-"...Y ojalá los dioses sean piadosos contigo, hijo mío, que te dejen seguir tu camino hasta la nueva vida y te den la fuerza para no regresar..."
Louis no tenía ni idea de que la piedad vendría en forma de un ángel de rizos y ojos verdes con toda u...
“Un peso se había caído de sus espaldas cuando no recordaba desde hacia cuanto lo cargaba”
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- Wilgger los recibirá en el jardín trasero, pasen directo.
¿No era raro el tiempo y el destino? ¿No corrían ambos acaso una carrera infinita, tropezando y levantándose cada dos por tres?
Zayn pensaba mucho, mientras caminaba hacia Marinelid pensaba en lo que había sucedido, cuando explicaba al jefe todo lo que pudo expresar, y dioses, la cabeza le dolía cuando volvieron caminando a la cueva. Tenía miedo de lo que encontraría, que habría sido de su amigo luego de un día.
Pareció relajarse cuando llegaron al templo, el cansancio tomando su cuerpo y empujándolo a la gran y cómoda cama luego de un baño. Durmió lo que parecieron días hasta que llegó la cena; estaba descansado a medias por lo que su cabeza se descolocó tras escuchar de la madre de su hermano, aquella por la que oyó llorar tanto tiempo. No tuvo mucha reacción más que oír, pero Harry no estuvo mal. Louis lo sostuvo y no dejo que se derrumbase.
La serie de sucesos en tan corto plazo de tiempo lo estaba abrumando sin embargo.
Semana atrás dormía inquieto bajo la sombría mirada de un líder cruel, se preocupaba por tantas cosas a la vez que no supo como no explotó. Y ahora se encontraba caminando junto a Louis hacía el encuentro con un nuevo líder, mucho más comprensible y abierto que los invito a tomar té y asignarles una tarea.
Semana atrás no hubieran ni pensado en dejar a Harry solo en un sitio desconocido, él mismo no se hubiera quedado, y en el presente había besado su mejilla para despedirse mientras hablaba con la mujer rara sobre su don y lo que sabía por este. Harry estaba anonadado con lo que oía de Elid. Louis y él supieron que podían relajarse y confiarselo. La mujer adoraba a su amigo.
Es que, en lo que llevaban con ellas esos pares de días, no encontraron motivo para desconfiar de las amables mujeres que siempre encontraban algo de que charlar o un chisme jugoso que contar. Los animaban y hacían mucho más llevadero ese tiempo de espera al siguiente paso de Jasper. No eran idiotas, los tres sabían que huyendo no arreglaban nada y solo ganaban un poco de tiempo. Tiempo que usarían, claro que sí, se volverían los fortachones que se necesitan para derribar a Jasper y cuando Harry se componga nuevamente, lo harían fuerte también.
Porque si alguien debía patear el culo arrugado de Jasper, era Harry. El rizado merecía y tendría su venganza. Fue un acuerdo silencioso con Louis, ayudarían al pequeño en todo. Ya no importaba si cruzaban la línea legítima entre la vida y la muerte.
Y ahí estaban, sentados junto al jefe de ese imperio y dos de sus guerreros, según sus palabras, en los que más confianza derramaba para instruirlos un poco en "el arte de la guerra" como dramáticamente dijo uno de ellos. Bastante simpáticos para Zayn, la chica le había sonreído al entrar, sus ojos de cielo fueron todo lo que necesito para ser feliz esa mañana. ¡Y trabajarían juntos!
