-"...Y ojalá los dioses sean piadosos contigo, hijo mío, que te dejen seguir tu camino hasta la nueva vida y te den la fuerza para no regresar..."
Louis no tenía ni idea de que la piedad vendría en forma de un ángel de rizos y ojos verdes con toda u...
“...ya no tendría una mata de rizos iluminados por el sol para admirar por las mañanas, ni un par de ojos verdes demasiado curiosos y brillantes como para ser de verdad..”
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La brisa costera se estaba llevando los días igual de rápido que a las hojas en esa época del año, Louis apenas llegaba a saborearlos y adaptarse con tranquilidad cuando uno nuevo empezaba y otro se iba, al final de la primera semana podía parpadear y ver solo un recuerdo rizado y risueño.
Harry había sido una silenciosa, por demás, pero agradable compañía en las tardes, lo seguía hasta su cabaña después del almuerzo cargando en uno de sus hombros flacos, un bolso de tela lleno de ungüentos de todos los tipos y aromas, vendas y hasta florcitas silvestres que lo veía recolectar del suelo mientras caminaba, nunca sabía para que pero siempre dejaba pétalos junto a la mesa donde lo sentaba para curarle la herida del abdomen, manteniéndola limpia siempre, ya estaba casi curada y en las siguientes lunas solo le quedaría una cicatriz blanquecina.
Con el transcurso del tiempo notó que el chico era muy precavido y prolijo en lo que hacía, procuraba no tocarlo mucho dónde ardía y que ningúna gota de aceite se cayera por los costados, totalmente diferente a Zayn cuando tuvo que hacer las curaciones y simplemente lo embadurno con las mezclas sin preocupación alguna y haciendo todo con rapidez, Harry se tomaba el tiempo necesario y Louis luego le quitaba aún más.
Ya había desarrollado una serie de etapas a seguir para hablar con él, sabía cuando podía sacarle conversación y de que maneras especiales o Harry se inquietaria y se iría incómodo, cosa a la que para nada quería llegar, conservaba su plan de generarle la confianza suficiente al chico, que se sienta cómodo en su presencia.
Dejaba que acomodé y guarde los pequeños frascos de nuevo en su bolsa mientras él se cambiaba la camisa a sus espaldas, las mujeres de la tribu le habían provisto con un juego de túnicas y camisas de lino para que use pero por comodidad solo había usado las camisas. Cuando Harry finalmente terminaba Louis volvía a acercarse, había usado el tiempo mientras lo curaba para observar cada detalle y luego preguntarle, que si la flor que adoraba su brazo era tal o si había notado lo peculiar del mar ese día, le preguntaba sobre el clima durante el año y como pasaban la temporada fría, si sufrían las tormentas veraniegas como ellos entre otras miles de estupideces que se le ocurrían.
Harry siempre respondía, no decía mucho, era una persona de pocas palabras pero demasiado curiosa, lo que le jugaba en contra a él y a favor de Louis, siempre tenía una pregunta reprimida que casi siempre lograba sacarle, eran cuestiones inocentes, como si las personas también tenían los ojos claros como los suyos en su tribu o si todos eran tan "bien hablados" como él lo era, hasta había llegado a preguntar con timidez si había niños entre su gente; Louis le había dado su respuesta por más confundido que haya quedado con la pregunta.
