21: Revolución

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Ante la situación actual había que cambiar de planes. Había más seguridad y más personas de la que habían imaginado, y con uno del grupo desaparecido, había que hacer reformas en el plan inicial y ahora regresar con toda Berk armada hasta los dientes parecía una estrategia más atractiva.

Hipo: Bien, tenemos que encontrar a Chusco, así que es este el plan. Lo primero será encontrar a Chusco, luego de eso nos iremos a la entrada al bosque más cercana que haya, acabaremos con el guardia que esté vigilando y escaparemos en los dragones. 

Astrid: Pero ¿y el resto de chicas?

Hipo: Volveremos, te lo prometo pero aquí hay más gente de la que esperaba, pero por ahora necesito asegurarme que vosotras estais bien, necesito a todo el equipo para acabar con los Cuervo-Nautas.

Eret: Tenemos que llegar lo antes posible a Berk y descubrir cómo están las cosas por allí.

Valka: no me agrada la idea de dejar a esas chicas aquí pero debemos volver a Berk, una vez nos aseguremos de que fueron capaces de frenar el ataque sin nosotros podremos denunciar esto al consejo del archipiélago.

Astrid: Pero ellos no podrán hacer nada, estamos en otro archipiélago.

Valka: Si podrán, lo verás- intentó convencer a Astrid poniendo una mano en su hombro.

A regañadientes Astrid aceptó el plan. Todos se miraron entre ellos y asintieron para volver a colocar sus disfraces mientras que las chicas se ponían de nuevo las esposas haciendo que Brusca se quejara de que aquellas cosas irritaban la piel de sus muñecas

Salieron de detrás de la tienda de la manera más natural posible y comenzaron a avanzar hacia la salida parando en diferentes  dónde podría estar Chusco.  Sin embargo, no lograron encontrar al chico en ningún lado. Incluso se atrevieron a preguntar a diferentes personas, la mayoría decían que no fríamente y otras si quiera contestaban. Allí mientra menos hablaras con nadie, mejor.

Eret: Nos estamos acercando a la salida y no hay señales del rubio- decía a sus compañeros entre susurros.

Valka: Hablando de malas noticias ¿eso eso lo que creo que es?- dijo señalando con la cabeza tres grandes artefactos de madera y hierro que reposaban amenazantes en el puerto.

Hipo: Mierda, son lanzarredes, para los dragons

Astrid: Nos están esperando.

Brusca: Creo que no se han dado cuenta de que ya estamos aquí.

Patán: Pobres de ellos

Astrid: ¿No lo entendeis? Eso dificultará la huida en dragón.

Brusca: Cierto...demonios.

En ese momento mientras el grupo hablaba en susurros, Hipo pudo observar cómo un grupo de guardias que paseaban el recinto hablaban entre ellos discretamente y los miraban sospechosamente. Estaban levantando demasiadas sospechas y miradas acusatorias se dirigían hacia ellos.

Hipo: Ahora silencio, comienzan a sospechar- ordenó recolocando su barba discretamente- Debemos dirigirnos a una de las salidas por las vallas, detrás de alguna carpa, acabar con el guardia, llegar a los dragones y encontrar a Chusc desde el cielo.

El grupo entero asintió y siguiendo a Hipo y a Astrid llegaron hasta el límite de los bosque. En el camino siguieron buscando a Chisco pero el chico seguía en paradero desconocido. Las vallas de madera no eran muy altas pero tomaría tiempo para que pasaran de uno en uno mientras otros vigilaban. Un golpe de suerte en ese momento fue que los guardias que se suponía que debían custodiar los limites no estaban. A unos cincuenta metro no había otro guardia y estaban fuera de su campo de visión.

Cancion de Hielo y FuegoWhere stories live. Discover now