Capítulo 4: Conexión

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Cuando sus hijos tenían cinco años, Hua Cheng estaba en crisis porque sus niños crecían demasiado rápido. Él recordaba siempre el día en que ambos llegaron a sus vidas, recordaba los días de cambiar pañales, de mecerlos antes de recostarlos en sus cunas o incluso dormir con ellos entre ambos.

Aunque la verdadera razón detrás de esa crisis, fue cuando un día inesperadamente, sus pequeños diablillos se pararon frente a él con el mentón en alto y una mirada reluciente en determinación, para solicitar fuerte claro y conciso.

A-Die, queremos ser cultivadores.

Hua Cheng mirándolos con una sonrisa dejó su asta caer. Estaba practicando aún su escritura, ya que hasta sus niños lo habían sobrepasado en caligrafía. Esos diablillos son demasiado hábiles.

La cosa es que, al escuchar esa solicitud, el poderoso Xue Yu Tan Hua estuvo al borde de sufrir un ataque cardiaco, ¡y él no tiene un corazón que lata!

Así que, reuniendo todo el coraje posible se aclaró la garganta para hacerles la única pregunta. ㅡ¿Por qué?

Sorpresivamente fue A-Yang quien respondió. ㅡGege y yo queremos ser poderosos como diedie y NiangNiang. A-Yang también quiere proteger a Gege...

A-Ying asintió de acuerdo. ㅡY A-Ying quiere proteger a Meimei..

Hua Cheng se obligó a respirar, aunque no fuese necesario. ㅡ¿No son A-die y A-niang lo suficientemente poderosos para protegerlos?

ㅡLo son ㅡWei Yang concordóㅡ...pero A-die y A-niang son personas importantes, por lo tanto siempre estarán ocupados. Además, A-Yang y Gege quieren poder cuidar de sí mismos para poder salir al mundo del que venimos..

Hua Cheng no lloró porque es un Dios Rey Supremo de los Fantasmas. Un ser que causa el llanto en las personas, el terror en vida. Él es el poderosísimo Lluvia Sangrienta que camina hacia una Flor. Él es lo suficientemente fuerte para ser un muro de acero en contra del llanto.

Sin embargo frente a sus seres amados, es solo San Lang. El hombre con mucho amor para los que ama, con una sensibilidad que jamás mostrará a nadie que no sea su Alteza.

ㅡEstá bien, está bien ㅡXie Lian le daba palmaditas a su marido, quien tenía su cabeza sobre las piernas del mayor; él tenía la mirada perdida, repasando una y otra vez las palabras de su niña.

Xie Lian dijo. ㅡEs natural que desde esta edad ya comiencen a mostrar mayor curiosidad. Incluso, viendo el potencial que ambos poseen, hasta podría decirse que no tardarían en estar listos para salir al mundo...

Hua Cheng comprendía, claro que lo hacía. Pero no estaba listo, demonios, nunca estaría listo para que sus bebés crecieran y se introdujeran a un mundo tan peligroso como el de la cultivación. ㅡLo sé, Gege... ㅡsuspiró con frustraciónㅡ...yo solo...yo. Siempre creí que podríamos tenerlos a salvo aquí, y jamás querrían irse de nuestro lado... ㅡlo miró como un cachorro que fue lanzado a la calleㅡ...¿está mal que siempre quiera tener a nuestros hijos encerrados y lejos de ese maldito mundo?

Xie Lian lo miró con tanto afecto, que Hua Cheng sintió se volvía a enamorar. Su Alteza nunca dejó de acaricias su cabeza, peinando sus negros cabellos con los dedos con tanta delicadeza. ㅡNo lo está... ㅡdijoㅡ...porque yo también siempre he deseado lo mismo.

Y el poderoso Rey de los fantasmas, cayó rendido por las palabras amorosas de Su Alteza sin poder defenderse en el proceso.

Otra vez.

Entonces ahí estaba Xue Yu Tan Hua; accediendo a regañadientes que sus dos retoños fueran entrenados por nadie más ni menos que Mei Nianqing. O como Su Alteza los llama, Guoshi. Ya que, después de todo fue él quien le enseñó desde pequeño y preparó como un cultivador.

Aʟᴡᴀʏs ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ (AU, MDZS + TGCF) [TERMINADA]Where stories live. Discover now