dijo tachándola del mapa- Y estaba demasiado cerca como para que Nyx no la hubiese revisado, seguramente venía de allí.

Fue entonces que solo quedaron tres islas como opción. Los jinetes se miraron entre ellos y supieron que ya tenían destino de misión. 

Patapez: Tal vez Nyx pudiera ayudarnos... ¿Dónde está?

Astrid y Hipo se miraron al momento con ojos tristes y suspiraron. No hizo falta dirigirle a sus amigos ni una palabra ni una mirada, su silencio fue suficiente para que todos entendiesen.

Los jóvenes bajaron la mirada apesadumbrados y los más mayores se quitaron los cascos en señal de respeto. 

Chik: Era una traidora, y el traidor siempre muere- habló aquella anciana voz haciendo alusión al juego de "Maza y Garras".

Brusca: Supongo que ella se lo buscó- dijo con tristeza.

Astrid: Debemos continuar, al menos para que no haya muerto en vano.

Sigmund: Te doy la razón, debemos actuar- el hombre dirigió su vista a Hipo y sonrió orgulloso de que el castaño estuviese tomando su consejo.

Hipo: Nyx tendrá el funeral y la venganza que merece, pero primero debemos obtener la victoria. Los Cuervo-Nautas siguen a Zigor, seguramente iluminados por su poder y tal vez la mayoría sean extranjeros. A menos que seas un gran empresario, conseguir dinero siendo forastero es complicado lo que me lleva a preguntarme...

Patán: ¿De donde ha obtenido esa flota ese bastardo?- completó.

Hipo: Sí. Debe ser algún mercader poderoso o... un cabeza de isla. 

Astrid: Imposible, el consejo del archipiélago ya lo sabría y lo habrían multado por comerciar con extranjeros sin permiso del consejo.

Hipo: La única manera de poder brindarle a Zigor la ayuda que necesita sin entrar en conflicto con el consejo sería... desapareciendo.

Cancion de Hielo y FuegoWhere stories live. Discover now