35: Tal vez...

187 12 30
                                    

El castaño y el rubio se observaron por unos segundos, buscando infundir miedo en el alma del otro y fallando en el intento. El jefe estaba dispuesto a pagarle a su aldea lo que habían sufrido y el autodenominado rey del archipiélago no iba a entregar todo lo que había conseguido. 

La palma de la mano de Zigor volvió a brillar momentáneamente e Hipo pudo prever el ataque, esquivando por milésimas una nueva munición de Zigor en forma de roca.  Rapidamente se puso en pie con la ayuda de Astrid y desenfundó su propia arma. Luchar contra un brujo, ahora sin la magia de Nyx, resultaba intimidante pero las batallas no se ganan a base de intimidación y miedo. 

Zigor decidió bajar a la altura de Hipo y revelarse ante todos. Dio un paso hacia el vacío y uno de los escalones se alargó hasta sus pies para evitar su caída, siendo así con el resto hasta llegar a Hipo bajo la atenta mirada de todo el equipo de jinetes anonadados.

 A penas iba protegido y las heridas que había sufrido en batallas anteriores aún eran cubiertas por gruesas capas de vendas para evitar que sangrasen. Estaba débil, pero sus ojos decían lo contrario. 

Zigor: Me he preparado para esto mucho tiempo, usurpar el trono del rey del archipiélago.

El castaño soltó una sonora carcajada sarcástica y con su espada desenvainada señaló a Zigor- Yo no soy el rey del archipielago.

Zigor: Me ha comentado que eres un buen candidato.

Hipo: Me halagas.

El castaño, harto de la conversación, fue el primero en pasar a la acción y lanzarse hacia Zigor espada en mano. El rubio esquivó el primer golpe de la espada flameante y cuando advirtió que llegarían más, sacó un machete escondido hasta ahora debajo de su túnica y lo chocó contra el arma de su oponente. El sonido de los metales hizo reaccionar al resto del equipo, quienes se unieron a la batalla contra Zigor. 

Patapez, Patán, Brusca y Chusco saltaron desde los escalones donde reposaban hacia Zigor, sin miedo a caer sobre él. Zigor, los esquivó a todos con facilidad saltando sobre Patapez una vez este calló al suelo y regresando a atacar a Hipo.  

Sintió la lanza que Chusco le lanzó en cuanto se incorporó en la nuca y solo tuvo que moverse unos centímetros para evitarla como todo un experto. El arma se clavó un par de metros lejos en la pared y casi dándole a Patán, quien apenas se recuperaba de la caída. Aquel hábil movimiento le dio una idea de lo bien entrenado que estaba Zigor. Este solo siguió avanzando hacia Hipo, decidido a que fuera su siguiente victima. 

El brujo tomó por el mango el mazo de Patán que iba bien dirigido hacia su cuello y se lo arrebató mientras apartaba la espada de Hipo de una patada y la mandaba al otro lado de la habitación. El mazo de hierra de Gronckel se convirtió en densa piedra en las manos del villano. Aprovechó y, rápidamente, con el mismo mazo golpeo a Patán en el costado izquierdo, antes de que pelinegro pudiera golpearlo con su característica fuerza vikinga. La fuerza que Zigor empleó fue suficiente para quebrar su arma y dejarlo inconsciente. 

En el proceso, también golpeó a la gemela rubia que iba en apoyo de Patán.Brusca se levantó de nuevo y tomó su lanza para asestar a Zigor un golpe mortal pero una cegadora luz en sus ojos la hizo retroceder y dañó su visión. No pudo ni siquiera ver la patada que fue a impactarse debajo de su barbilla dejándola adolorida en el suelo. Chusco, al ver esto, corrió en ayuda de su hermana.

Astrid, furiosa, apartó a Patapez y a Chusco del camino y fue a defender a Hipo, quien seguía evitando a Zigor. Con su hacha levantada intentó golpear a Zigor y cortar su espalda como toda una bárbara vikinga pero los ojos de Hipo se dirigieron hacia ella y Zigor supo que se acercaba. Se giro completamente en el momento exacto ganando un simple rasguño en la mejilla.

Cancion de Hielo y FuegoWhere stories live. Discover now