-"...Y ojalá los dioses sean piadosos contigo, hijo mío, que te dejen seguir tu camino hasta la nueva vida y te den la fuerza para no regresar..."
Louis no tenía ni idea de que la piedad vendría en forma de un ángel de rizos y ojos verdes con toda u...
"...ganó al alma suave que constantemente trataba de tocar la suya con dulzura, anidando en su pecho con la fuerza de mil soles..."
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Louis realmente se tomó en serio las palabras de la anciana, comenzó a meditar antes del desayuno y tratar de reforzar su relación con los dioses, agradeciendo cada día que pasaba, sacándoles provecho de la mejor manera posible.
Tenía muchas razones para sentirse agradecido, la vida le sonrió al igual que Harry y eso era suficiente para mantenerlo optimista, se sentía más tranquilo, podía tolerar a Jasper sabiendo que luego vería al chico.
En su mente mantenía presente la tarde en la playa, habían caminado y conversado por horas, totalmente excluidos de la civilización siendo esto una ventaja, el precioso rizado pareció sentirse más libre de expresarse, dejo de medir sus palabras por un rato y Louis tuvo el privilegio de oír su voz sin miedo, sacando ese lado confianzudo que como Zayn había asegurado, tenía escondido bien adentro suyo para solo mostrarlo como él, era afortunado de haber podido sacarlo a relucir esa tarde entre las flores de vainilla que dejaron su nariz llena del aroma característico del chico que endulzó permanentemente su corazón.
Coincidencia o lo que fuera, eran las mismas flores blancas del relato de su amiga, las favoritas de Harry desde siempre, cuando regresaron con dos grandes ramos le robó una y la atesoro como una maravilla hasta que se secó, le recordaba a su ángel, tan aterciopelado y perfecto como los pétalos de flor; le dolió tener que tirarla cuando se secó, pero el chico le aseguro que florecerian más en un tiempo, cuando el calor regrese las traería consigo, Louis asintió, tragándose las ganas de confesar que lo que añoraba no era la flor en sí, sino a la persona que llegaba a su mente cada vez que la veía.
Aunque no quería guardarse más lo que sentía, tenía que soltarlo y ser valiente si quería su amor pronto, ya estaba harto de la ansiedad por querer tratarlo como quería sin verse como un lunático, pero no encontraba la ocasión adecuada o la fuerza para afrontar la respuesta que podía recibir.
Era el mismo miedo estúpido de siempre, pero no paraba de sacarle el sueño, pasaba noches en vela viendo la luna imaginando escenarios que parecían imposibles de la mano de Harry, nada fuera de tono más que ellos viviendo una vida tranquila y repleta de amor, tenía mucho que darle a ese chico pero le aterraba no recibir nada a cambio, ya demasiado lo habían rechazado en su vida como para que la única persona que realmente amo por su cuenta y no por obligación, lo haga también.
Neroli, quien guardaba su secreto junto a Zayn, usando su infinita sabiduría le aconsejo que lo mejor era ser directo con sus sentimientos antes de guardarlos y dejarlos pudrirse, pero que no asusté al chico siendo tan rápido, las mejores cosas tardaban en llegar y esperar era la mejor opción, Harry le demostraría con sus acciones cuando sea el momento de hablar y solo ahí podría darse rienda suelta.
Mientras tanto, seguía escribiendo cartas, dejando todo eso que picaba en su boca por escrito, si algún día lo leía creería que está obsesionado por él y no lo negaría, aunque le pediría disculpas arrodillándose sobre fuego por todo el resto del milenio si es que lo incomodaba.
