#10

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—Bueno, pero el puto FBI que tengo de fans —Tsukishima reclamó tirando el teléfono a la cama. No creía haber dejado tantas "pistas" como para hacer creer que algo estaba pasando pero al parecer su conciencia lo traicionó.  Bueno, puede que sea principalmente su culpa, Kei siempre hacía mensajes crípticos sobre sus proyectos o colaboraciones para que sus seguidores lo descubrieran, muchas veces no era directamente algo misterioso, sino un comentario un poco irregular; en cierta manera los había incentivado a cuestionar cualquier cosa que haga, pero no pensaba que le iba a joder tanto.

Después de algo de deliberación, decidió por no seguir a Yamaguchi directamente en redes sociales. Le encantaba su voz e incluso le estaba siguiendo en su segunda cuenta anónima en YouTube, cuenta que no usaba desde que se había creado la actual. Tsukishima era muy abierto con las personas que seguía y lo que le gustaba, más si se trataba de música, pero con el castaño sentía que no podía decir lo que pensaba y eso le estaba comiendo la mente.

Una parte de él ignoraba cualquier sospecha de algo más, convenciéndose a sí mismo de que no se quería meter tanto en la vida de Yamaguchi, pero una parte pequeña de su cerebro, la única que tenía neuronas, sabía que no era verdad.

No comprendía el por qué lo hacía, no entendía por qué escuchaba sus covers tantas veces al día, por qué prefería su versión a la original, por qué se sentía tan tímido de compartir su opinión, por qué no podía siquiera dejarle un comentario en sus vídeos de YouTube aunque estuviera en su cuenta anónima, por qué cada vez que veía sus vídeos se quedaba viendo a la pantalla, casi como hipnotizado. Cada vez que alguien mencionaba a Yamaguchi y le hacía un cumplido, el rubio sonreía por el castaño, pensando que se merecía toda la adulación. La cosa era que... No había pensado de esta manera de un creador de contenido antes en su vida, ni siquiera con sus creadores favoritos.

Por el amor al cielo, era Tsukishima Kei, él nunca había sido tímido en su vida, entonces ¿por qué demonios se encontraba a sí mismo escribiendo y borrando incontables veces un mensaje para Yamaguchi diciendo simplemente "Buen cover"?

Tsukishima se acostó al lado de su celular abandonado y tomó una almohada para ponérsela en la cabeza. Tsukishima gritó en la almohada y la tiró al piso, suspirando como si ya todo estuviera bien.

En realidad esperaba que Yamaguchi No viera ninguno de los hilos de Twitter hablando del tema, mucho menos si sospechaban de que algo estuviera pasando, lo que menos quería era que Yamaguchi pensara que tenía algo contra él.

—¡¿Pero por qué carajos me preocupa tanto?! —Tsukishima se cuestionó arrojando otra almohada al piso.

Suspiró quitándose los lentes y masajeando su naríz irritado. Genial, ahora se estaba comportando como una adolescente de un manga shojo.
Tsukishima se levantó para recoger las almohadas cuando su teléfono sonó con una notificación.

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Kei esperaba que jugando Volley un rato con los chicos le despejara la mente para entender qué demonios le estaba pasando

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Kei esperaba que jugando Volley un rato con los chicos le despejara la mente para entender qué demonios le estaba pasando. Suspirando dramáticamente buscó su rupa deportiva, sus lentes de deporte, su bote de agua y se fué al gimnasio.

I love you tooWhere stories live. Discover now